La caída de la producción narrativa y el auge de la lírica definen la tendencia actual de la literatura en Galicia

Dos editoriales polarizan el raquítico mercado del libro gallego

ÁNXEL VENCE Un abierto decaimiento de la narrativa, apuntado ya desde principios de la década y contrapesado por la emergencia de una lírica exclusivamente urbana, que rompe de manera definitiva con los viejos tics ruralistas, podría definir la tendencia genérica del año literario gallego, que en el plano comercial no ha supuesto ningún cambio para la endémica situación de raquitismo del mercado: escasa demanda de libros en la lengua del país y ausencia casi completa de infraestructura cultural. De los 30.000 títulos editados el pasado año en España, sólo 300 corresponden a la producción en le...

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ÁNXEL VENCE Un abierto decaimiento de la narrativa, apuntado ya desde principios de la década y contrapesado por la emergencia de una lírica exclusivamente urbana, que rompe de manera definitiva con los viejos tics ruralistas, podría definir la tendencia genérica del año literario gallego, que en el plano comercial no ha supuesto ningún cambio para la endémica situación de raquitismo del mercado: escasa demanda de libros en la lengua del país y ausencia casi completa de infraestructura cultural. De los 30.000 títulos editados el pasado año en España, sólo 300 corresponden a la producción en lengua gallega.

Paradójicamente, Galaxia y Edicions Xerais, las dos editoriales viguesas que se reparten el mercado del libro gallego tras la práctica desaparición de Edicions do Castro, han obtenido en el año literario convencional que finaliza este 17 de mayo los mejores balances de resultados en mucho tiempo, según reconocen sus propietarios. La introducción masiva del libro de texto en gallego y las traducciones de clásicos juveniles utilizadas como lecturas complementarias parecen constituir la explicación para esta anómala situación, en particular si se tiene en cuenta que no han variado de modo sustancial los índices de venta de las obras de narrativa, lírica o ensayo. "Lo cierto", explica Bieito Ledo, director de Galaxia y miembro de la Asociación de Editores en Lengua Gallega, "es que, hoy por hoy, las editoriales de Galicia producen muchos más libros de los que el mercado es capaz de asimilar y ello nos obliga a tener los almacenes permanentemente llenos. De ahí que estemos en contra del proyecto de Editora Nacional que la Xunta intenta sacar adelante".Xulián Maure, subdirector general del Libro y Bibliotecas del Gobierno autónomo, es notablemente menos pesimista, aun cuando reconozca que la edición en gallego está "bajo mínimos". "Si tomamos como punto de referencia los 3.000 títulos que se editan anualmente en catalán, podríamos fijar para Galicia una producción de 1.500 libros anuales, es decir, cinco veces la cifra actual".

Red de bibliotecas

Desde el punto de vista de Maure, el escaso volumen de edición no revela otra cosa que "la incapacidad de la empresa privada para cubrir la producción en lengua gallega, y ello a pesar de que este tipo de libro no es en absoluto ruinoso". La solución al problema residiría, a su juicio, en ampliar la actual red de bibliotecas -apenas un centenar, y no todas ellas surgidas de libros en gallego- como paso previo a la creación de una Editora Nacional Gallega que, en su actual fase de proyecto, ha suscitado ya la frontal oposición de las editoriales privadas. Según el responsable de la Xunta, la editora cumpliría únicamente un papel subsidiario al margen de toda competencia con las empresas ya existentes, para las que incluso "crearía nuevos lectores".

Bieito Ledo, responsable de la más antigua editorial en lengua gallega, se muestra por su parte absolutamente en desacuerdo con los planteamientos de la Xunta salvo en lo que se refiere a la potenciación de la red de bibliotecas y la política de subvención directa mediante adquisición de lotes de libros que la subdirección general se propone iniciar este misino año. "Al menos ahora", dice, "hablamos un lenguaje común con los responsables del Gobierno gallego, y lo último que haríamos sería adoptar una actitud obstruccionista, pero como profesionales vamos a oponernos totalmente a la creación de la Editora Nacional".

El trabajo institucional de la Xunta es criticado también, con otro tipo de matices, por el profesor y crítico literario Anxo Tarrio, para quien el Premio Álvaro Cunqueiro, dotado con dos millones de pesetas por el Gobierno gallego, está siendo desaprovechado. "Para ser el de mayor cuantía que se concede en Galicia, resultaría excesivo que se otorgase a una obra puntual. Quizá estaría mejor empleado, y ésta no es sólo mi opinión, en promover becas de investigación literaria o algo similar".

La posibilidad de que el otro premio importante de las letras gallegas -el Blanco Amor, dotado con un millón de pesetas por un grupo de ayuntamientos- desaparezca a corto plazo por falta de financiación, es rechazada por Tarrio pese a la evidencia de las actuales dificultades económicas. Los premios no parecen haber estimulado, sin embargo, la creatividad de los escritores gallegos, a juzgar por su producción última. "Salvo obras puntuales", reconoce Tarrio, "no se han hecho grandes cosas en el campo de la narrativa desde el comienzo de la década de los ochenta. Quizá esto sea el reflujo de una cierta facilidad para editar qué propició la salida a las librerías de obras que normalmente no debieran haberse publicado".

Como contrapartida, la definitiva consolidación de una generación de jóvenes poetas que han recuperado las tradiciones vanguardistas de la poesía gallega, sitúa la lírica en una posición excepcional dentro de la actual producción literaria de Galicia.

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