Reportaje:La traducción en España / y 3

Javier Marías: "Traducir tiene la grandeza de la humildad

Javier Marías, novelista autor de Los dominios del lobo, Travesía dificil y El monarca del tiempo, es además un excelente traductor, que ha obtenido el Fray Luis de León de 1979, con la novela del escritor irlandés Laurence Sterne (1713-1768) Tristram Shandy, publicada en clásicos de Alfaguara. Por otra parte, José María Valverde, también ganador del Fray Luis de León, en 1978, por su cuidadísima traducción del Ulises, de Joyce, editada por Bruguera, es uno de los traductores más destacados y polifacéticos de nuestro país. Domina el alemán, el inglés, el francés y el griego, lengua esta de la ...

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Javier Marías, novelista autor de Los dominios del lobo, Travesía dificil y El monarca del tiempo, es además un excelente traductor, que ha obtenido el Fray Luis de León de 1979, con la novela del escritor irlandés Laurence Sterne (1713-1768) Tristram Shandy, publicada en clásicos de Alfaguara. Por otra parte, José María Valverde, también ganador del Fray Luis de León, en 1978, por su cuidadísima traducción del Ulises, de Joyce, editada por Bruguera, es uno de los traductores más destacados y polifacéticos de nuestro país. Domina el alemán, el inglés, el francés y el griego, lengua esta de la que ha realizado una bella traducción del Nuevo Testamento. Para él, «traducir tiene la grandeza de la humildad».Para Javier Marías, la traducción viene a ser «una cosa en sí bastante incomprensible, que cada día me admira más. Yo lo compararía al enfrentamiento con una partitura musical. No es lo mismo Beethoven mal interpretado que bien ejecutado. Con la traducción sucede exactamente igual. Es una actividad literaria más, casi creativa, que tiene además la grandeza de la humildad. Suscribo plenamente con Nabokov aquello de que toda lengua tiene un equivalente exacto en todo texto nacido de otra lengua. Para mí, la traducción es, no obstante, una labor complementaria de mi labor literaria, así que sólo traduzco textos que me ofrecen interés».

Javier Marías es un especialista en lengua inglesa, por la que siente una especial predilección, y resulta casi inevitable referirse a su versión del Tristram Shandy. «Tardé cerca de año y medio, aunque parando de cuando en cuando para escribir mi última novela. Sterne me apasiona, en parte por su enorme vigencia, por su humor satírico, más benigno, eso sí, que el de Swifft; y por las destacadas influencias que esta obra de vanguardia del siglo XVIII despertó en novelistas como Joyce y Virginia Wolf. Asimismo, Nietszche le llama "el escritor más libre". Por todo esto, la labor se anunciaba espinosa y, ciñéndonos ya a la lingüística, las dificultades se agrandaban. Los juegos de palabras son múltiples, a veces de cuádruple sentido. Hay más de mil notas que saqué de ediciones inglesas».

Por último, Javier Marías concluye con su regla principal a la hora de sentarse a la máquina para traducir: «Una buena traducción debe sonar a buen castellano, pero siempre procurando que se note su origen».

Con José María Valverde resulta asimismo inevitable referirse al Ulises, aunque él afirme que su traducción favorita no es ésta, sino la de unos versos del poeta alemán Christian Morgen Sterne: Canciones de la horca, publicados en la colección Visor. Con Ulises afirma haberse convertido actualmente en un auténtico erudito en James Joyce, padre de la novela moderna, quien, no obstante, decía que «en mi Ulises no hay una sola línea seria».

Esta traducción era especialmente peligrosa, porque, según nos cuenta Valverde, «había que destacar el protagonista absoluto de la novela, es decir, el proceso interior de lenguaje, cuyo impacto filosófico como elemento esencial de la introducción a la conciencia de la vida mental ha sido tremendo. Por supuesto, tampoco era posible utilizar las notas a pie de página porque alcanzarían mayor extensión que el texto; en este sentido tuve que seguir el proceso del mismo.Joyce, en cuantó a memoria verbal para seguir los innumerables juegos de palabras, citas literarias, canciones, que aparecen a lo mejor con quinientas páginas de diferencia. Utilicé diversas traducciones de otras lenguas. Con Ulises se me ha confirmado, una vez más, mi planteamiento a la hora de traducir: imitar la voz del autor a través de la mía propia».

Para Valverde esta labor ha sido una ardua y magnífica tarea de investigación de la obra de Joyce, de cuyo lenguaje nos dice: «Es un inglés muy alejado de Irlanda, en tanto en cuanto su dueño nunca pretendió ser un irlandés». La traducción del Ulises le llevó cerca de un año, en Canadá, y es quizá, junto con Rilke, una de las ocasiones en que más a gusto se ha sentido. José María Valverde, que traduce en temporadas, elige siempre lo que más le interesa. Recientemente acaba de aparecer en Seix Barral su traducción de unos cuentos de Faulkner.

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