La Administración estudia la fusión de concesionarias de autopistas para proceder al saneamiento del sector
El futuro de las sociedades Bética de Autopistas -concesionaria del tramo Sevilla-Cádiz- y el de Eurovías -Burgos-Malzaga- pasan, en opinión de la Administración, por la fusión de estas empresas con otras sociedades que explotan otros tramos de autopistas y cuyos accionistas principales son los mismos. El ministro de Obras y Públicas y Urbanismo, Julián Campo, ha decidido nombrar presidente de la Empresa Nacional de Autopistas a Antonio Padilla Valero, inspector financiero y tributario.
La fórmula de integrar en una sola a distintas sociedades concesionarias de autopistas que explotan tramos diversos, de los que unos aparecen como rentables mientras que otros no presentan una viabilidad clara, se estudia en el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo como la solución mejor para algunas de las sociedades que, de otra forma, acabarían en manos del Estado; con esta solución se impide una suspensión de pagos que arrastraría al conjunto del sector y debilitaría la imagen exterior de la economía española. Esta decisión, articulada ya en el caso de las sociedades Acesa y Acasa, se puede repetir dentro de este mismo año con las empresas Bética y Aumar y Eurovías con Europistas.El ministro de Obras Públicas, en una comparecencia ante la comisión correspondiente del Congreso de los Diputados, informó de la situación económica y financiera del sector de autopistas, que ha provocado la adquisición de la totalidad de acciones de las sociedades Autopistas del Atlántico y Aucalsa -sociedad que explota el tramo León-Campomanes-, y trazó un mapa de las diversas actuaciones que pueden ser necesarias a corto plazo para ordenar el sector e impedir que los Presupuestos Generales del Estado tengan que seguir recogiendo en sus capítulos cantidades importantes para enjugar las pérdidas de algunas de estas sociedades.
Julián Campo cifró en 120.000 millones de pesetas las aportaciones que el Estado ha tenido que hacer llasta el momento para mantener el sector, en función del seguro de cambio de que gozan la mayoría de los créditos exteriores concedidos a las sociedades concesionarias para la construcción de las autopistas. Esta cantidad es la que hace que algunas empresas presenten en la actualidad resultados positivos, ya que de otra forma también tendrían pérdidas. A ello hay que añadir los 11.000 millones de pesetas anuales que durante los próximos ejercicios tendrá que pagar la Administración por las pérdidas de Aucalsa y Autopistas del Atlántico y los 1.000 millones de Autopistas de Navarra, en la que el Estado y la Diputación Foral de Navarra se harán cargo de las acciones en breve tiempo.
Críticas a las concesiones
El sistema de concesión y construcción de las autopistas fue amplianiente criticado en su intervención por el titular del departamento de Obras Públicas, quien señaló como una de las causas básicas de la crisis la no existencia. de cortapisas legales para que algunos de los accionistas fueran al tiempo los constructores de las mismas. De esta forma, algunas sociedades han sido concesionarias de la explotación con aportaciones menores a la fianza legal que habrían tenido que depositar para que se les adjudicara una obra de ese volumen. La concesión de explotación, basada en unos supuestos de tráfico claramente inflados sobre la realidad, y con unas ventajas de inversión estimables, han significado, en opinión de los expertos del Ministerio de Obras Públicas, un saneado negocio en la etapa de construcción, con un colchón en el momento de la explotación comercial que pasaba por la asunción por parte del Estado de las sociedades que no fueran viables económicamente.
Presiones a Aumar
En este sentido, y a la vista de la casi imposibilidad de que empresas como Bética de Autopistas -en la que Dragados y Construcciones controla el 33% del capital- y Eurovías -en la que Ferrovial, John Laing Overseas y Europistas lo hacen sobre el 65%- obtengan un umbral de viabilidad económica, dado el escaso tráfico que circula por ellas y la estructura de su deuda exterior, se estudia la posibilidad de presionar a Autopistas del Mare Nostrum (Aumar) -en la que el Banco Central posee el 55% del capital, y Dragados, el 26%-para que se fusione con Bética, y que Europistas, cuyos accionistas principales son Ferrovial y Laing, haga lo mismo con Eurovías. De esta forma se logrará un balance consolidado en equilibrio, e incluso con algunos beneficios desde este momento, a cambio de una modificación en los períodos de duración de las concesiones y una mayor libertad a la hora de fijar los peajes de estas autopistas.Bética de Autopistas tiene además un contencioso con la Administración y el Ayuntamiento de Cádiz como consecuencia de la supresión del peaje en el puente de la bahía de Cádiz, decidido por el anterior Gobierno.
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