El hombre más abrazado de Málaga
José Ángel Romero compagina su trabajo en una fábrica con su labor desinteresada como asistente del cuerpo técnico del Fundación Málaga CF que disputa LaLiga Genuine Santander, campeón de la competición en 2019. Su remuneración son las constantes muestras de cariños de los jugadores
José Ángel Romero es el tipo de aficionado que cualquier club de fútbol desea. A sus 31 años, lleva más de media vida como abonado del Málaga CF. Acude religiosamente cada dos semanas a La Rosaleda, al final del Paseo de los Martiricos, hogar del equipo de su vida. Recuerda con precisión milimétrica los momentos más importantes de la historia blanquiazul. Y también los más duros. Ha viajado innumerables veces junto a su padre, Ángel, que lleva más de 50 años formando parte de la afición boquerona y es el responsable de transmitirle la pasión. Romero también ha arrastrado a su novia, Nieves Navarro, de 32 años, desde su Salamanca natal a la ciudad de la Costa del Sol, sumando una voz más a las gradas malaguistas. Hasta aquí parece una historia que no se diferencia demasiado de la de miles de aficionados. Lo peculiar empieza ahora. Dos días a la semana, los martes y los jueves, cuando acaba su turno en una fábrica donde trabaja como operario de sistemas de climatización, Romero se enfunda su chándal oficial y se dirige hacia unos campos de entrenamiento a apenas 10 minutos de La Rosaleda. Allí se ejercita el conjunto que más feliz es jugando al fútbol, el Fundación Málaga CF de LaLiga Genuine Santander, la competición que arranca este fin de semana la campaña 2022/2023. Este viernes comienza la quinta edición en el Nou Estadi Costa Daurada de Tarragona con 44 equipos, el mayor número de participantes hasta ahora.
“Mi trabajo me cuesta, porque me levanto muy temprano para ir a la fábrica, pero esto no tiene precio”, dice Romero rodeado de una chiquillería que le jalea. Para los más de 80 chicos y chicas que forman parte de la academia Genuine del Málaga Romero es Deko, su mote de toda la vida. Se lo pusieron sus amigos por su parecido, de adolescente, con el futbolista brasileño-portugués, Deco, que llegó a jugar en el FC Barcelona con Ronaldinho. Deko es asistente del cuerpo técnico, ayuda y está pendiente de los jugadores, especialmente de aquellos con mayor discapacidad. También se calza las botas y participa en los partidillos. Los motiva. Le consideran su “gran amigo”. Una labor que hace desinteresadamente. “Si me pagaran por esto no lo haría. Estas cosas tienen que salir del corazón”, afirma rotundamente.
Lleva tres años colaborando con el club. Su oportunidad le llegó a raíz de un trabajo anterior como chófer en una asociación de niños con síndrome de Down de Málaga. Algunos de ellos formaban parte del conjunto Genuine. “Cuando los padres vieron que ayudaba en todo lo que podía hablaron con el club”, recuerda.
En el césped, Deko parece una celebridad. No para de recibir saludos y palabras afectuosas de los jugadores y sus familiares. Y del propio cuadro técnico. El entrenador, Rubén Cortés, cuenta con la ayuda de un grupo de diez técnicos. Entre ellos, una leyenda malaguista, Sebastián Fernández Basti, el segundo máximo goleador de la historia del club. “Es el responsable de que yo esté aquí”, precisa Romero. “Vio mis ganas y me llamó para ayudarle”. Retirado desde 2010, Basti mantiene el tono físico propio de un exfutbolista que sigue teniendo los hábitos de competición. Habla de Deko con una sonrisa en la cara. “Es uno de los voluntarios más fieles. Los recoge, se los lleva de fiesta y pasa parte de su tiempo libre con los que no tienen familiares aquí. Lo queremos mucho en esta familia”.
Un entrenamiento lleno de abrazos
El abrazo de una
leyenda malaguista
Sebastián Fernández, Basti
Uno de los técnicos del Fundación Málaga CF
"Está muy involucrado en el proyecto,
incluso comparte tiempo de ocio con
los chavales. Lo queremos mucho
en esta familia"
El abrazo del técnico
que le regaló un tesoro
Fernando González
Coordinador del Fundación Málaga CF
“Necesitamos que la gente que
se acerca a los chicos del Genuine
tenga buena madera dentro,
y tú la tienes con diferencia”
El abrazo más especial
José Ángel Romero,
sobre los jugadores de Fundación Málaga CF
“Lo que más me sorprende es
cómo ayudan a sus compañeros,
dan un ejemplo tremendo a
los profesionales con estos valores”
Basti, que jugó en el fútbol profesional durante dos décadas, tiene claro lo importante que es para él formar parte del Genuine. “Yo cumplí un sueño como futbolista, pero un abrazo, una caricia de los chavales, su lealtad… A mí esto me ha cambiado la vida”, apunta, antes de cortar la conversación para dar unas indicaciones a un jugador: “Venga, Nacho, vamos, tenemos que tirarle una pared a Deko, hacemos zigzag, nos devuelve la pelota y tiramos a puerta”.
El fútbol de la Liga Genuine Santander tiene sus propios valores. El principal, la solidaridad. El cuerpo técnico, junto a los voluntarios, lo persiguen. “Hay chavales con menos discapacidad que juegan mejor. Nuestra tarea es intentar que ayuden a los que no pueden llegar a un pase o hacer gol, es en lo que más hincapié hacemos”, detalla Romero. Integrantes de la plantilla profesional del Málaga también participan como voluntarios en el proyecto Genuine. Es habitual ver en el campo de entrenamiento a Silvia Mérida, jugadora del equipo femenino, o futbolistas del conjunto masculino, como Javi Jiménez, intentando transmitirles ilusión.
No hay peleas ni discusiones, y si alguien recibe una patada, se levanta y da un abrazo o incluso se pone a bailar. Cualquier jugada es una celebración. El Málaga tiene, además, palmarés: fue el campeón de Liga Genuine Santander de 2019, justo cuando Deko comenzó su aventura en el club. Todos los integrantes recibieron la medalla de la ciudad de Málaga, al alcance de unos pocos. “Yo creo que solo la tiene Antonio Banderas y ellos”, bromea.
Desde entonces los ha acompañado a concentraciones en las que “la noche anterior ni duermen, de los nervios”, y a un sinfín de partidos. Antes de entrar al campo, los jugadores son recibidos entre aplausos de sus padres y familiares. “Se sienten privilegiados, llegan con una sonrisa tremenda y ahí es cuando se les quita el nerviosismo”, dice el voluntario. Tras el pitido inicial, todos los aficionados, indistintamente del equipo al que apoyan, celebran los goles de ambos conjuntos.
Al terminar el entrenamiento, Deko saca de la mochila una medalla conmemorativa de la edición de 2019 envuelta en plástico. Es su tesoro más preciado. “Me la dio Fernando González, coordinador y otro de los entrenadores, después de verme animar hasta el último equipo que participó. Me dijo unas palabras que nunca voy a olvidar: ‘Te la mereces, esto se trata de seguir sumando siempre’, y es lo que yo trato de hacer”, dice emocionado. “Esto es una chapa, pero para mí su valor es incalculable”, dice. Fernando González coincide ahora en el césped con Romero y está encantado de contar con su ayuda. “José Ángel transmite pureza. Para estos chicos él es un verdadero regalo, y eso es lo que necesitamos”, relata González, antes de fundirse en un abrazo con el voluntario.
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