La familia que solo encuentra parejas del equipo rival
Juan Parrilla: “Yo soy del Real Madrid y mi mujer del FC Barcelona. Nuestras dos hijas nos han salido una de cada equipo. Y sus maridos también”
Conocí a mi mujer, Antonia, en un guateque que organizaron unos amigos en la Nochebuena de 1979. Nos casamos tres años después, en 1982, el año de Naranjito, pero no nos vimos mucho durante el noviazgo: ella vivía en Jaén y yo en el sur de Francia, adonde emigró mi familia cuando yo era pequeño. Solo nos podíamos ver en verano y en Navidad. El resto, solo cartas y alguna llamada cuando se podía. Era otra época. Supongo que cuando nos encontrábamos, tratábamos de aprovechar el tiempo al máximo así que no me enteré hasta poco antes de pasar por el altar que Antonia era del FC Barcelona, mientras que yo siempre he sido blanco. Primero del Olympique de Marsella y luego del Real Madrid.
Tengo 62 años y llevo 40 años de matrimonio con Antonia. En cuestión de fútbol, eso sí, seguimos igual: separados por unos colores. Cuando hay partido, cada uno se pone su camiseta y durante 90 minutos vivimos una pequeña batalla. Una batalla amistosa, por supuesto, en la que además participa toda la familia. De mis dos hijas, una ha salido azulgrana y la otra merengue. Y para seguir la tradición, cada una de ellas está casada con un hombre del equipo contrario. Así que a falta de que algunos de los cuatro nietos se definan un poco más estamos casi al 50%. Somos una auténtica familia dividida (y unida) por el amor al Madrid y al Barça.
Antes solíamos ver los partidos todos juntos en el bar Trompeta, en una mesa grande, donde nos hemos juntado a veces más de 10 personas. Estaba bien porque creo que en un sitio público la gente modera un poco más sus emociones. Si ganaban los tuyos, invitabas a las rondas que hiciera falta. Si perdían, no veías la hora de volverte a casa... Pero desde hace unos años decidí que lo mejor era verlo en casa, solo en compañía de mi mujer, porque me ponía demasiado nervioso. De todas formas, este 16 de octubre creo que tendré que hacer una excepción. El día de ElClásico mi hija Isa cumple 36 años, por lo que creo que lo veremos otra vez todos juntos mientras soplamos las velas.
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