Zarzuela de marisco

La culpa la tiene un cartel. "Prohibido mariscar", dice. Esas letras han roto la armonía, la tradición y la costumbre en la playa de Castelete (Pontevedra). Hace una semana, las mariscadoras de Cambados llegaron a las manos con las de Vilanova por querer hurgar con sus azadas en esa playa. Ahora el cartel se bandea solo con el temporal que viene del suroeste, en casa siguen los clanes y en los despachos los papeles. El 1 de octubre empezó la temporada de la almeja y reverdecieron los enfrentamientos. Desde entonces, las unas y las otras sólo coinciden en una idea: "que á Xunta dé una soluc...

La culpa la tiene un cartel. "Prohibido mariscar", dice. Esas letras han roto la armonía, la tradición y la costumbre en la playa de Castelete (Pontevedra). Hace una semana, las mariscadoras de Cambados llegaron a las manos con las de Vilanova por querer hurgar con sus azadas en esa playa. Ahora el cartel se bandea solo con el temporal que viene del suroeste, en casa siguen los clanes y en los despachos los papeles. El 1 de octubre empezó la temporada de la almeja y reverdecieron los enfrentamientos. Desde entonces, las unas y las otras sólo coinciden en una idea: "que á Xunta dé una solución".¿Pero qué significa prohibir para un furtivo?", las pregunto. "Nada", contestan con la boca chica, mientras se rascan la bota de goma con el ganchuelo. "¿Y entonces?". "Es que lo han puesto ellas, ELLAS, ¿entiende?, ¿y quiénes son ellas para decirnos lo que debemos hacer?", ahora, las mujeres de Corbillón (Cambados) se indignan a gritos.

"Faltaba tan sólo media hora para que la mar estuviera toda baja". Las cambadesas recuerdan que en junio de 1989 iban dispuestas a mariscar a pie en época de veda, como lo habían hecho siempre, cuando se encontraron con la frontera en la arena.

Las mariscadoras de San Miguel de Deiro (Vilanova), sin azadas, ni ganchelos, ni cubos, habían dado un paso definitivo. Se habían organizado por vez primera en sus vidas y empezaron a decir que cuidaban la playa. En nombre de la ley.

"¿Cómo que la ley?, ¡pero si llevamos toda la vida trabajando en la misma playa!". "Toda la vida no, ojo, que la hemos cuidado durante cuatro meses y no hemos guardado para que ellas ahora reco an". "Pero si han estado tomando el sol". "¡Qué indignación me entra, oiga.? si hemos quitado las algas y vigilando". "Que no se hagan las tontas que ellas son tan fúrtivas como nosotras". "Lo hemos sido, pero ya no, el mar hay que cuidarlo para nuestros hijos". "Escriba, escriba, que el mar es libre". Están dispuestas a contar hasta lo que no ocurrió, pero por separado...

Razones de peso

El patrón de la cofradía de pescadores de Vilanova, Eduardo Martínez, lleva enarbolando documentos desde que llegó a su cargo, hace 14 meses. Dice que ellos son los beneficiarios legales de la marisquería de Castelete desde 1975, según establece el Plan de Explotaciones Marisqueras y según lo corrobora el director general de pesca en el documento que firmó el 18 de octubre pasado. En él se dice que la zona les "pertenece puesto que no se ha abierto expediente de caducidad sobre ellos, cuestión tenida en cuenta a la hora de firmar convenios de recuperación de los citados bancos naturales, firma que se realizó el 23-5-89".

José Sineiro, quien lleva cerca de dos años como patrón de la cofradía de Cambados, también tiene documentos que demuestran que Vilanova perdió los derechos sobre esos cuatro kilómetros de playa porque se venció el plazo de otorgamiento, y que la distribución de la costa que propone el plan es injusto. "De los 2.450.000 metros cuadrados que dicen los juristas que tenemos concedidos, en realidad sólo son productivos cerca de un millón, que lo dicen los biólogos de la propia Xunta", indica.

El consejero de Pesca de la comunidad gallega, José Enrique Rodríguez Peña, se explica: "esta Consejería ha empezado a hacer adulto el país, en el sentido de que se conozca lo que se produce. Hemos pasado de nueve lonjas que daban datos a más de cuarenta, y han pasado de declarar 900 millones de pesetas a 2.600 millones. Y, esto implica que estamos creando una norma para controlar el tráfico comercial que, donde no lo hubo nunca, crea traumas".

Ciento treinta miembros de la Guardia Civil trasladados a la playa de Castelete para evitar enfrentamientos entre las mujeres, cinco heridos, un detenido, dos meses sin mariscar, el instituto que comparten los dos pueblos se ha cerrado durante dos dias, las vendedoras de Vilanova no han podido abrir sus tenderetes en el mercadillo de Cambados, los compradores de la zona han hecho piña con las mariscadoras de Corbillón, el resto de las cofradías de pescadores de las Rías de Arosa, Pontevedra y Vigo apoyan a las de San Miguel de Deiro. "Cómo se te ha ocurrido traer a ese taxista, está casado con una de Corbillón", me dicen en la lonja de San Miguel.

Según datos de la Consejería de Pesca, sobre los 17.000 mariscadores que tienen informatizados, 5.000 están cotizando a la Seguridad Social. Cada temporada desaparecen cuatro o cinco ancianos que se echan a la mar porque no cobran una jubilación sufiente. La Xunta quiere implantar el carné de mariscador, para que sólo hagan este trabajo los que estén inscritos en la Seguridad Social y demuestren que han convertido esta actividad en una forma de vida. Los paisanos de Corbillón insisten que llevan marisqueando toda la vida sin carné. En el marisqueo furtivo las mujeres ganan 1000 pesetas diarias libres de impuestos durante todo el año, pasando por lonja pueden ganar tres veces más durante seis meses que se levanta la veda. "Hay que inculcar el criterio empresarial entre los mariscadores", dice la Xunta.