Muere Alain Delon, icono del cine europeo por su talento y su poder de seducción, a los 88 años

Su irrupción en los años sesenta le llevó al estrellato con películas como ‘Rocco y sus hermanos’ o ‘El gatopardo’. La cinematografía francesa y europea de la segunda mitad del siglo XX no se entienden sin su figura

Delon, en Cannes en 2019, durante su despedida oficial del mundo del cine. Foto: Jean-Paul Pelissier (REUTERS) | Vídeo: EPV

El actor francés Alain Delon, uno de los máximos exponentes del cine francés, ha muerto este domingo a los 88 años, según han anunciado sus tres hijos en un comunicado enviado a la agencia France Presse. “Alain Fabien, Anouchka, Anthony y (su perro) Loubo están profundamente entristecidos al anunciar el fallecimiento de su padre. Murió pacíficamente en su casa de Douchy, rodeado de sus tres hijos y su familia”, se lee en el comunicado, agregando que la familia “ha pedido privacidad”. Delon estaba gravemente enfermo desde que sufrió un accidente cerebrovascular en 2019.

Nacido en Sceaux, cerca de París, en noviembre de 1935 como Alain Fabien Maurice Marcel Delon Arnold, será para siempre recordado por películas como Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti, 1960) o El gatopardo, donde compartió protagonismo con Burt Lancaster dirigidos también por Visconti en 1963. Participó en más de ochenta películas, al menos una docena de obras maestras y fue el rostro imprescindible del cine francés durante dos décadas. Aclamado como una de las estampas más seductoras del cine, trabajó con directores de fuste como Jean-Pierre Melville, René Clément, Jacques Deray, Luchino Visconti, Louis Malle, Michelangelo Antonioni o Jean-Luc Godard.

Actor con un aura incomparable, Delon se despidió del mundo del cine en el Festival de Cannes en 2019, cuando le entregaron una Palma de honor. “Para mí, más que un final de carrera, es un fin de vida. Esta noche es un homenaje póstumo a mi vida. He durado 62 años y ahora sé que lo más difícil es irse. Pero no me iré sin darles las gracias”. No faltó la polémica. En cuanto se anunció el premio de Cannes una petición pública surgió en Internet para que no se la entregaran por “racista, homófobo y misógino”. La representante del movimiento Me Too en Francia, Carole Raphaelle Davis, recordó en público declaraciones que el actor había hecho a lo largo de los años. Durante una entrevista con la televisión francesa, Delon reconoció haber pegado a mujeres. “Si dar una bofetada es ser machista, entonces soy un machista”, dijo, y aclaró que las mujeres también le habían pegado a él. “Pero no soy de los que rompen a nadie, sabes, especialmente no a una mujer que amas”, agregó. El actor también calificó la homosexualidad como algo “en contra de la naturaleza”.

Alain Delon en 'Los felinos' (René Clement, 1964). Getty Images

Delon tuvo una infancia problemática: sus padres se divorciaron y se marchó a vivir con unos padres adoptivos para luego acabar en un internado católico. Más tarde experimentó un traumático paso por el ejército, que le llevó un par de años a Asia. “Mi carrera fue un accidente, porque yo no sabía qué hacer a la vuelta de Indochina. Me enamoré de la actriz Brigitte Auber, y ella me empujó a ese trabajo”, recordó hace unos años. En 1956, Auber le propuso que le acompañara al certamen de Cannes, evento que él ni conocía (“Ni siquiera fui apropiadamente vestido”, dijo), y en el festival el productor David O. Selznick le ofreció un contrato para que aprendiera inglés y fuera a EE UU. Pero al regresar a París le convencieron para que se quedara y así arrancó su carrera. “La esposa de Yves Allégret, que me dirigió en mi primera película y que fue quien me dijo que me quedara en Francia, me dio un gran consejo mi primer día de rodaje de Quand la femme s’en mêle. Me llevó a mi camerino y me dijo: ‘No actúes, mira como me miras, habla como me hablas, escucha como me escuchas. No actúes, vive, sé tú mismo’. Y muy pronto me enganché a la cámara”.

Siempre decía que su técnica era no actuar, sino ser él. “Lo increíble fue lo rápido que me sentí en mi elemento. La cámara era una mujer que miraba y así la sentí. En 1957 nadie sabía quién era y en 1959 ya era una estrella”. Y más cuando en su camino se cruzó A pleno sol. “Fui una noche a cenar a casa de René Clément, con él y los productores. Dudaban si contratarme, y al final de la cena, la esposa de Clément, desde la cocina y recogiendo los platos, gritó: ‘¡El chaval es perfecto!’. Y así me ficharon”. Luchino Visconti vio la película en Londres, donde estaba dirigiendo teatro, y le llamó.

