El sofá para ver ElDerbi de Madrid donde caben todos los colores
Ricardo Martínez: “A mi casa vienen amigos del Madrid, del Barça, del Atleti... Mis padres, un madridista y una colchonera, me enseñaron que el fútbol está para disfrutar y compartir”
Este fin de semana mi mujer, Laura, y yo tenemos bastantes visitas en casa. ¿El motivo? ElDerbi de Madrid. Lo veremos juntos, como siempre. Ella es del Real Madrid y yo, del Atlético de Madrid. En nuestro sofá se sentarán muchos más: mi hermano Raúl, colchonero; nuestros amigos Lorena y Álvaro, una pareja en la que ella es del FC Barcelona y él del Atleti; y otro amigo más, Miguel, que también es madridista. Y, sin embargo, sabemos de sobra que no habrá ninguna discusión.
Nos tomamos el fútbol de otra manera. Tanto a mi mujer como a mí nos gusta ver los partidos en casa y solemos invitar a amigos sin importar el equipo al que apoyen. Siempre en plena armonía. Laura y yo ponemos la comida y el resto trae bebidas. Charlamos, comentamos las jugadas y tenemos algún que otro pique amistoso que jamás pasa de la broma. En definitiva, echamos un buen rato.
El fútbol es para pasarlo bien. Para disfrutar, sin importar del equipo que seas. Es lo que me enseñaron en mi casa. Mi padre, Constancio, fue primero seguidor del Athletic Club, pero con los años empezó a atraerle más el Real Madrid. Mi madre, María de la Paz, simpatizaba con el Atlético. Jamás los oí discutir por algo relacionado con sus equipos y me inculcaron el respeto hacia los demás clubes.
Yo mismo, de hecho, tuve un camino parecido al de mi padre. De crío era del Real Madrid por él. Ya sabéis que normalmente los niños hacen lo que ven en casa. Con el tiempo, sin embargo, me fui haciendo del Atlético. Fue por mi tío por parte de madre, Fernando, que me inculcó el sentimiento desde que cumplí siete años. Comenzó a llevarme de vez en cuando al estadio Vicente Calderón.
Recuerdo muchos momentos que definen a la perfección lo que sentimos los rojiblancos. Por ejemplo, un partido en el que perdimos 5 a 4 contra el Barça, pese a que el serbio Milinko Pantic, uno de mis ídolos del Atleti, metió cuatro goles. También otro encuentro con idéntico resultado, contra el Salamanca CF UDS, en el que el italiano Vieri metió otros cuatro tantos que no nos dieron ningún punto. O la cara de lástima Fernando Torres cuando el Barça de Ronaldinho y Messi nos metió 0 a 6 en casa.
Mi tío Fernando me inculcó que eso era el Atleti. Que en la vida hay que darlo todo siempre, aunque se sufra. Valores como el esfuerzo y el sacrificio, que veía en la afición colchonera, calaron rápidamente en mí. Hasta que terminé descubriendo, a medida que fui creciendo, que el Atlético me representaba.
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