Reportaje:

San Millán de la Cogolla: mil años de la lengua española

A partir de una colaboración de Rosa Pereda, publicada en EL PAIS a mediados de julio con el título El milenario del idioma castellano se celebrará en Santander, ha surgido una polémica entre escritores riojanos y santanderinos sobre quién tiene más motivos para reclamar la celebración. Los comentarios han saltado de los periódicos provinciales a los nacionales.Tanto Santander como Logroño han trazado un ambicioso programa. Los riojanos pretenden que se levante un monumento conmemorativo en la tierra que dio a luz las primeras frases romances; los montañeses, también. Los riojanos han s...

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A partir de una colaboración de Rosa Pereda, publicada en EL PAIS a mediados de julio con el título El milenario del idioma castellano se celebrará en Santander, ha surgido una polémica entre escritores riojanos y santanderinos sobre quién tiene más motivos para reclamar la celebración. Los comentarios han saltado de los periódicos provinciales a los nacionales.Tanto Santander como Logroño han trazado un ambicioso programa. Los riojanos pretenden que se levante un monumento conmemorativo en la tierra que dio a luz las primeras frases romances; los montañeses, también. Los riojanos han solicitado hace tiempo la colaboración de Cultura Hispánica y de la Real Academia de la Lengua; los montañeses, también. Los riojanos, vienen hablando desde hace un par de años de montar un congreso de lingüística española; los montañeses, ahora, también. Ambas provincias parecen querer lo mismo y por idénticos caminos.

Pero ha sido la Rioja quien primero lanzó la idea, según puede verificarse consultando la prensa desde agosto de 1972. Al año siguiente, y en colaboración con la Real, Academia de la Lengua, descubrieron una lápida en el monasterio de San Millán de la Cogolla con la siguiente inscripción: En recuerdo de las "glosas emilianenses", primer testigo de la lengua española, y del anónimo copista que en este valle y monasterio de San Millán de la Cogolla bautizó nuestro idioma en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, la Real Academia de la Lengua Española y la Orden de Agustinos Recoletos dedican esta lápida en el XV centenario de San Millán 1973.

En la misma piedra se transcriben las primeras frases sintácticamente completas que se conocen en nuestra lengua; es la glosa 89 -según la cuenta de Gómez Moreno- del códice Aemilianenses 60: Cono aiutorio de nuestro dueno dueno Christo dueno salbatore qual dueno get ena honore e qual duenno tienet ela mandatione cono Patre cono Spíritu Sancto enos sieculos delo sieculos facanos deus omnipoles tal serbitio fere ke denante ela sua face gaudioso segamus. Amén.

El códice que trae estas frases, ya no latinas sino romances, es del siglo X, con toda probabilidad. Lo que nadie discute es que sea el primero que se lanzó a la aventura de escribir directamente en romance español ni que fuera redactado en el monasterio riojano de San Millán de la cogolla, en las estribaciones orientales de la Demanda, a, 45 kilómetros de Logroño, cerca de las poblaciones, más conocidas, de Nájera y Santo Domingo de la Calzada.

Confusión

El maestro Menéndez Pidal dejó dicho que la lengua castellana «ha nacido en el rincón cántabro». Pero confundir Cantabria con la montaña santanderina es un error en que no cavó el maestro. pues con ese nombre se conoce, a partir del siglo X y hasta el XII, una a amplia zona norteña que, desde luego, incluía la hoy llamada Rioja Alta. Frente a Logroño, casi a un tiro de piedra, se encuentran las ruinas de la Cantabria destruida por Leovigildo en 574; incluso los duques cántabros de los últimos años visigodos y primeros de la reconquista residían en esta zona: «El rey don Pelayo que hijo de Favila, duque de Cantabria, que es Logroño... »; «Don Alonso el Católico, hijo del duque don Pedro de Cantabria. fuxó de Logroño e fuese para Asturias... », nos dejó dicho el Tudense. Hagamos gracias. al lector de otros pasajes eruditos. Y los documentos de los conquistadores navarros del siglo X, cuando se escriben las Glosas de San Millán, hablan de Señor de Myeray de Cantabría.

El mapa de esta denominación tempranornedieval coincide, más o menos, con el de la Castilla de Fernán González. Y en Castilla conviven tres tipos de gentes perfectamente diferenciadas: los foramontanos, los vascos y el remanente de población no mozarabizada. Tres pueblos, tres mentalidades que se funden en la aventura común para dar vida a un espíritu creador, onginal, independiente. Y también a tina evolución de la lengua que acabará siendo española por antonomasia.

Razones

-Puede alguna zona de este «rincon cantabro» -que implica Santander, Burgos, Alava y Riojallamarse con propiedad «cuna del castellano»? No. Las lenguas no nacen; se gestan lentamente en la oscuridad del habla hasta que, un día, alguien tiene la osadía de escribirlas con pretensiones literarias. Y esto sí que ocurre en un punto concreto de la geografía: en el monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, dentro del siglo X, cuando un monje fue anotando en la lengua de cada día un sermonarlo escrito en latín. traduciendo frases o amplificándolas de su propia cosecha.

Por tanto, si una tierra puede llamarse, con toda la impropiedad que la expresión conlleva, «cuna de la lengua española», esa tierra no es Santander, sino la Rioja.

Por cierto, rehuimos la expresión «lengua castellana», prefiriendo la de «lengua. española». porque las Glosas Emilianenses tienen un significado mucho más plural, más universalista. La fonética parece tener influencias navarras, fruto de la presencia de los reves pamploneses en el valle del Ebro allá en los siglos X-XI, su espíritu innovador y casi aventurero es castellano; y junto a los múltiples apuntes romances se encuentran también dos breves notas en eúskera (también las primeras frases conocidas en esta lengua) acusando la presencia de la raza vasca que descendía a las tierras del trigo y de los viñedos de mano de castellanos y navarros.

En resumen: los riojanos no reclaman haber sido la única patria de la lengua común, sino el rincón donde primeramente se escribió, al menos según los actuales conocimientos de la lingüística histórica. Y reclaman igualmente el hecho de haber sido los primeros en lanzarla idea de un magno homenaje a aquel magno acontecimiento, homenaje mal llamado Milenario de la lengua castellana, ya que ni es milenario, por carecer de punto exacto de referencia, ni es lengua solamente castellana lo que se recuerda, sino española en el más ambicioso sentido de la palabra.

Levanten los montañeses su monumento: háganlo también los riojanos. O mejor, coordinen sus esfuerzos para que a la convocatoria del monasterio de San Millán de la Cogolla se vayan uniendo otras provincias. otras regiones, hasta interesar a los 250 millones de hispanohablantes, que deben recordar un hito de su historia ocurrido en San Millán.

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