Francia plantea en la CEE nuevas exigencias en el capítulo agrícola con España

Repentinamente, y a pocos días de que la CEE deba entregar su declaración a España sobre el capítulo agrícola, Francia ha, planteado nuevas exigencias en el terreno del vino, aceite de oliva y restricción de los intercambios comerciales. Las instrucciones, que cogieron a todo el mundo por sorpresa en Bruselas, habían llegado directamente desde instancias gubernamentales en París, según señalaron fuentes comunitarias.Francia planteó sus nuevas exigencias en la reunión del Comité de Representantes Permanentes (Coreper) de la CEE, el miércoles por la tarde. En vino, sin fijar cifras, Francia quie...

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Repentinamente, y a pocos días de que la CEE deba entregar su declaración a España sobre el capítulo agrícola, Francia ha, planteado nuevas exigencias en el terreno del vino, aceite de oliva y restricción de los intercambios comerciales. Las instrucciones, que cogieron a todo el mundo por sorpresa en Bruselas, habían llegado directamente desde instancias gubernamentales en París, según señalaron fuentes comunitarias.Francia planteó sus nuevas exigencias en la reunión del Comité de Representantes Permanentes (Coreper) de la CEE, el miércoles por la tarde. En vino, sin fijar cifras, Francia quiere que figure en la declaración una petición de que España reduzca su producción, estimando asimismo que el coupage (mezcla principalmente de vinos blancos y tintos) planteará problemas.

Tal como estaba, el proyecto de declaración se limitaba a incluir el vino en un régimen, por definir, de transición clásica y no por etapas, con la salvedad de que los precios de referencia del vino tendrían que ser iguales para España y la CEE desde la adhesión para evitar desvíos de tráfico comercial. La demanda francesa ha sorprendido sobremanera, ya que la Comisión Europea debe transmitir en las próximas dos semanas sus propuestas para el vino español.

Para el aceite de oliva, Francia quiere que la CEE se pronuncie por un período de congelación en la integración de este sector en la Comunidad. El proyecto dejaba este tema para más adelante. En cuanto a los intercambios comerciales, es bien sabido que Francia propone, como dice el proyecto de declaración, que para las frutas y hortalizas, durante una primera etapa (de cuatro, cinco o seis años), se mantengan en la situación en que están actualmente.

En una segunda etapa se establecería un régimen de vigilancia a priori sumamente duro. Pues bien, Francia ha pedido que en el texto figure explícitamente su derecho a mantener su régimen de control- nacional bilateral.

El grupo España de la CEE se reunirá hoy para intentar acercar una vez más las distintas posiciones, pero todo indica que serán los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE los que tendrán que dirimir el lunes, la víspera de la entrega a España de la declaración. Si finalmente la hay. Estamos en el corazón de la negociación.

Si la hay, es harto probable que estará incluido el sistema de integración en dos etapas del sector hortofrutícola español. Francia, de otro modo, bloquearía todo el proceso. Puede haber, eso sí, alguna pequeña concesión de forma, por ejemplo, pidiéndole a España su opinión, y cambiando el término etapas por fases. O cambiando la denominación del sistema de vigilancia de los intercambios comerciales agrícolas por el de mecanismos complementarios.

Aún hay grandes divisiones en la propia CEE respecto a las etapas, su duración y su contenido. Francia está dispuesta a que el sector hortofrutícola español tenga un acceso progresivo desde el día de la adhesión a los fondos comunitarios de garantía de precios, pero no quiere liberalizar su comercio. La actitud inglesa, como país consumidor, es justamente la contraria. En el corazón de esta negociación se repite la división norte-sur de la CEE.Condiciones alemanas

Por otra parte, la República Federal de Alemania está "dispuesta a aumentar sus pagos a la CEE si puede justificarlo ante su opinión pública por la integración de España y Portugal", manifestó ayer en Bruselas el canciller alemán Helmut Kohl, en el curso de una conferencia de prensa con ocasión de su visita oficial a Bélgica, confirmando al más alto nivel lo que ya habían señalado en el pasado otras fuentes alemanas. España y Portugal parecen convertirse en una excusa para desbloquear un acuerdo interno de la CEE. Kohl situó esta posibilidad dentro del paquete total de reformas de la CEE que quedó plasmado en la cumbre europea de Stuttgart en junio de 1983.

Respecto a la cumbre de marzo, Kohl señaló: "No soy pesimista. Pienso que vamos finalmente a tomar las decisiones que son necesarias". Se mostró dispuesto a colaborar totalmente con la presidencia francesa de la CEE, y abogó por una Europa que fuera mucho más allá de la Unión Aduanera, considerando que Ios problemas no son sólo presupuestarios". No quiso, sin embargo, entrar en detalles sobre los preparativos para esta crucial cumbre.

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