Una mala muestra de ciencia-ficción

Ante mí se halla un librito de 219 páginas que ostenta el título de Los mejores cuentos de ciencia-ficción. Nada menos. Seleccionados, además, por Isaac Asimov. Pienso que debe ser un extracto concentradísimo de los más puros alcaloides fantacientíficos del mundo. Pero luego, mirando el índice, veo que sólo consta de cinco relatos, de los cuales dos son de Harlan Ellison, uno de Fritz Leiber, uno de Poul Anderson y uno de Robert Silverberg, y me doy cuenta de que esto no es una antología, sino otra cosa.En efecto, realizadas las oportunas investigaciones, resulta que los cuentos selecci...

Ante mí se halla un librito de 219 páginas que ostenta el título de Los mejores cuentos de ciencia-ficción. Nada menos. Seleccionados, además, por Isaac Asimov. Pienso que debe ser un extracto concentradísimo de los más puros alcaloides fantacientíficos del mundo. Pero luego, mirando el índice, veo que sólo consta de cinco relatos, de los cuales dos son de Harlan Ellison, uno de Fritz Leiber, uno de Poul Anderson y uno de Robert Silverberg, y me doy cuenta de que esto no es una antología, sino otra cosa.En efecto, realizadas las oportunas investigaciones, resulta que los cuentos seleccionados en este volumen son algunos de los que ganaron el premio Hugo -importantísimo premio de ciencia-ficción- entre 1965 y 1968, aunque no se especifica claramente ni en qué año ni en qué categoría -cuento corto, cuento largo, novela corta, novela larga- lo obtuvieron. Lo lógico seria suponer que, a lo sumo, pertenecerían a la de cuentos largos (como es el caso del de Leiber, que obtuvo en 1967 el premio Hugo al mejor cuento largo).

Pues no. El último de los relatos escogidos es Alas para la noche, de Silverberg, que en 1968 obtuvo el premio Hugo a la mejor novela corta, y que en la edición americana de Avon Books tiene 190 páginas, mientras que en el dudoso producto que comento no pasa de 74.

En pocas palabras, Los mejores cuentos de ciencia-ficción, seleccionados por Isaac Asimov, es una traducción mala, resumida e incompleta de un original inglés titulado The Hugo winners (Los ganadores del Hugo), en el que el papel de Asimov se limitaba a introducir y comentar brevemente los relatos premiados. Creo, por tanto, que puede hablarse de fraude con toda tranquilidad.

Y es una pena, porque los cuentos originales son realmente buenos. Pertenecen, además, a una época muy interesante, pues en esos años se produjo una verdadera mutación en la ciencia-ficción, que dio origen a una tendencia revolucionaria que, a falta de mejor de nominación, recibió la de new thing (nueva cosa).

El aficionado español ya conocía todos o casi todos estos relatos, que se han publicado en unas u otras revistas especializadas. Y al no iniciado hay que aconsejarle que espere ediciones más fidedignas. Por ejemplo, la excelente novela de Silverberg -por la que yo siento una predilección muy especial- se ha publicado hace poco en Ediciones Dronte, con el título de Alas nocturnas o algo parecido (en inglés se llama Nightwings). Yo la recomiendo vivamente. A mí me encantó.