El privilegio de viajar en avión con tus ídolos del Real Madrid
Elizabeth May y Pablo Romero: “Trabajamos en una aerolínea y vivimos en Miami pero siempre que podemos cambiamos nuestros horarios para poder ir al Santiago Bernabéu”
Mi amigo Pablo y yo somos dos apasionados del Real Madrid que hacemos lo imposible por ir al Santiago Bernabéu. Él, de 58 años, y yo, de 57, llevamos 37 trabajando como auxiliares de vuelo en American Airlines, una de las mayores compañías aéreas de Estados Unidos. Eso nos dificulta la tarea. Normalmente hacemos cuatro o cinco rutas al mes por todo el mundo, por lo que tenemos que pedir nuestros horarios con antelación y siempre lo hacemos mirando qué días hay partido en casa. Además, los dos vivimos en Miami, la ciudad más al sur de la costa este estadounidense, por lo que también debemos cuadrar nuestros itinerarios para poder llegar a Madrid a tiempo.
Este trabajo me dio la suerte de viajar en el mismo avión en el que iban algunos de mis jugadores favoritos. La primera vez fue con Courtois: me di cuenta al revisar los nombres del pasaje de un vuelo que salía de Madrid. “Leí: Thibaut Court…” y no me lo creí hasta que lo vi subir por las escaleras de embarque. La segunda, con Vinícius Jr., en una ruta hacia Miami. A él me acerqué, le enseñé el pin con el escudo del Real Madrid que siempre llevo en la solapa de la chaqueta del uniforme, y le pedí una foto al aterrizar.
La última vez que coincidí en el aire con uno de mis ídolos ocurrió a finales de noviembre, justo al acabar el Mundial de Qatar. En pleno vuelo, vino una compañera a decirme que había un par de jugadores de fútbol entre los pasajeros. Al ver a uno de ellos, con melena rubia, le respondí: “Es Dios en la Tierra”. Era Luka Modrić. Me quedé temblando un rato hasta que me acerqué a pedirle una foto. Aún se me eriza la piel al recordar el momento.
Reconozco que mi pasión por el Real Madrid se la debo a Pablo. Yo, que soy de Puerto Rico, no había sido nunca muy futbolera hasta que me llevó por primera vez al Bernabéu hace unos 20 años. Al ver el ambiente me enamoré. Él, sin embargo, es madridista desde pequeño y en la distancia: nació en México y se mudó a Ecuador con su familia a los diez años. Su padre, Salvador, le encandiló al contarle historias sobre Di Stéfano, “el mejor jugador del planeta”, en palabras de un hombre que vio jugar a Pelé y Maradona.
En el Bernabéu hemos vivido momentos inolvidables. La temporada pasada, por ejemplo, estuvimos en los partidos contra el Paris Saint-Germain FC, el Chelsea FC y el Manchester City FC en la Champions League, y este año hemos ido a todos los encuentros en casa de LaLiga Santander. Muchas veces, nos hemos levantado a las cuatro de la mañana, hora de Miami, para no quedarnos sin entradas. Los dos soñamos con, algún día, poder ser abonados del club. Ahí sí que no faltaremos jamás al estadio.
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