Cohn-Bendit realiza una edición pirata y anónima de la última novela de García Márquez

"Crónica de una muerte anunciada" aparece firmada con nombre supuesto en una revista de Alemania Occidental

Pflasterstrand (Adoquín), una publicación de Francfort que se vende al precio de cien pesetas y está editada por el ex líder estudiantil del mayo francés Daniel Colin-Bendit, publicó íntegramente en alemán la última novela de Gabriel Garcia Márquez, Crónica de una muerte anunciada, sin título y atribuida al autor G. de Aracataca. La editorial alemana Kiepenheuer und Witsch, que lanzará en agosto la novela al precio de 19,80 marcos (790 pesetas), anunció su intención de exigir a Colin-Bendit y su revista daños y perjuicios.

Dieciocho páginas en texto apretado ocupa la novela de García Má...

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Pflasterstrand (Adoquín), una publicación de Francfort que se vende al precio de cien pesetas y está editada por el ex líder estudiantil del mayo francés Daniel Colin-Bendit, publicó íntegramente en alemán la última novela de Gabriel Garcia Márquez, Crónica de una muerte anunciada, sin título y atribuida al autor G. de Aracataca. La editorial alemana Kiepenheuer und Witsch, que lanzará en agosto la novela al precio de 19,80 marcos (790 pesetas), anunció su intención de exigir a Colin-Bendit y su revista daños y perjuicios.

Dieciocho páginas en texto apretado ocupa la novela de García Márquez en Adoquín, la revista editada por Cohn-Bendit en Francfort, con un nombre lleno de reminiscencias de aquel mayo de 1968, cuando se decía lo de «Compañeros: debajo de los adoquines está la playa».La revista es uno de tantos productos de la llamada Prensa alternativa que florecen en las grandes ciudades de la RFA, con una orientación antidogmática y espontaneísta. En la página 17 del último número, Adoquín presenta la novela de G, de Aracataca (García Márquez nació en la ciudad colombiana de Aracataca), y dice que un tal Curt «nos envió esta novela, de un autor todavía desconocido en Latinoamérica».

La novela se atribuye a un autor que escribe con seudónimo para protegerse, «probablemente un chileno que no puede publicar mientras Pinochet sea dictador en su país».

Totalidad estilística

Los editores de Adoquín se mostraron «tan entusiasmados con la novela que la publicamos en su totalidad, aunque parece que se sale del marco de un periódico espontaneísta. Hubiésemos preferido publicarla por entregas, pero la mayoría de nosotros pensó que eso rompería su totalidad estilística y de contenido».

Un periodista advirtió a la editorial de Colonia Kiepenheuer und Witsch sobre la publicación de la novela de García Márquez, que ellos tenían comprada y traducida por uno de los grandes santones de la traducción del español, Curt Meyer-Clason. La portavoz de la editorial alemana comentó indignada al corresponsal de EL PAIS en Bonn que la novela había sido «robada» y presentada con «una introducción desvergonzada». La editorial amenazó a Cohn-Bendit con llevar el caso a los tribunales, pero «nos respondió con un telegrama en un estilo típico de su forma de ser, que es de una desvergüenza inigualable».

Cinismo desenfadado

Según la portavoz, Cohn-Bendit escribió en el telegrama que, «con gran asombro, tomamos conocimiento de quién es el autor que hemos editado. Nos inclinamos con reverencia ante García Márquez. A ustedes les ofrecemos nuestra colaboración y estamos dispuestos a venderles nuestra traducción, de la que expertos latinoamericanos dicen que es considerablemente mejor que la suya.

En la redacción de Adoquín declararon a EL PAIS que todo lo ocurrido se debe «a un error» y que ya han interrumpido la distribución de la revista, de la que se tiran unos 8.000 ejemplares y se vende en la zona de Francfort. Los editores de García Márquez en alemán no se conforman con esta solución y dicen que se han puesto en contacto con la agente del novelista, Carmen Balcells, y quieren llevar el caso a los tribunales, donde exigirán una indemnización por daños y perjuicios.

La portavoz de la editorial dice que se ha cometido con García Márquez una triple estafa: no publicarla con su nombre, no mencionar el título y no pagar los derechos de autor.

La editorial no se hace muchas ilusiones de conseguir algo, «porque tenemos el honor de ser uno de los editores más pirateados. Nos han robado obras de Heinrich Boell, de Wallraff, de Wilhelm Reich y de otros, y nunca hemos tenido éxito con nuestras demandas; pero ahora sabemos quiénes son los autores.

Kiepenheuer planea lanzar la novela en el mes de agosto al precio de 19,80 marcos (790 pesetas). El ejemplar de Adoquín cuesta 2,50 marcos (cien pesetas). La editorial dice que García Márquez es el autor más importante con que cuentan para el próximo otoño. «Nosotros fuimos los que le dimos a conocer en alemán y hemos tenido muchos gastos previos. Lo ocurrido es inadmisible».

Negocio abortado

Sobre la calidad de la traducción aparecida en forma pirata, la portavoz de la editorial dijo que es «mala, pero legible, aunque no sé si transmite la genialidad de García Márquez». Un periódico izquierdista de Berlín Oeste, Die Tages Zeitung, dice que la traducción de Mayer-Classon «lleva el sello de su alemán anticuado y sin rupturas», y critica los métodos de venta de la industria editorial. Entre los problemas surgidos con la aparición anticipada de la novela en alemán está también la posibilidad de que a la editorial se le hunda el negocio que tenía previsto con el diario conservador Frankfürter Allgemeine, donde iba a aparecer por entregas la obra de García Márquez.

Los editores de Adoquín están preocupados y quieren tomar contacto directo con García Márquez para «poder darle directamente nuestra versión de lo ocurrido».

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