La policía recupera 254 libros robados de la Biblioteca Nacional y valorados en 1.000 millones de pesetas

Las obras, de los siglos XVI, XVII y XVIII, pueden llevar varios años sustraídas

ROSANA TORRES En torno a 1.000 millones de pesetas se calcula el valor de los 254 libros sustraídos de los fondos de la Biblioteca Nacional que el pasado jueves fueron recuperados por el Servicio Central de la Policía Judicial, tras la investigación iniciada por el Grupo de Delitos contra el Patrimonio Artístico. Los libros son piezas de gran valor, de los siglos XVI, XVII y XVM, de autores como Galileo, Copérnico, Tolomeo, Kepler, Tycho Brahe y Newton, y que pueden llevar años sustraídas. A raíz de las investigaciones, han sido detenidos y puestos a disposición judicial Miguel Ángel Ávila Mar...

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ROSANA TORRES En torno a 1.000 millones de pesetas se calcula el valor de los 254 libros sustraídos de los fondos de la Biblioteca Nacional que el pasado jueves fueron recuperados por el Servicio Central de la Policía Judicial, tras la investigación iniciada por el Grupo de Delitos contra el Patrimonio Artístico. Los libros son piezas de gran valor, de los siglos XVI, XVII y XVM, de autores como Galileo, Copérnico, Tolomeo, Kepler, Tycho Brahe y Newton, y que pueden llevar años sustraídas. A raíz de las investigaciones, han sido detenidos y puestos a disposición judicial Miguel Ángel Ávila Martínez, quien, según se desprende de la investigación, sustraía los libros de dicho centro bibliográfico, y Antonio Castro Zafra, en cuyo domicilio, con el asesoramiento de dos funcionarios de la Biblioteca Nacional, se practicó el registro y la intervención de la mayor parte de los libros denunciados como desaparecidos.

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En el año 1986, el equipo directivo de la Biblioteca Nacional se planteó un recuento total de los volúmenes existentes en sus diferentes departamentos, lo que no se hacía desde hace 30 años. "Es una operación compleja", comenta Juan Pablo Fusi, director desde entonces de la Biblioteca Nacional, "que implica un arduo y largo trabajo". Tras un recuento de más de 600.000 volúmenes, se observó que la cifra de incidencias -los libros que no están en su lugar por robo o extravío-, se situaba por encima del 10% que suele registrarse.Ante estos datos, se inició una investigación interna en la Biblioteca Nacional, y su director, Juan Pablo Fusi, buscó infructuosamente un libro de Galileo del siglo XVII y después observó otras desapariciones demasiado notorias, que pueden existir desde hace años. La denuncia fue presentada en junio del pasado año ante el Grupo de Delitos contra el Patrimonio Artístico del Servicio Central de Policía Judicial.

Amplia investigación

Como consecuencia de esta denuncia, funcionarios del citado grupo, en colaboración con la dirección de la Biblioteca Nacional y funcionarios de la misma, iniciaron una amplia investigación que se extendió a los medios de compra-venta de efectos de esta clase, así como a visitantes asiduos y ocasionales a dicho centro bibliográfico. Fruto de estas investigaciones, se averiguó que Miguel Ángel Ávila Martínez, asiduo lector de la Biblioteca Nacional, había vendido libros antiguos desde hacía tiempo y que esta persona mantenía relación con Antonio Castro Zafra, periodista e historiador, en torno a los 60 años, quien actualmente trabaja como jefe de prensa de la Dirección General de la Marina Mercante y es, al parecer, un importante bibliófilo.

Los hechos se precipitaron a finales de abril, al desaparecer otro importante libro de la Biblioteca Nacional, concretamente el mismo día en que Ávila Martínez, vigilado desde hacía meses, había estado en la sala de lectura.

Con estos datos, y con conocimiento de la autoridad judicial, se procedió al registro del domicilio de Antonio Castro Zafra, un chalé de Aravaca, y, con el asesoramiento de dos funcionarios de la Biblioteca Nacional, fueron intervenidos 254 volúmenes. En el domicilio de Castro Zafra, una mujer que se identificó como su esposa declaró ayer, en estado de nerviosismo, que éste desconocía la procedencia de los ejemplares, y señaló que, dada su afición a la bibliografia, realizaba sus compras en diferentes lugares, desde El Rastro hasta librerías especializadas.

Los libros recuperados, cuyo valor se calcula en torno a los 1.000 millones de pesetas, pertenecen a diversos autores de los siglos XVI, XVII y XVIII, y entre ellos se encontraban la mayor parte de los denunciados como sustraídos de la Bibilioteca Nacional. También se encontraron otros volúmenes que por sus características parecen proceder del mismo centro oficial, así como cierta cantidad de libros que por las anomalías que presentan también pudieran ser de procedencia delictiva.

Entre los libros recuperados destaca un volumen del siglo XVI titulado Malleus Maleficarum, así como otros de gran importancia de numerosos autores, entre ellos Galileo, Copérnico, Tolomeo, Kepler, Tycho Brahe y un libro de Newton sobre la filosofía matemática, de 1713. Las dos personas detenidas, en unión de todo lo intervenido, han pasado a disposición judicial.

"De todo este asunto", comenta Fusi, "se desprende la imperiosa necesidad de realizar recuentos de volúmenes con periodicidad. Voy a solicitar el cierre anual de la Biblioteca durante 10 días para poder llevarlo a cabo, como se hace en las grandes bibliotecas del mundo".

Los sistemas para robar libros de la Biblioteca Nacional son muy distintos. En principio, el más utilizado es el acceso a los libros con diferentes carnés, ya que, además del existente para los socios de la biblioteca, hasta ahora se podían retirar con carnés de otros organismos. Al devolverlos, y esperando un oportuno momento de aglomeración, se reintegran sólo los solicitados con un carné. "El carné único expedido por la Biblioteca Nacional, a pesar de las protestas de algunos sectores", comenta Fusi, "siempre lo he visto como una necesidad inmediata, y entre otras razones, para evitar esa forma de sustracción".

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