La policía argentina reprimió duramente la mayor manifestación contra la Junta desde 1976

La dureza con que la Junta militar argentina reprimió en la tarde del martes la mayor manifestación jamás organizada, en su contra desde el golpe de Estado de 1976 puso en evidencia, según todos los observadores, la determinación del Gobierno Galtieri de marcar los límites de la prevista apertura política.Más de un millar de detenidos y numerosos heridos, en Buenos Aires y otras grandes ciudades argentinas, es el, balance de esta prueba de fuerza organizada por la central sindical peronista Confederación General de Trabajadores (CGT), actualmente intervenida por el Gobierno.

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La dureza con que la Junta militar argentina reprimió en la tarde del martes la mayor manifestación jamás organizada, en su contra desde el golpe de Estado de 1976 puso en evidencia, según todos los observadores, la determinación del Gobierno Galtieri de marcar los límites de la prevista apertura política.Más de un millar de detenidos y numerosos heridos, en Buenos Aires y otras grandes ciudades argentinas, es el, balance de esta prueba de fuerza organizada por la central sindical peronista Confederación General de Trabajadores (CGT), actualmente intervenida por el Gobierno.

La policía federal disolvió sin contemplaciones -y con ayuda de gases lacrimógenos, disparos al aire y camiones cisterna- a los miles de personas que intentaron llegar hasta la plaza de Mayo, según informa desde la capital argentina Jose Luis A. Fermosel.

El objetivo central de la manifestación en petición de pan, paz y, trabajo era arremeter contra la política económica, de corte neoliberal, que viene aplicando el Gobierno argentino.

Numerosos vehículos policiales hicieron sonar sus sirenas para tratar de amedrentar a los manifestantes, que continuamente coreaban consignas contra las fuerzas represoras. "Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar", gritaban unos, mientras otros entonaban la marcha peronista.

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