Su carrera empieza a acelerarse los años siguientes. En 1958 conoce a la actriz Romy Schneider, con la que actúa en la película Amoríos, de Pierre Gaspard-Huit. La pareja se compromete, pero nunca llega a casarse. Ambos quedaron muy unidos, incluso después de terminar su romance. El magnetismo de Delon, mientras tanto, atrae a Francia. En 1968 vuelve a actuar con Schneider en el thriller psicológico La piscina, dirigido por Jacques Deray. En 1976, Delon desempeñó el papel principal en El otro señor Klein, de Joseph Losey, al igual que en A pleno sol, en 1960. El primer galardón lo recibirá unos años después, durante la ceremonia de los César de 1985, en la que obtiene el premio al mejor actor por su actuación en Nuestra historia, de Bertrand Blier.

El crepúsculo

Ya en 1995, cuando aún seguía en activo, expresaba su desencanto con el arte que le había dado la fama. “El cine atraviesa un momento bastante complicado, así que estoy en modo de espera. No tengo la necesidad de trabajar. No me arrepiento de nada. Estoy muy contento. No guardo ningún rencor. Me gusta mucho mi vida. Ya he hecho una gran parte de mi carrera, así que puedo esperar un poco para empezar la última parte: el crepúsculo”, sentenció con cierta melancolía.

Alejado de sus momentos de gloria, su vida pasó casi más a formar parte de la sección de Gente que la de Cultura. Su amistad declarada con Jean-Marie Le Pen, fundador del partido de extrema derecha Frente Nacional, su defensa de la pena de muerte o sus comentarios homófobos terminaron por empañar su imagen. Delon respondió a su manera a las acusaciones de endiosamiento en uno de sus últimos trabajos, en 2008. En Astérix en los Juegos Olímpicos daba vida a un narcisista César en el que se parodiaba a él mismo.

Sus últimos años de vida fueron empañados no solo por la enfermedad, sino por las peleas en el seno de su familia. En el verano de 2023, sus tres hijos presentaron una denuncia contra su dama de compañía, Hiromi Rollin, de quien sospechaban que se aprovechaba de la debilidad del actor. Poco después, se evidenció un enfrentamiento entre los tres, acusándose mutuamente de manipular al actor. El affaire Alain Delon, como se llegó a conocer esta lucha fraternal, se hizo público a través de comunicados, tribunales y platós de televisión.

El actor Alain Delon, en un fotograma de la película de 'Astérix y los Juegos Olímpicos'. Entertainment Pictures / Alamy / cordonPress

Tras su accidente cerebrovascular y a medida que su salud se iba deteriorando, Delon defendió la eutanasia, prohibida en Francia, aunque sin decir que quería recurrir a este método. “Sobre todo, quiero tener paz. No tengo miedo a morir. Es normal, todos vamos hacia allá, Pero tengo miedo al sufrimiento. No quiero acabar en una cama de hospital”, declaró en una entrevista al Journal du Dimanche en 2022. Su hijo mayor, Anthony, precisó Delon, prometió ayudarle a “irse cuando el momento llegue”.

Las reacciones a su muerte no se hicieron esperar. El presidente francés, Emmanuel Macron, alabó a un actor que hizo “soñar al mundo”. “De El otro señor Klein a Rocco, de El gatopardo a El silencio de un hombre, Alain Delon ha interpretado papeles legendarios. Prestó su rostro inolvidable para dar un vuelco a nuestras vidas”, escribió en X. “Melancólico, popular, reservado, era más que una estrella: era un monumento francés”, añadió.

Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN), escribió: “Una pequeña parte de la Francia que amamos se va con él”. “Es un alivio para él, su enfermedad era horrible”, afirmó Gilles Jacob, expresidente del Festival de Cannes, a Franceinfo. “Era un personaje increíble que interpretó cerca de cien papeles, pero que llegaba con sus propias maletas, es decir, con esa vivacidad, esa sobriedad, esa clase”, dijo.

Delon fascinó a Francia hasta el final. El actor pasó los últimos momentos de su vida encerrado en su residencia al sur de París. Todos recuerdan ahora su carrera, que dejó una huella indeleble en la historia cultural de su país y en la del resto de Europa.

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