La Comisión de Clasificación no quiere cortar ningún fotograma

Algunos miembros de la comisión que en el Ministerio de Cultura clasifican las películas por edades, se han hecho sensibles a las críticas que sus cometidos merecen, sobre todo cuando, hasta ahora, nadie se había preocupado de este sector: "No somos censores", explican. "Hasta ahora se obligaba a mutilar los filmes de porno duro para que pudieran obtener la famosa S; a partir de este momento, todas las películas podrán exhibirse en su integridad. Las consecuencias económicas que de ello se derivan dependerán del negocio de cada productor, pero nosotros no cortamos ni estamos dispuestos ...

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Algunos miembros de la comisión que en el Ministerio de Cultura clasifican las películas por edades, se han hecho sensibles a las críticas que sus cometidos merecen, sobre todo cuando, hasta ahora, nadie se había preocupado de este sector: "No somos censores", explican. "Hasta ahora se obligaba a mutilar los filmes de porno duro para que pudieran obtener la famosa S; a partir de este momento, todas las películas podrán exhibirse en su integridad. Las consecuencias económicas que de ello se derivan dependerán del negocio de cada productor, pero nosotros no cortamos ni estamos dispuestos a cortar un solo fotograma, sea de la película que sea"."Lo ideal", añaden, "es que no exista prohibición alguna para nadie. Ojalá logremos solo señalar qué películas pueden no ser aconsejables para cada edad, pero dando libertad a que cualquier ciudadano consuma lo que le apatezca; en ese caso, sólo las películas X quedarán reservadas para mayores de 18 años. Diez son los miembros que componen esta comisión: directores de cine, críticos, padres de familia, un representante de la Filmoteca, intelectuales y trabajadores deciden cada tarde cómo clasificar las próximas películas. Cuatro mujeres y seis hombres: "yo no creo", dice uno de ellos, "que se deba utilizar la clasificación de 16 años. Las modalidades que hemos empezado a utilizar son las de todos los públicos, catorce y dieciocho años. La decisión de no subvencionar películas de bajo coste y carácter pornográfico, consideradas X en Europa, es una cuestión que no nos afecta".

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Las películas X no contarán con la protección económica que presta el Estado a toda película española. Independientemente de cualquier razón moral, el origen de esta decisión nace de la incoherencia que resulta del muy bajo presupuesto de estos filmes (de 9 a 12 millones de costo total, mientras que cualquier película normal difícilmente se valora por debajo de los 25 o 30 millones de pesetas) frente al dinero que la Administración les concede matemáticamente al valorarlas como cualquier película de mejor ambición. El 15% resultante del ingreso bruto de los casi 700 millones de pesetas recaudados por esas películas S durante el pasado año es superior, en términos generales, al coste mismo de estas películas.

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