El mercado del libro antiguo y de ocasión no está agotado aún

Con la lectura del pregón de Camilo José Cela se inauguró, ayer por la mañana, la V Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que se celebra en el paseo de Recoletos de Madrid hasta el próximo día 21 de mayo. El alcalde de Madrid, Enrique Tierno, asistió al acto de inauguración oficial, que tuvo lugar junto al monumento de la Cibeles, y tras la lectura del pregón recorrió las casetas que participan en la quinta edición de este certamen. En esta feria se comprueba una vez más que el mercado del viejo libro no está agotado todavía, a pesar de los múltiples expolios a que ha sido sometido.

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Con la lectura del pregón de Camilo José Cela se inauguró, ayer por la mañana, la V Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que se celebra en el paseo de Recoletos de Madrid hasta el próximo día 21 de mayo. El alcalde de Madrid, Enrique Tierno, asistió al acto de inauguración oficial, que tuvo lugar junto al monumento de la Cibeles, y tras la lectura del pregón recorrió las casetas que participan en la quinta edición de este certamen. En esta feria se comprueba una vez más que el mercado del viejo libro no está agotado todavía, a pesar de los múltiples expolios a que ha sido sometido.

Una buena ocasión de compra un buen libro, antiguo o moderno, caro o barato, a gusto de cualquier lector y a medida de cualquier economía, podría ser el lema de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, que se celebra por quinta vez en Madrid hasta el día 21 de mayo.Antiguos volúmenes, lujosamente encuadernados en piel o tafilete, valorados en varios miles de pesetas, alternan con las brillantes portadas de restos de ediciones que no fueron precisa mente millonarias, libros de arte de cocina o enciclopedias, rebajados a precio de saldo. Las veintinueve casetas que se alinean en la margen izquierda del paseo de Recoletos, en el primer tramo a partir de la Cibeles, forman una variopinta galería bibliográfica que capta fácilmente la atención del apresurado y numeroso público de paso.

Esta situación céntrica privilegiada, además del buen tiempo primaveral, es uno de los factores que explica la buena salud de esta feria que, por otra parte, se ha estabilizado racionalmente en cuanto al número de participantes: un total de veintinueve librerías de Madrid, Barcelona y algunas de provincias, prácticamente las mismas que el año pasado.

Pocos libros buenos y verdaderamente antiguos se encuentran a precios de ocasión, pero hay buenos libros baratos y, como decía Camilo J. Cela en su pregón, el lector paciente y perseverante, capaz de disfrutar explorando entre los polvorientos volúmenes, todavía puede encontrar algún tesoro, algún título agotado que le interesaba, algún autor insólito.