Cómo encontrar al Elche en medio del mar

Cuando alguien me pregunta de qué equipo soy, lo que hago es levantar la pata del pantalón y mostrar orgulloso el gemelo de mi pierna derecha. Ahí es donde luce, bien grande, el símbolo con el que me identifico más en esta vida: el escudo del Elche CF.

El amor por el equipo de mi ciudad, donde nací hace 28 años y donde trabajo como jefe de mesa en un casino, me lo inculcó mi abuelo Edelmiro. Siempre me decía: “Tú eres de Elche y, por lo tanto, tienes que apoyar al club local, no al Real Madrid o al FC Barcelona”. Entre semana, él limpiaba el estadio Martínez Valero y por eso le regalaban entradas. Así fue como me empezó a llevar a ver los partidos. Un día hasta me hizo una visita guiada por el campo.

Perderle cuando yo tenía solo 8 años fue un duro golpe, pero creo que estaría orgulloso de mí y de cómo defiendo ese escudo que él tanto quería. He apoyado siempre al equipo, ya sea en LaLiga SmartBank o en LaLiga Santander, como ahora. Con mi hermana pequeña, que acaba de cumplir 18 años, acudimos con rigurosa fidelidad a nuestros asientos situados en un lateral, justo encima de donde calientan los suplentes, y hemos tenido una bonita recompensa: ¡salir en dos planos del videoclip del himno que el club ha realizado con motivo de su centenario!

Incluso cuando viví en Estados Unidos, de 2018 hasta 2021, trataba de no perderme ningún partido. Pese a que trabajaba muchas horas (trabajaba de crupier en un crucero) y pese a que conseguir una buena conexión a Internet no era fácil ni barato (creo recordar que a unos cinco euros la hora), al final siempre conseguía ingeniármelas para sintonizar con la retransmisión. Puedo decir con orgullo que soy un friki del Elche.

Esta temporada nos está costando un poco más ganar partidos, pero no importa. Somos gente fiel y de espíritu luchador, lo mismo que nuestros ídolos pasados (como Nino) y actuales (como Pere Milla). Así seguiremos siendo, sean cuales sean los resultados.