El guitarrista flamenco Jerónimo Maya, de 13 años, actúa para Unicef

Jerónimo Maya, guitarrista de 13 años que debutó a los nueve y es considerado por los expertos como un niño prodigio del flamenco, actuará el próximo día 16 de diciembre, en el teatro María Guerrero dé Madrid, en una gala benéfica de Unicef, con el patrocinio de Quinto Centenario, para ayudar a los niños andinos. Junto a él intervendrán varias generaciones del flamenco, desde el guitarrista Gerardo Núfiez y la cantaora Carmen Linares hasta los veteranos Chano Lobato y el bailaor El Güito."Me siento muy orgulloso de colaborar con la Unicef para que se ayude a otros niños como yo", comentó Jerón...

Jerónimo Maya, guitarrista de 13 años que debutó a los nueve y es considerado por los expertos como un niño prodigio del flamenco, actuará el próximo día 16 de diciembre, en el teatro María Guerrero dé Madrid, en una gala benéfica de Unicef, con el patrocinio de Quinto Centenario, para ayudar a los niños andinos. Junto a él intervendrán varias generaciones del flamenco, desde el guitarrista Gerardo Núfiez y la cantaora Carmen Linares hasta los veteranos Chano Lobato y el bailaor El Güito."Me siento muy orgulloso de colaborar con la Unicef para que se ayude a otros niños como yo", comentó Jerónimo Maya, que a los 10 años ya actuó en el Carnegie Hall de Nueva York. "Es estupendo trabajar con los artistas que van a participar en la gala, y sobre todo es bueno para el flamenco".

La gala benéfica, organizada por el comité español de Unicef, que preside Joaquín Ruiz Giménez, pretende recaudar unos dos millones de pesetas, que se sumarán a los 1.300 millones donados por más de 130.000 socios españoles desde 1988,para el programa Pro Andes. Según explicó Ruiz Giménez, Pro Andes pretende conseguir los -fondos para ayudar a la infancia en cinco países andinos: Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia y Ecuador, donde la mortalidad infantil es de las más elevadas de toda Latinoamerica.

Carmen Linares, que acompañará a Jerónimo Maya, dijo que los artistas flamencos necesitan mucho corazón para demostrar su arte: "y por ese mismo colrazón no podíamos permanecer impasibles ante los problemas de un niño con hambre".