Los chorizos con triquinosis podrían proceder de jabalíes cazados por furtivos

Cerca de 70 personas residentes en Madrid y Toledo han resultado intoxicadas en las dos últimas semanas al ingerir chorizos con triquinosis. La partida contaminada procede del pueblo toledano de Ventas con Peña Aguilera, donde, según testimonios de cazadores de la zona, los jabalíes cobrados de forma furtiva se venden directamente a las carnicerías sin pasar el control veterinario. Cuatro personas están ingresadas en hospitales de Madrid, aunque fuera de peligro.

"Vaya trancazo que he cogido". Félix Valdivieso, de 42 años, lleva ocho días ingresado en el hospital Gregorio Marañón. E...

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Cerca de 70 personas residentes en Madrid y Toledo han resultado intoxicadas en las dos últimas semanas al ingerir chorizos con triquinosis. La partida contaminada procede del pueblo toledano de Ventas con Peña Aguilera, donde, según testimonios de cazadores de la zona, los jabalíes cobrados de forma furtiva se venden directamente a las carnicerías sin pasar el control veterinario. Cuatro personas están ingresadas en hospitales de Madrid, aunque fuera de peligro.

"Vaya trancazo que he cogido". Félix Valdivieso, de 42 años, lleva ocho días ingresado en el hospital Gregorio Marañón. El viernes, día 1, la fiebre y los dolores musculares hicieron pensar a Félix que tenía un gripazo de consideración. Al día siguiente, en el Gregorio Marañón, le informaron que lo suyo era triquinosis.Un total de 38 personas, residentes en su mayoría en los municipios de Alcalá de Henares Parla y Pinto, y otras 30 de varias localidades toledanas han resultado afectadas por triquinosis tras la ingestión de una partida de chorizos de jabalí contaminada. Félix, que trabaja en la Dirección General de la Marina Mercante, es uno de los cuatro enfermos que se encuentran hospitalizados en Madrid.

"Estábamos 12 personas en la cafetería del trabajo cuando un compañero nos ofreció un chorizo que su padre había comprado en Ventas con Peña Aguilera, en Toledo", explica Félix. "Nos dio a probar y todos comimos, pero yo soy el único que ha caído. Los demás compañeros andan como locos haciéndose análisis", explica.

Gema Ramal, de 17 años, se recupera de la misma enfermedad en el hospital de Alcalá de Henares. Su madre, María Ángeles Mansilla, descansa en su domicilio tras permanecer 20 días en el centro sanitario. Todos los miembros de la familia, incluidas las tres hermanas de Gema (Mónica, Susana y Yolanda), comieron del chorizo que su padre, Jesús Ramal, compró en un bar de Azuqueca de Henares.

Jesús, jefe de ventas de una empresa de vinos, aprovecha sus viajes para comprar chorizos, quesos o jamones. Según su testimonio, el dueño del bar de Azuqueca adquirió 30 o 40 kilos en Ventas con Peña Aguilera. "Somos amigos y él no tiene la culpa de nada", explica. "Cuando nos recuperemos presentaremos una denuncia conjunta contra los responsables". En la etiqueta que conserva la familia se puede leer: "Carnicería Consolación Celestino Romero. Ventas con Peña Aguilera (Toledo). Autorización de Sanidad número 942".

Según los testimonios de'personas que acostumbran a cazar en la comarca de este pueblo toledano, es habitual que aquellos que cazanjabalíes de forma furtiva vendan las piezas a carnicerías de la zona sin pasar el preceptivo control veterinario y así evitar ser descubiertos.

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Los miembros de la familia de Alcalá temen que pudieran haber resultado afectados cinco amigos que comieron en su casa. Una de estas personas, embarazada de ocho meses, se ha sometido a varios análisis y está a la espera de los resultados definitivos. "Ningún médico se atreve a predecir sus consecuencias", explica Jesús, "aunque de confirmarse la triquinosis le deberán provocar un parto prematuro.

María Ángeles Mansilla se queja del mal funcionamiento del sistema sanitario. A los 10 días de haber ingerido el chorizo empezó a sentirse mal, con dolores musculares, diarrea y fiebre. "El médico de cabecera de Torrejón me diagnosticó gripe", explica.

"Como la fiebre aumentaba, fuimos a La Paz, donde me dijeron que algo tenía, pero que estaba en período de incubación y aún no podían saber qué era. Cuando la fiebre me subió acudimos al hospital de Alcalá, donde, tras múltiples pruebas, me detectaron la triquinosis", relató María Ángeles. Uno a uno los restantes miembros de la familia fueron padeciendo los mismos síntomas. Ahora todos, menos Gema, están en casa, aunque "no podemos ni movernos", explican.

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