Karla Sofía Gascón gana el premio a mejor actriz por ‘Emilia Pérez’ en los galardones del cine europeo
‘La habitación de al lado’, de Pedro Almodóvar, quien ya trabaja en su nueva película, se va de vacío en una gala en la que triunfó el narcomusical de Jacques Audiard, con cinco trofeos
No ha habido este año una película como la francesa Emilia Pérez, de Jacques Audiard. Y así lo ha considerado la Academia del Cine Europeo, que en su 37ª gala de premios, celebrada en Lucerna (Suiza), se ha rendido a este narcomusical queer, que obtuvo los galardones a mejor película, dirección, guion (cuando recibió este trofeo, Audiard bromeó con cambiarse el apellido por el de Award —premio—), actriz para Karla Sofía Gascón y montaje.
La madrileña Karla Sofía Gascón se convirtió en la tercera actriz española en llevarse el premio europeo a mejor interpretación femenina, tras Carmen Maura, que lo ha obtenido en dos ocasiones, y Penélope Cruz. Lo hizo vestida de azul y con zapatos dorados, en homenaje a la bandera europea. Tras un “bingo”, agradeció en inglés y español la estatuilla: ”Os juro que no tenía nada preparado porque no pensaba en ganar un premio hoy. Me he vestido de azul porque creo profundamente en los valores europeos. Es mi homenaje a lo que somos como pueblo. Juntos podemos hacer muchas cosas buenas y grandes para gentes y pueblos que están bien jodidos”. También recordó a los distribuidores independientes que junto a Netflix están llevando Emilia Pérez “por todo el mundo”. Al final, dedicó una frase a su madre: “Ella está malita ahora. Creo que se infravalora a las madres de este mundo. La mía ha sido un ejemplo para mí. Y quiero recordar a las familias que aman a sus hijos. Aún hoy hay gente que prefiere que sus hijos sean delincuentes a maricones”.
Quiero recordar a las familias que aman a sus hijos. Aún hoy hay gente que prefiere que sus hijos sean delincuentes a maricones” (Karla Sofía Gascón)
Emilia Pérez reina en un temporada llena de musicales como no se había visto desde hacía años (Wicked, The End, Polvo serán, Joker: folie à deux o Better Man y eso sin mencionar los numerosos filmes animados con canciones): ya ganó el premio del jurado y el de interpretación femenina compartido por sus cuatro actrices principales en Cannes, y se presenta a los Oscar como abanderada de Francia y de Netflix. Rodada en su mayor parte en estudios en París, es un viaje fascinante en el que el espectador acompaña a una abogada (Zoe Saldaña) a la que contrata Manitas del Monte, el jefe sanguinario de un cartel mexicano del narcotráfico, para que le ayude a transicionar de género. Tiempo después Del Monte reaparece en la vida de la abogada ya como Emilia Pérez, porque echa mucho de menos, y necesita ver, a sus hijos.
Audiard, posteriormente en rueda de prensa, recordó su primer encuentro con Gascón. “En el viaje han cambiado mucho los personajes, y los hemos adaptado a los actores y a sus edades. Karla Sofía es realmente talentosa”. A su lado, la madrileña agradeció el galardón, el primero que recibe en solitario tras el compartido de Cannes, y sintiendo la carrera de los Oscars cercana, exclamó: “Ahora empieza la fiesta”. Sobre los derechos previamente mencionados en el escenario, apuntó: “Me refería a los derechos humanos. Puede que Europa haya llevado cosas malas al resto del mundo, aunque son más las buenas. Unidos, hemos salido de momentos oscuros. En Francia lo dejan claro: libertad, fraternidad e igualdad. Los europeos somos pioneros en leyes de protección de derechos. Apliquémoslas. Y espero que esas legislaciones alcancen otras partes del mundo”.
La ceremonia se convirtió en otra plúmbea entrega de galardones de premios sin gracia, donde al menos hubo cierta fluidez idiomática y mucho mensaje político a favor de valores como la libertad y la democracia y en contra de los gobernantes de países europeos que persiguen los derechos humanos y de los miedos que, en general, arrasan el mundo actual. Como ejemplo de que la Academia quería destacar este ideario, el galardón principal lo entregó la actriz palestina Hiam Abbass.
En la ciudad suiza tampoco se notaba efervescencia cinematográfica, y sí hordas de turistas ricos. Lucerna, fundada en el siglo VIII, defiende cierto espíritu medieval en las murallas que rodean un centro histórico de arquitectura austrohúngara que haría la felicidad de la literatura de Stefan Zweig. Y en una noche en la que chispeó durante la alfombra roja, solo en el centro de convenciones KKL, justo en el inicio de la parte nueva de la ciudad suiza, se olió algo a cine.
