Tribuna:

El futuro del vino español en la CEE

Una de estas preocupaciones nace de aplicar el refrán de "Cuando veas las barbas del vecino afeitar...", y es que hemos visto afeitadas las de nuestros colegas mediterráneos, los griegos. Sí, sí, sabemos que uno de los principios comunitarios, y en la adhesión de Grecia se recoge, es el de que el país que se adhiere no puede ver perjudicada su situación; por consiguiente, su estado no puede ser, en el futuro, peor que el que tenía antes de adherirse. Pero la aplicación práctica de los acuerdos no ha sido así en el caso de la exportación de vinos de Grecia a la Comunidad. Hay que resaltar que, ...

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Una de estas preocupaciones nace de aplicar el refrán de "Cuando veas las barbas del vecino afeitar...", y es que hemos visto afeitadas las de nuestros colegas mediterráneos, los griegos. Sí, sí, sabemos que uno de los principios comunitarios, y en la adhesión de Grecia se recoge, es el de que el país que se adhiere no puede ver perjudicada su situación; por consiguiente, su estado no puede ser, en el futuro, peor que el que tenía antes de adherirse. Pero la aplicación práctica de los acuerdos no ha sido así en el caso de la exportación de vinos de Grecia a la Comunidad. Hay que resaltar que, mientras Grecia tenía una exportación media a la Comunidad Económica Europea de unos 400.000 hectolitros, España exportó al mismo destino en 1983 unos dos millones de hectolitros. A nuestro entender, no hay duda que uno de los motivos fundamentales que puede dar lugar a la aplicación práctica de las normas comunitarias (que pueden suponer una dificultad a nuestras ventas en dicho mercado y una facilidad a la entrada de mayores volúmenes de vinos comunitarios), puede radicar en la distinta organización del mercado del vino.Fijación de precios

Frente a la fijación en España de un solo precio para un vino destinado a la destilación, la Comunidad fija distintos precios a las tres distintas calidades que para vinos tintos y vinos blancos establece, y también distintos precios para los vinos destinados a destilación. Hay, pues, que adaptar nuestras disposiciones a las que rigen en el Mercado Común Europeo. De lo contrario, si se fijan montantes compensatorios y se parte de los precios actuales oficiales, al no existir paralelismo, puede suponer la fijación de un montante compensatorio que al añadirse al precio español de exportación encareciera ésta, dificultando su venta y, en sentido contrario, una prima al envío de los vinos comunitarios a España que, obviamente, facilitaría su introducción. Por ello, insistimos, hay que homogeneizar la legislación comunitaria y la española cuanto antes y, mientras, tener muy en cuenta, y no dudamos que los negociadores conocen sobradamente el problema, la falsa realidad que supone el precio español para la destilación en comparación con los precios oficiales comunitarios. En este sentido, se puede afirmar que los precios de orientación, "los oficiales de la Comunidad Económica Europea", son superiores en un 40% a los del mercado comunitario.

Tema parecido, pero distinto, es el de los llamados precios de referencia, motivo también de preocupación para los exportadores de vinos.

En su momento, la Comunidad decidió que ningún vino de un país tercero se vendiera en la CEE por debajo de los precios allí existentes. Para conseguirlo partieron del precio de orientación y lo incrementaron con los gastos de comercialización (mermas, comisiones, transportes, etcétera) y de esta forma se llegó al precio de referencia.

Nueva barrera aduanera Pero con el tiempo la teoría que dio lugar a los precios de referencia fue quedándose en una mera teoría y convirtiéndose de hecho en una nueva barrera aduanera. Los precios de referencia aumentaron paulatinamente a lo largo de los años muy por encima de lo que lo hacían los precios interiores, y, hoy en día, se han convertido en una dificultad más para exportar vinos a la Comunidad Económica Europea.

Ante estas circunstancias, creemos que nos espera una negociación sumamente difícil, no sólo por las dificultades de la negociación en sí, sino también porque el desarrollo técnico de las mismas es fundamental para que la economía española vitivinícola pueda asumirlas sin grave perjuicio para el conjunto del sector. Confiamos en nuestros negociadores, a los que hemos ofrecido siempre nuestra total colaboración, pero no olvidemos que quienes estamos llamando a las puertas de la CEE somos nosotros los españoles.

Juan Antonio Mompó Ochoa es presidente de la Federación Nacional de Criadores-Exportadores de Vinos de España.

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