El secreto de la permanencia del Getafe está en el tobillo de un fan

La temporada pasada, el Getafe CF no consiguió ninguna victoria en los once primeros partidos. Fue la peor racha que le he visto a mi equipo en mis 16 años. Unos días antes de la jornada 12, decidí animar a algunos jugadores por Instagram. El serbio Stefan Mitrovic, defensa central, me contestó: “Vamos el domingo con todo”. Fui testigo de ello en el Coliseum Alfonso Pérez, adonde fui a dejarme la garganta. ¡Por fin ganamos! El equipo jugó muy bien y, como vivo en Getafe, me acerqué al siguiente entrenamiento para felicitar a los jugadores. Charlé con Mitrovic, me reconoció y me dijo que no podía darme la camiseta que usó en el partido porque ya la había comprometido, pero, en su lugar, me regaló una pulsera.

Desde entonces, llevo a cada partido el amuleto que me regaló. El año pasado ya nos trajo suerte: desde aquel encuentro, el Getafe salió de la mala racha y pudo finalmente permanecer, con tranquilidad, en LaLiga Santander. La llevo siempre en el pie. Es mi secreto; algo que no saben ni mi hermano, Sergio; ni mi padre, Óscar, con los que voy siempre al Coliseum.

Esta temporada, nos jugamos seguir en la élite del fútbol profesional español un año más. Pelearemos contra el Real Valladolid en la última jornada y, aunque no podremos ir al Estadio Municipal José Zorrilla, volveré a ponerme la misma pulsera confiando en que nos traiga suerte. La parte positiva es que el Getafe depende de sí mismo para conseguir el objetivo.

Si por esas cosas del fútbol el Getafe terminase descendiendo a LaLiga SmartBank, mi pasión por este equipo no cambiaría nada. De hecho, uno de los recuerdos más bonitos que tengo fue el descenso, en 2017, en el Estadio Benito Villamarín frente al Real Betis. Entonces solo tenía 8 años, pero para mí fue muy emocionante: era la primera vez que salía de Getafe a conocer una nueva ciudad, un nuevo ambiente futbolero… Recuerdo el viaje de ida a Sevilla lleno de ilusión. En el de vuelta, estuve llorando todo el camino y obligándome a dormir para olvidar la parte mala del deporte. Pero sabía que iba a seguir apoyando al Getafe. Al fin y al cabo, esa es la afición que profeso: estar con tu club, a las buenas, y a las malas.