Eduardo Mendoza traduce a Shakespeare para Miguel Narros

Primer trabajo teatral del autor de 'La ciudad de los prodigios'

El novelista catalán Eduardo Mendoza ha iniciado una nueva andadura literaria en el campo del teatro al realizar la adaptación castellana, que en estos días está finalizando, de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano, a petición del director de escena Miguel Narros. La obra se estrenará por la compañía del teatro Español, del Ayuntamiento de Madrid, el 19 de diciembre,Mendoza, traductor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se ha convertido en 10 años en uno de los novelistas más sólidos de la narrativa contemporánea española. Su producción literaria es pe...

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El novelista catalán Eduardo Mendoza ha iniciado una nueva andadura literaria en el campo del teatro al realizar la adaptación castellana, que en estos días está finalizando, de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano, a petición del director de escena Miguel Narros. La obra se estrenará por la compañía del teatro Español, del Ayuntamiento de Madrid, el 19 de diciembre,Mendoza, traductor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se ha convertido en 10 años en uno de los novelistas más sólidos de la narrativa contemporánea española. Su producción literaria es pequeña si se tiene en cuenta que a sus 43 años sólo son cuatro las novelas de él publicadas.

Sus tres primeras novelas, La verdad sobre el caso Savolta (1979), El misterio de la cripta embrujada (1979) y El laberinto de las aceitunas (1982), lo convirtieron en un escritor sobre el que se abrían muchas expectativas. Su cuarta y últirna publicación, La ciudad de los prodigios (1.986), le ha proporcionado el reconocimiento de encontrarse entre uno de los más prestigiados escritores españoles del momento.

El que le pidieran realizar una adaptación teatral, algo que no había ni siquiera pensado hasta ahora, dejó sorprendido a Mendoza. "No excluyo, y nunca lo he hecho, la posibilidad de hacer teatro, pero bastante trabajo me cuestan mis novelas como para enfrentarme a los problemas del teatro. Cuando me llamó Miguel Narros no entendía que hubiera pensado en mí para adaptar a Shakespeare. A Narros no lo conocía personalmente; tenía mucho respeto por él y por su trabajo, y Shakespeare me ha tenido desde hace años entre sus más devotos lectores", dice Mendoza.

Para Miguel Narros fue fundamental la lectura de la novela El misterio de la cripta embrujada a la hora de pensar en Mendoza para la adaptación. "El sueño de una noche de verano es una obra llena de enredos, equivocaciones, errores, y Puck, un personaje fundamental, me recordaba constantemente al investigador esquizofrénico de la novela de Mendoza, un escritor que maneja de forma especial los diálogos y los golpes de efecto, algo que también le ocurre a Shakespeare, y que está muy bien que lo acerquemos al teatro en un momento de vacío en la literatura dramática", declara Narros. Para Mendoza, esta posible similitud con el autor inglés es algo que no se puede apreciar leyendo sus novelas.

Tras los primeros momentos de sorpresa, el proyecto se puso en marcha. "La primera respuesta", comenta Mendoza, "fue que me dejara pensarlo unos días; releí la obra, me gustó la idea, pensé si me arriesgaba o no, sopesando la comodidad de decir que no. Acepté porque, habiendo traducciones tan buenas, el que se eligiera a una persona tan insensata debía de ser porque querían lo que hago, y además no debía dejarme abrumar por la responsabilidad académica de enfrentarme a un texto de Shakespeare, ya que soy dado más bien al disparate y poco erudito".

Mendoza, conocedor de esta obra que ahora adapta al castellano, se ha puesto a estudiarla a fondo: "He leído mucho sobre la obra, y ello me ha facilitado el trabajo, aunque por otro lado me he dado cuenta de los matices y de la enorme inteligencia y sensibilidad de Shakespeare".

"He llegado a la conclusión", añade el novelista, "de que la obra es intocable, y hacer una versión es algo muy peligroso". Tanto Eduardo Mendoza como Miguel Narros quieren evitar que sea un texto cerrado, y a los dos les interesa que la obra no presente un lenguaje muerto con terminologías en desuso.

Pesadilla y no sueño

"A Mendoza le preocupa", comenta Miguel Narros, "respetar la parte poética de Shakespeare y dejar claro que no es una obra alegre, ya que el sueño es en realidad una pesadilla y las situaciones se convierten en cómicas por desquiciadas'.Para Mendoza, ésta no es una obra muy shakespeariana, "es una comedia, obra primeriza, lejos de sus grandes tragedias, aunque, como en cualquier autor de extraordinario talento, el campo de investigación que se plantea es infinito. Creo que me llevará aún mucho tiempo y muchas horas de picar piedra".

Los problemas principales parece ser que Eduardo Mendoza los ha tenido a la hora de traducir el humor, algo que maneja con especial maestría en sus novelas. El autor, habitual y aficionado espectador de teatro, donde acudía a menudo en sus 10 años de vida en Nueva York, declaraba no hace mucho que con los años iba perdiendo el humor, o más bien transformándolo: "He tenido problemas a la hora de traducir el humor, ya que se me escapa cómo funciona en el teatro, por depender este aspecto del actor. En todo caso he evitado tanto hacer un texto demasiado cerrado como conocer el reparto con antelación".

La obra se estrenará por la compañía del teatro Español, al frente de cuyo teatro se encuentra desde hace dos años Miguel Narros, el 19 de diciembre, con decorados de Andrea d'Odorico y un reparto, aún no completado, en el que se tenía previsto que interviniera la actriz y presentadora de televisión Pastora Vega, que ha declinado el ofrecimiento por encontrarse enferma. Otros intérpretes ya confirmados son Kiti Manver, Miriam de Maeztu, Nuria Gallardo, Carlos Hipólito, Ángel Alcázar, Pedro del Río, Félix Navarro y Enrique Menéndez.

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