Equilibrio sin soporte
Osasuna y Málaga empatan un partido anodino sobre un césped inundado
Pidió papel Osasuna y piedra el Málaga y, cuando la contienda parecía clara, apareció Cazorla para pintar la piedra con un zapatazo y nivelar un pulso que no contentó a ninguno. Un partido delimitado por el estado de la superficie, a la que nadie supo adaptarse, sobre todo porque las ideas de juego a estas alturas ya no se discuten.
El conjunto andaluz, afincado en el tuya-mía de Cazorla, se contagia, sin embargo, en parcelas delicadas. Un mal que afloró a la hora de sacar el balón. Ayer, en un Reyno resbaladizo por la lluvia, el barco de papel propuesto por los andaluces se deshizo en la primera tormenta que abordó el césped. Ralentizado el navío, a Osasuna le bastaba con tener bien protegido el puerto, sin más tarea que anclarse a la hierba.
OSASUNA, 1 - MÁLAGA, 1
Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán, Lolo, Miguel Flaño, Damiá; Cejudo, Puñal, Nekounam, Timor (Lamah, m. 74); Lekic (Manu Omwu, m. 78) y Nino. No utilizados: Riesgo; Anunciatta, Raitala, Rubén y Roversio.
Málaga: Kameni; Sergio Sánchez, Demichelis, Weligton, Monreal; Joaquín (Eliseu, m. 70), Camacho, Maresca, Isco (Duda, m. 89), Cazorla y Rondón (Van Nistelrooy, m. 57). No utilizados: Rubén; Seba Fernández, Buonanotte y Gámez.
Goles: 1-0. M. 53. Nino remata de cabeza un buen centro de Cejudo. 1-1. M. 67. Cazorla, de fuerte disparo desde fuera del área.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Cejudo, Damiá y Van Nistelrooy.
13.500 espectadores en el estadio Reyno de Navarra.
Ante la baja de Raúl García por sanción, Jose Luís Mendilibar apostó por la convivencia de Nino y Lekic en el ataque. La clásica pareja del alto y el bajo, que no siempre se comporta acorde a los centímetros que representa cada uno. Por eso no resulta ilógico ver al serbio enredado en ese balón que se mueve de aquí para allá por el césped mientras por las alturas pelea el otro y no le va del todo mal.
Lejos del enredo y desprovisto de la pausa de García, el cuadro rojillo recargó el juego por las bandas. Mala decisión cuando se zambulle demasiado en una bañera a punto de rebosar.
Al Málaga le bastó con atar en corto la primera y la segunda idea local para adueñarse del balón. Con la referencia de Rondón arriba, movió el balón de un lado a otro como quien espera que a partir de un péndulo se desate una parálisis. Atado de lado a lado por transiciones que no siempre llegaban a su destino, Osasuna ocupaba el espacio central en un peaje con billete variable: a más toques, más caro. Sin demasiados recursos en el ataque, encontró, eso sí, un regalo de Kameni en un mal saque de portería que Cejudo colocaría en la cabeza de Nino para que el almeriense solo tuviera que empujarlo. Pero del buen gusto de Cazorla espera el Málaga soluciones y el asturiano se sacó un zapatazo desde la frontal del área que clavó en la red ante la estirada de Andrés.
Un resultado que deja al conjunto navarro rezagado en la lucha por las plazas europeas mientras el Málaga no logra despegarse del Levante en la zona noble.
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