Buena voluntad

El Teatro Itinerante de Aranjuez, que se pone bajo el padrinazgo nominal de La Barraca que inventó Federico García Lorca hace ahora cincuenta años, rinde un homenaje a aquel lejano -en muchos sentidos- precedente. Ha reunido piececillas, fragmentos y poemas de García Lorca; los recita, los representa, los subraya con cante y guitarra.No le falta buena voluntad y esa candidez de quienes creen que la admiración, el entusiasmo ,y la vocación son suficientes para abordar lo difícil y hasta lo imposible; más estimable todo ello en Alicia Hermida, quien, por su condición profesional, podría tener me...

El Teatro Itinerante de Aranjuez, que se pone bajo el padrinazgo nominal de La Barraca que inventó Federico García Lorca hace ahora cincuenta años, rinde un homenaje a aquel lejano -en muchos sentidos- precedente. Ha reunido piececillas, fragmentos y poemas de García Lorca; los recita, los representa, los subraya con cante y guitarra.No le falta buena voluntad y esa candidez de quienes creen que la admiración, el entusiasmo ,y la vocación son suficientes para abordar lo difícil y hasta lo imposible; más estimable todo ello en Alicia Hermida, quien, por su condición profesional, podría tener menos ingenuidad. Ella es, de todas formas, la que mejor dicción tiene y la que, con Jaime Losada, ha conseguido poner en pie todo este conjunto dirigiendo sobre todo con afición y buen deseo. Su itinerancia les ha traído a El Gayo Vallecano, donde fueron bien acogidos por el público del estreno.