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La tinta invisible de Jane Durán reivindica la poesía política

La poeta, hija del compositor y militar republicano Gustavo Durán, defiende el poder de los versos para indagar en la historia

Ya había cumplido los 50 cuando Jane Durán (La Habana, 80 años) decidió indagar y capturar en sus versos el silencio que mantuvo su padre sobre la Guerra Civil española. El fascinante pianista y compositor Gustavo Durán (Barcelona, 1906- Creta, 1969), gran amigo de Federico García Lorca, de Rafael Alberti y de Luis Buñuel, muy cercano al círculo de la Generación del 27, se alistó en las filas repub...

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Ya había cumplido los 50 cuando Jane Durán (La Habana, 80 años) decidió indagar y capturar en sus versos el silencio que mantuvo su padre sobre la Guerra Civil española. El fascinante pianista y compositor Gustavo Durán (Barcelona, 1906- Creta, 1969), gran amigo de Federico García Lorca, de Rafael Alberti y de Luis Buñuel, muy cercano al círculo de la Generación del 27, se alistó en las filas republicanas el verano de 1936 y, contra pronóstico, se reveló como un gran estratega militar durante el conflicto. Cuando terminó la guerra tenía el rango de teniente coronel, y logró escapar en un barco desde Gandía hasta Inglaterra.

“Mi padre nunca volvió a España, y eso es algo que me conmueve cada vez que veo, desde la ventana del avión, el paisaje sobrevolado antes de aterrizar”, explicó Jane Durán este 20 de octubre en la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde impartió el taller de poesía titulado Tinta invisible. A partir de una decena de poemas de su libro Silencios desde la guerra civil española —publicado originalmente en 2002 y traducido al español por Gloria García Lorca en la edición de Renacimiento de 2019—, rememoró su proceso creativo y destapó las ideas sobre las que urdió sus versos.

“¿Cómo podía acercarme a algo tan complejo y remoto para mí como aquella guerra? Hay libros de historia, fotos, documentales, materiales de aquel periodo, pero tenía que pisar la tierra y sentirla", explicó. En sucesivos viajes recorrió Aragón, Belchite, Teruel, el Maestrazgo, la sierra de Camarena, escenarios de las batallas en las que luchó su padre. Capa a capa se fue encontrando con los sedimentos, tanto tangibles como emocionales, de aquella trágica historia y dotándolos de una nueva emoción con su mirada poética. Sobre una lata de sardinas que encontró en un refugio en Aragón, conservado casi intacto desde la contienda, escribe: “La tapa doblada hacia atrás, enroscada con prisa / —como una capa contra el frío,/ o miedo o rencor o cualquier emoción que pueda / romperse al ser estirada— tan delgada y expansiva".

De los campos de batalla a la frontera, y más allá, Durán escribe en su poemario: “Después de los campos de Argelès-sur-Mer, / Saint-Cyprien, en Bacarès, después de las alambradas / ¿en qué lugares eligieron vivir/ o no vivir, habitaciones/ barridas por los caminos y viajes?“. La poesía, sostiene, permite dilucidar la historia de una forma íntima, intensa y concentrada. ”La capa de un soldado puede evocar el miedo y el rencor de todo lo que pasó“, apuntó, antes de subrayar el poder sugestivo del tacto en la poesía. “En la sierra de Camarena me encontré con los vestigios. Vi que la guerra estaba muy presente, incluso en la manera en que la gente bajaba el tono de voz al hablar de aquella historia”.

Una entrevista que su padre concedió en 1945 en Argentina le dio algunas claves sobre su silencio. “Decía que al llegar a Londres empezó a reconstruir su vida y decidió no hablar de la guerra hasta que llegaran nuevos días”. El dotado compositor y militar arrancó en 1939 una nueva vida, como padre de tres hijas tras casarse con la estadounidense Bonté Crompton. Ya en Estados Unidos trabajó para el MoMA, donde coincidió de nuevo con Buñuel, para el departamento de Estado en Cuba, y más adelante para la ONU en Chile y en Grecia, donde falleció. La siniestra sombra del senador McCarthy y su caza de brujas le persiguió en el largo exilio del que no regresó. “Mi padre era un gran lingüista y llegó dominar el griego. A nosotras no nos enseñó el español pero cuando lo aprendimos en los años que vivimos en Chile ya hablábamos con él en esa lengua”, recordó. Les acercó a la música y a su pasión por la poesía. La autora ha viajado ahora a España junto a su hermana, la etnomusicóloga Lucy Durán, con motivo de la presentación del catálogo razonado de la música de Gustavo Durán. Ese trabajo, que ha llevado a cabo Samuel Diz, a partir del fondo documental del compositor depositado en la Residencia hace unos años, desmonta la idea de que Durán abandonó la música en 1934 cuando dejó París y al pintor Néstor Martín Fernández de la Torre, y nunca volvió a ello.

¿No fueron muchas las facetas de la vida de Gustavo Durán que estuvieron rodeadas de silencio, también de su trabajo en el exilio? “Muchas cosas las descubrimos a través de otros. No nos habló de la historia de su madre a quien mi abuelo ingresó en un psiquiátrico, después de que perdieran de niño al menor de sus hijos. ¿Fue un espía realmente? No sé, trabajó en la embajada americana en Cuba y luego en la ONU. Pero a lo largo toda su vida compuso maravillosas partituras e investigaba sobre las músicas populares".

Jane Durán nació en Cuba, pero se crio entre Nueva York y Chile. El largo viaje en un barco de cargo que emprendió con su madre y sus hermanas desde la Gran Manzana hasta Valparaíso, es evocado en el título de su poemario más reciente, aún inédito en español, Graceline, el nombre de la naviera propietaria de aquella embarcación. La brutal historia de la construcción del Canal de Panamá que atravesaron en el viaje, el golpe de Estado y la dictadura de Pinochet que llegó en 1973 resuenan en sus versos. ¿Cómo acercarse a la política desde la poesía? “De una forma más íntima y emotiva, más profunda, que permita evocar la angustia y el horror, por ejemplo, de los soldados que participaron en las atrocidades del golpe de Pinochet y tuvieron que vivir con eso el resto de sus vidas. La poesía política debe trascender los hechos y llegar al sentimiento de humanidad para mostrar la destrucción, el miedo, la censura”.

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