Cinco milenios de historia sepultados bajo la maleza
El yacimiento de Marroquíes Bajos, uno de los asentamientos habitados más antiguos de Europa, languidece en Jaén entre la desidia y la inacción municipal
Las hierbas y la maleza crecen sin parar en el yacimiento arqueológico de Marroquíes Bajos hasta el punto de cubrir por completo las huellas de más de 5.000 años de historia de Jaén. El que está documentado como el poblado más antiguo en Andalucía (junto con el de Los Millares, en Almería) y uno de los asentamientos habitados más longevos de Europa, languidece entre el abandono más absoluto y todo...
Las hierbas y la maleza crecen sin parar en el yacimiento arqueológico de Marroquíes Bajos hasta el punto de cubrir por completo las huellas de más de 5.000 años de historia de Jaén. El que está documentado como el poblado más antiguo en Andalucía (junto con el de Los Millares, en Almería) y uno de los asentamientos habitados más longevos de Europa, languidece entre el abandono más absoluto y todos los proyectos de musealización y puesta en valor turístico se han frenado por la desidia y la inacción de los gobernantes locales.
“Marroquíes Bajos es una Zona Arqueológica de valor excepcional”, resalta el arqueólogo y catedrático de prehistoria Arturo Ruiz sobre este yacimiento de unas 75 hectáreas, donde han aflorado restos desde el Calcolítico hasta los periodos íbero, romano, visigodo e islámico. El vallado perimetral del que estaba llamado a ser Parque Arqueológico de Marroquíes, en la parcela C de la necrópolis, ha sido la última intervención municipal, proyectada por el anterior Gobierno socialista y culminada con los mandatarios actuales, una coalición entre PP y el grupo Jaén Merece Más.
“Son más de dos metros de hierba la que ha crecido sobre los distintos puntos de excavación, afectando ya especialmente a la cisterna y el pozo romanos, la zona en la que se encontró el primer enterramiento íbero y uno de los anillos del Calcolítico. El abandono es patente”, se lamenta José Manuel Higueras, anterior concejal de Cultura de Jaén. Durante su etapa en el Gobierno municipal también organizaron visitas guiadas, actividades educativas y hasta un campo de voluntariado arqueológico. El actual Ayuntamiento subraya que este año ha vuelto a convocarse para julio, aunque con muy bajo interés ciudadano a tenor de las pocas inscripciones realizadas, y tiende a obviar el abandono que padece el yacimiento.
Los últimos trabajos en la parcela C del yacimiento tuvieron lugar en la primavera del año pasado. Fue una prospección con georradar, una técnica arqueológica no invasiva para la detección de estructuras soterradas a diferentes profundidades y que permitió realizar una radiografía precisa de lo que hay en el subsuelo de lo que hace más de dos décadas se vendió como el futuro parque arqueológico de Marroquíes Bajos.
La exploración arrojó interesantes resultados preliminares, como la presencia de elementos estructurales de diferentes épocas: viviendas, pozos o áreas colmatadas y parte de un foso prehistórico calcolítico, cuya existencia ya sugerían algunos sondeos anteriores.
“Se alteran restos arqueológicos de mayor o menor profundidad, lo que es una nueva prueba de la gran superposición de distintos vestigios, acumulados a lo largo de los 5.000 años de historia de esta zona arqueológica que contaba con una gran estructura central”, aseguró Jesús García Sánchez, del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), centro puntero en esta materia, durante una visita al yacimiento. “Este método se basa en un emisor y sensor radar que emiten un pulso que interactúa con los diferentes materiales que encuentra a su paso y permite conocer las características y geometría de los elementos que se encuentran soterradas y también comprender los yacimientos de forma tridimensional”, apuntó García, que es también investigador del CSIC.
En tres años de excavación en esta parcela, de apenas 8.000 metros cuadrados, han visto la luz cientos de hallazgos que han permitido datar en este terreno las más importantes etapas cronológicas, lo que demuestra que, desde el Calcolítico a los periodos íbero, romano, visigodo e islámico, ha habido presencia de pobladores en lo que hoy es la zona de expansión de la ciudad jiennense. Algunos ejemplos de esos vestigios son los primeros hallazgos de enterramientos íberos que se conocen en la ciudad o el descubrimiento de un pozo romano, del siglo I.
La prospección geofísica en el epicentro de Marroquíes Bajos la llevó a cabo la empresa Construcciones Calderón, referente en la preservación y recuperación del patrimonio histórico, un área en la que ha desarrollado intervenciones en monumentos emblemáticos como la Alhambra, la Abadía del Sacromonte o la Catedral de Granada y también la restauración de las murallas de Jaén ubicadas en el cerro de Santa Catalina.
Aunque el yacimiento emergió hace más de tres décadas, fue en 2009 cuando se localizó su principal hito arqueológico, un lienzo de muralla de la época Calcolítica y un asentamiento en círculos concéntricos. Un hallazgo que confirmó la existencia de un foso central y de otros elementos hidráulicos y que llevó a muchos investigadores a definir este espacio como la Venecia de hace 4.500 años. Y ello en base a la abundancia de canales y sistemas hidráulicos prehistóricos que quedaron al descubierto, como drenajes del siglo XVII, canales y molinos de noria islámicos, y hasta molinos, albercas y canales romanos.
Tres años antes, se descubrió la villa romana de Los Robles con varias esculturas “que arrojaron una valiosa información sobre una época fundamental en la cultura occidental, como fue la implantación del cristianismo y el final de los ritos paganos”, según el arqueólogo Marcelo Castro. Las piezas que se recuperaron y se salvaron del riesgo de expolio fueron una cabeza de mujer a tamaño natural, y de Venus, Príapo y Diana en formato pequeño, además de otras en caliza, junto a monedas, vidrios y cerámicas. El Ayuntamiento de Jaén quiere instalar junto a los restos de esta villa romana un centro de oleoturismo.
La Junta de Andalucía tiene previsto desde hace años edificar la Ciudad de la Justicia en la parcela que constituye el epicentro de Marroquíes Bajos. Un solar donde en una excavación realizada en 2010 se localizó una pareja de ídolos antropomorfos, con 4.500 años de antigüedad, realizadas en hueso y con una altura de 11 y 12 centímetros, que “vienen a significar el cambio social de las estructuras de poder que tiene lugar a mediados del tercer milenio antes de nuestra actual era”, según indicó el director de la excavación, Vicente Barba. El proyecto de la Junta, sin embargo, acumula retrasos y aún carece de plazos concretos.
De la importancia de este yacimiento dio cuenta también el documental El resurgir de la Atlántida, producido por el cineasta James Cameron. El filme puso en el mapa a Marroquíes Bajos al vincularlo como epicentro del mito de la Atlántida. “Estamos convencidos de que Marroquíes son los restos de una ciudad que se relaciona con la leyenda y la tradición de la Atlántida, es decir, que esta gente construyó esta ciudad pensando en un diseño circular concéntrico, no es una casualidad”, argumentó durante una reciente visita al yacimiento jiennense Georgeos Díaz-Montexano, experto en atlantología histórico-científica y asesor y coguionista de ese audiovisual que se divulgó en más de 170 países de todo el mundo.