Sin acuerdo en las cifras de excedentes de aceite de oliva

Las organizaciones profesionales agrarias miembros de la comisión especializada del Fondo de Ordenación y Regulación de los Precios y Productos Agrarios (FORPPA) rechazaron el balance de cosecha y de la campaña de aceite de oliva elaborado por este organismo. Asimismo, han señalado que la única explicación a las cifras de excedentes a finales de campaña radica en la continuación del fraude y en la mezcla de aceite de oliva con otros de inferior calidad.De acuerdo con la información facilitada por la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) y por la Coordinadora de Organiza...

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Las organizaciones profesionales agrarias miembros de la comisión especializada del Fondo de Ordenación y Regulación de los Precios y Productos Agrarios (FORPPA) rechazaron el balance de cosecha y de la campaña de aceite de oliva elaborado por este organismo. Asimismo, han señalado que la única explicación a las cifras de excedentes a finales de campaña radica en la continuación del fraude y en la mezcla de aceite de oliva con otros de inferior calidad.De acuerdo con la información facilitada por la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG) y por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), el FORPPA prevé un superávit a 30 de octubre próximo -fecha en la que finaliza la actual campaña- de 220.000 toneladas de aceite de oliva, de las que 130.000 estarán en poder del Fondo de Regulación de Precios y Productos Agrarios y 90.000 en manos de entidades privadas. En opinión de estas organizaciones, esto resulta imposible, teniendo en cuenta que la pasada cosecha fue muy corta, ya que no se alcanzaron las 300.000 toneladas de aceite de oliva. Si a esto se le une el gran incremento de la demanda de este tipo de aceite como consecuencia del síndrome tóxico, no debería haber existencias a final de campaña.

La única explicación que cabe dar a esta situación es la existencia de un importante volumen de fraude causado por la mezcla de aceite de oliva con el de otras semillas e incluso con aceites como el de orujo, de los que hay constancia de su producción, pero no de su venta. Los cálculos del volumen total del fraude realizados por el sector productor dan una cifra aproximada a la del superávit antes citado.

Esta situación excedentaria va a causar graves problemas a partir del próximo otoño, ya que la próxima cosecha se situará entre las 400.000 y las 450.000 toneladas de aceite de oliva, lo que, unido al excedente actual y la buena cosecha prevista para el aceite de girasol, evaluada actualmente en 240.000 toneladas, sitúa la cifra total de aceites vegetales en 900.000 toneladas, contando con que no salga al mercado aceite de soja.

No a la soja

En la misma reunión convocada para elaborar las normas de campaña, las organizaciones de productores solicitaron datos sobre la estirificación de grasas de origen animal que se producen y que luego tampoco aparecen por el mercado, y se solicitó al Instituto Nacional de Industria, a través de su empresa extractora, un informe sobre los rendimientos en aceite del haba de soja, ya que unas fuentes los sitúan en el 17% y otras en el 20%, según su procedencia.Otro de los puntos más conflictivos debátidos fue la cantidad de aceite de soja que podrá salir al mercado durante la próxima campaña.

El sector productor de aceite de oliva, a excepción de la COAG y la Federación de Trabajadores de la Tierra (FTT), solicitó que no salga nada. Estas dos últimas organizaciones eran partidarias de que sólo salieran al mercado 50.000 toneladas, que solamente podrían ser utilizadas para usos industriales. En la campaña actual se han puesto a la venta 90.000 toneladas.

Por su parte, los ministerios de Industria y Economía y Comercio se mostraron partidarios de poner a la venta 120.000 toneladas, la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura dio la cifra de 110.000 y el resto de la Administración la situó en 90.000. Por otro lado, para la próxima campaña se ha suprimido una disposición por la que se facultaba al Fondo de Ordenación y Regulación de Precios y Productos Agrarios para vender aceite durante los meses de noviembre y diciembre a precios de la campaña anterior, lo que suponía una competencia desleal para el sector.

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