Normas de urbanidad

La selección argentina de fútbol estrenó entrenador, jugadores y normas de conducta. Los convocados no sólo serán sometidos a análisis para detectar el consumo de cocaína y drogas diversas, sino que deberán conservar el pelo corto, las declaraciones a la prensa en términos prudentes y la vida privada en condiciones de recato y moderación. El entrenador Daniel Passarella, ex capitán del equipo que ganó la Copa del Mundo en 1978 y ex conductor del River, se convirtió tras su paso por el fútbol italiano en un conductor de pocas palabras y decisiones drásticas.Cuando se le acusa de dirigir a la plantilla con "mano militar", Passarella dice que se trata sólo de aplicar "reglas de organización y convivencia" para mejorar el rendimiento del conjunto. Él asegura que no obliga a los jugadores a cortarse el pelo, que apenas si lo recomienda. Pero basta que Passarella lo sugiera para que, por ejemplo, el joven Carranza, la nueva estrella del Boca Juniors, se presente al primer entrenamiento de la selección sin la melena que se ataba por detrás antes de disputar los partidos con su equipo. El tema tiene otros antecedentes. Cuando Passarella dirigía todavía al River, el representante del jugador uruguayo Gabriel Cedres le advirtió que debería cortarse el pelo si quería ser contratado por ese club. De otro modo, el traspaso no se haría. Antes de firmar los papeles, Cedres declaró a la prensa que siempre había jugado con el pelo largo y que llegaría así hasta el River. Pero su orgullo se derrumbó tres días más tarde, cuando tras el primer entrenamiento fue a cortarse el pelo.

Los jugadores del River, y ahora los de la selección, no pueden contar a la prensa nada de lo que se dice y se habla en la intimidad. Passarella es el único que puede hablar de todo, dar la formación del equipo, explicar los cambios de jugadores o cualquier otro detalle y la prensa tiene que consultarle en los días y horarios previstos por la organización.

El rigor del nuevo entrenador coincide con la opinión de la mayoría de los aficionados y de los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tras el papelón internacional que atravesó la selección argentina en la última disputa de la Copa del Mundo, cuando se comprobó el dopaje de Maradona y ninguno de los responsables podía explicar qué había sucedido. Passarella no quiere estrellas, prefiere trabajar con jóvenes aún no consagrados y va a convocar a los extranjeros sólo cuando la selección argentina tenga que enfrentar compromisos internacionales de gran importancia. La nueva selección debuta el próximo 16 de noviembre en un partido amistoso frente a la de Chile. Passarella ha convocado a una mayoría de jóvenes menores de 23 años. Entre ellos, se destacan el defensa Juan Pablo Sorín, del Argentinos Juniors, que acaba de cumplir 18 años y llevaba sólo nueve partidos jugados en la Primera División de su club. También están las figuras nuevas, como Alberto Carranza, el centrocampista del Boca; el defensa Roberto Ayala, del River; el cetrocampista Javier Zanetti, del Banfield y los mejores goleadores jóvenes de este momento. De la plantilla que jugó en Estados Unidos sobrevivieron Hugo Pérez y Ariel Ortega.

Los ocho años que Passarella jugó en el fútbol italiano le convirtieron en un hombre más serio. Cuando Passarella habla de disciplina, obediencia y control de drogas, Maradona le recomienda que se calle. En cada cruce verbal entre ellos, los dos parecen hablar -sin palabras- de cosas que por ahora prefieren no decirse en público.