Presentado en Madrid un manifiesto a favor de la diversificación lingüística

Su lectura cerró un debate internacional en la Real Academia Española

Sería erróneo privilegiar demasiado al inglés, y es preciso diversificar y profundizar el aprendizaje de las distintas lenguas europeas para lograr una mayor cooperación entre los países europeos. Esta es una de las ideas principales del denominado Manifiesto de Madrid, cuya lectura puso fin ayer al Coloquio sobre lenguas extranjeras y comunicación, que se celebró en la sede de la Real Academia Española.

En el texto se afirma que la diversidad de las lenguas y culturas constituye la riqueza y la dificultad de Europa: "Europa no podrá ser reducida a una unidad lingüística y cultural sin ...

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Sería erróneo privilegiar demasiado al inglés, y es preciso diversificar y profundizar el aprendizaje de las distintas lenguas europeas para lograr una mayor cooperación entre los países europeos. Esta es una de las ideas principales del denominado Manifiesto de Madrid, cuya lectura puso fin ayer al Coloquio sobre lenguas extranjeras y comunicación, que se celebró en la sede de la Real Academia Española.

En el texto se afirma que la diversidad de las lenguas y culturas constituye la riqueza y la dificultad de Europa: "Europa no podrá ser reducida a una unidad lingüística y cultural sin perder su dignidad y su dinamismo". Se hace hincapié en el Manifiesto de Madrid en la necesidad de promover la formación de los que "están encargados de asegurar la cooperación entre los países europeos", ya que de su "cualificación depende la capacidad de Europa de poder desarrollar su potencial mal utilizado".Si bien se apuesta por el perfeccionamiento del aprendizaje del inglés, ya que "se ha convertido en el instrumento internacional de comunicación científica, económica y técnica% se subraya que "todos los estudios confirman que el inglés no basta para asegurar una cooperación eficaz entre los países europeos".

El manifiesto se refiere al español como lengua de cultura y puente cultural entre Europa y América, y añade que, desde la incorporación de España a la Comunidad Europea, este idioma debe encontrar en los sistemas de enseñanza de los países comunitarios el lugar que le corresponde. El texto concluye abogando por una enseñanza eficaz de las lenguas extranjeras como .enseñanza de cultura".

Diez países

A las sesiones, celebradas durante cuatro días en la Real Academia Española, asistieron estudiosos de Bélgica, Francia, Reino Unido, Italia, Holanda, Portugal, República Federal de Alemania, Estados Unidos, Suiza y Espaila. El coloquio fue organizado por la Fundación Europea de la Cultura, y patrocinado por la Fundación Colegio Libre de Eméritos, la editorial Espasa Calpe y el Banco de Bilbao. El encuentro es continuación de otros sobre cuestiones de lenguaje y comunicación celebrados en París, Lisboa y Florencia.Entre las ponencias expuestas destacaron La influencia del lenguaje en la evolución de lasformas de comunicación de las cultura europeas, presentada por Rafael Lapesa, de la Real Academia, y Franz-Joseph Zapp, de la universidad de Múnich; El carácter multicultural o monocultural de Europa, que presentaron en la sesión de apertura el académico José María de Areilza y Hans-Martin Gauger, de la universidad alemana de Friburgo, y La relación entre las culturas europeas en el mundo actual, y la fonnación tipo del hombre cultivado en la Europa de hoy, presentada ayer por el presidente de la Real Academia, Pedro Laín Entralgo, quien elausuró las jornadas.

La Fundación Europea de la Cultura, entidad que ha propiciado este Coloquio sobre lenguas extranjeras y comunicación, es una organización privada, no lucrativa, cuyo propósito es promocionar actividades culturales, sociales, educativas y científicas de interés europeo, así como incrementar el intercambio cultural entre los países europeos. Su presidenta es la princesa Margarita de Holanda, y cuenta con un consejo de gobernadores que corresponden a personalidades de 18 países de Europa.

Fundada en Ginebra en 1954, tiene su sede en Anisterdam, y desde 1975 ha establecido una red de institutos y centros de investigación y estudios políticos, entre los que destacan el Instituto Europeo para la Educación y la Política Social, en París; el Instituto para la Política del Medio Ambiente, en Bonn; la Fundación de Cooperación Europea, en Bruselas, o el Centro Europeo para Estudios Políticos, en Londres.

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