El cine argentino responde a una "pura necesidad salvaje", según Manuel Antín

La semana del nuevo cine argentino que se celebra en Madrid desde el pasado viernes va a servir para que el público español "pueda acceder a una serie de películas producidas en Argentina en el primer año de la democracia", según Manuel Antín, director del Instituto Nacional de Cinematografía argentino, presente en Madrid para la inauguración del ciclo. Se han seleccionado siete películas no estrenadas en España y que han obtenido premios o han tenido repercusión internacional. Según Antín, el cine argentino "vive en libertad absoluta", y si la temática hace referencia a la inmediata realidad ...

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La semana del nuevo cine argentino que se celebra en Madrid desde el pasado viernes va a servir para que el público español "pueda acceder a una serie de películas producidas en Argentina en el primer año de la democracia", según Manuel Antín, director del Instituto Nacional de Cinematografía argentino, presente en Madrid para la inauguración del ciclo. Se han seleccionado siete películas no estrenadas en España y que han obtenido premios o han tenido repercusión internacional. Según Antín, el cine argentino "vive en libertad absoluta", y si la temática hace referencia a la inmediata realidad es por "pura necesidad salvaje".

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El pasado viernes se presentó en el Cinema Palace de Madrid, donde tiene lugar la semana del nuevo cine argentino, La historia oficial, filme dirigido por Luis Puenzo, que obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en la última edición del festival de Cannes (Norma Aleandro) y el premio especial del jurado y a la mejor actriz en el de Cartagena de Indias (Colombia).El director del Instituto Nacional de Cinematografía de Argentina, Manuel Antín, declaró, en el acto de presentación, que se pretendía presentar en Madrid las primeras películas realizadas en paz y sin censura que han obtenido premios fuera de Argentina o especial repercusión internacional. Con esta semana se pretende también devolver el ciclo de cine español que se presentó en Argentina en 1983 y que, por la situación política, tanta importancia tuvo para el despertar del cine del país latinoamericano.

"Para nosotros", declara Antín, es un milagro. Hacer cine sigue siendo una cuestión de suerte". La política seguida ahora en el Instituto de Cinematografía argentino es, según su director, "de protección absoluta". "Para mí, la protección es una obligación inevitable para todo país que quiera un cine de alto nivel", continúa Antín, "porque abandonarlo a las fuerzas individuales es encaminarlo al fracaso en una situación como la actual".

En Argentina, hoy, el cine se vive "con una libertad absoluta", aunque las películas presentadas, que responden al primer año de la democracia en Argentina, tienen argumentos en la misma línea y hacen referencia a la realidad inmediata del país.

Para el director del Instituto de Cinematografía, este hecho "es una pura necesidad salvaje. El cine argentino necesitaba reflejar la tragedia para salir de ella y poder reconocernos como seres humanos".

Aparte de la proyección de los siete largometrajes programados en esta semana, se están presentando también seis cortometrajes cuyos títulos son: Arden los juegos, Cuando la primavera se equivoca, La espera, Como la sombre tenue de una hoja, Tristeza de la pieza de hotel y La última pelea de la noche.

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