Pedro Almodóvar —en la ciudad, aunque por una indisposición no acudió a la ceremonia en el auditorio a la orilla del lago Lucerna— está acompañando La habitación de al lado en su recorrido europeo y estadounidense, donde comienza ahora la temporada de premios, a la vez que ya ha arrancado la preproducción de su nueva película. Su primer largometraje rodado en inglés competía en cuatro categorías (película, dirección, guion y actriz), y se fue de vacío. El español ya había ganado en ediciones previas mejor película con Todo sobre mi madre y Hable con ella.
Otra de las películas de la temporada, el documental No Other Land, del israelí Yuval Abraham y el palestino Basel Adra, triunfó en su categoría. No Other Land arrancó su carrera, y su lucha porque se escuche su mensaje a favor de la igualdad entre la población palestina e israelí, en la pasada Berlinale. Desde ese estreno sus cineastas han bregado contra, incluso, amenazas de muerte. En la gala del cine europeo, los dos realizadores entraron por videollamada y pidieron a los europeos firmeza y rapidez en apoyar al pueblo palestino de Gaza. También entró por videollamada el debutante Abou Sangare, mejor actor por L’histoire de Souleymane, en la que encarna a un repartidor en bicicleta de comida a domicilio y solicitante de asilo que tiene dos días en París para preparar una entrevista en la que obtendrá, o no, la residencia legal. Sangare no pudo acudir a Lucerna, porque tampoco en la vida real posee la documentación necesaria para viajar a Suiza.
En la categoría de mejor largo de animación, en la que España también estaba representada por El sueño de la sultana, de Isabel Herguera, y por Dispararon al pianista, de Fernando Trueba y Javier Mariscal, ganó la favorita, la letona Flow, de Gints Zilbalodis, que suena para alcanzar incluso la nominación a los Oscar en su apartado. El año pasado aquí triunfó Robot Dreams, de Pablo Berger.
Los apartados técnicos, ya anunciados previamente, se entregaron de una tacada. La mejor fotografía fue para Benjamin Kračun por La sustancia; el mejor montaje se lo llevó Juliette Welfling, por Emilia Pérez; el mejor diseño de producción lo obtuvo Jagna Dobesz con La chica con la aguja; el mejor vestuario fue para Tanja Hausner por The Devil’s Bath; el mejor maquillaje y peluquería lo ganó Evalotte Oosterop con When the Light Breaks; la mejor banda sonora se lo llevó Frederikke Hoffmeier, con La chica con la aguja; el galardón a mejor sonido recayó en el equipo de L’histoire de Souleymane, y el de los efectos especiales se lo llevó a su vez el equipo de La sustancia.
Entre el resto de los galardones destacaron los tres de honor: Wim Wenders recibió el dedicado a toda una carrera y agradeció que el nuevo presidente de EE UU hará que brille aún más el cine europeo; Isabella Rossellini —a quien presentó un emocionante Ralph Fiennes—, el de logro europeo en el cine mundial, y lo celebró con un discurso en el que defendió la curiosidad como motor vital y recordó que sus padres eran de la Europa más del norte y de la más del sur; y la productora Labina Mitevska, el Eurimages por su labor en la coproducción.
Por cierto, otro cineasta con grandes ancestros, Halfdan Ullmann Tøndel, el nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann, ganó con La tutoría el premio a descubrimiento europeo del año. La tutoría es la primera película del noruego, que ya obtuvo con ella la Cámara de Oro del pasado Cannes.
La nueva presidenta de la Academia del Cine Europeo, la cuarta de la historia de una institución que ahora ha superado los 5.000 miembros, la actriz Juliette Binoche, empezó su discurso de arranque de la gala subrayando las sombras que rodean y pasean por Europa, y apoyando a los países que sufren conflictos bélicos en el continente o cerca de él, antes de centrarse en lo puramente cinematográfico y en el legado que recibe como nueva responsable.
El año pasado, la ceremonia europea subrayó la calidad de otro filme francés, Anatomía de una caída, de Justine Triet, que obtuvo también, como Emilia Pérez, los trofeos a mejor película, dirección, guion, montaje y actriz protagonista. Posteriormente, en los premios Oscar fue nominada en cinco categorías y ganó la estatuilla a guion original.