María Bestar, música y cineasta: “En las clases altas hay mucho maltrato, pero se calla más”
La compositora, cantante, actriz y directora exhibe en el Festival de Cine de Málaga su corto ‘No estás loca’, en el que aborda la violencia psicológica
La poliédrica y enérgica María Bestar (Madrid, 43 años) acumula varias vidas en una. A los 20 firmó un contrato con Sony Music, y su tema Pensando en ti triunfó hasta llevarla a decenas de países de Latinoamérica y conceder hasta 40 entrevistas al día, cuando las promociones no contaban con el impulso de las redes sociales. “Era un trabajazo, pero ahí aprendí a ponerle entusiasmo a las cosas, porque cada una tenía que ser como la primera, por respeto al periodista”, comparte de una época que recuerda fascina...
La poliédrica y enérgica María Bestar (Madrid, 43 años) acumula varias vidas en una. A los 20 firmó un contrato con Sony Music, y su tema Pensando en ti triunfó hasta llevarla a decenas de países de Latinoamérica y conceder hasta 40 entrevistas al día, cuando las promociones no contaban con el impulso de las redes sociales. “Era un trabajazo, pero ahí aprendí a ponerle entusiasmo a las cosas, porque cada una tenía que ser como la primera, por respeto al periodista”, comparte de una época que recuerda fascinante.
Vivió en Miami, México y Colombia, donde, a tiempo que componía y grababa dos discos más, se implicó en colaborar con niños de la calle, víctimas de tráfico sexual, del narcotráfico, mujeres maltratadas y atacadas con ácido. Ha vuelto a España y ha visibilizado la violencia psicológica como directora, guionista y actriz de su corto No estás loca, que se exhibe este jueves 7 en el Festival de Cine de Málaga. Para otoño prepara la dirección de la película que será su ópera prima, Encerradas, sobre la maternidad en las cárceles en la España de los noventa.
Y ya cavila en el guion de la siguiente, para la que ha entrevistado a decenas de mujeres de la asociación Infancia silenciada, que lucha para cambiar la ley que permite compartir la custodia de los hijos con parejas condenadas por maltrato. “Igual también pienso en hacer una comedia romántica, que habla de valorar el presente y lo que tienes”, se ríe. No para.
Pregunta: En otra época se le hubiera identificado como una persona del Renacimiento… ¿Ser polifacética ahora es un valor o un estigma?
Respuesta: Creo que en EE UU están mucho más acostumbrados. De hecho, si solo haces una cosa, te miran raro. En España parece que empieza a abrirse un poquito esa veta, pero he notado más reticencia. Como que te dicen: “¿Pero tú qué eres? Defínete”. Estuve con el corto en el Festival de Cine de Coronado Island en San Diego [California], y de los que ganamos, la mayoría ejercíamos de directoras, guionistas y protagonistas de las producciones. Y me parece maravilloso. Tenemos figuras como Clint Eastwood o Reese Witherspoon y en España cada vez hay más. Además, el que es artista, es artista. No solo hace una cosa, todo lo que hace es creativo. Y coartar la creatividad es una pena, que en los colegios lo hacen bastante, pero no se debería.
P. ¿Y cómo se enfrenta a su próximo desafío creativo con Encerradas?
R. Con un miedo horrible. Dicen que los valientes somos los que más miedo tenemos. Es un reto y estoy muy entusiasmada. El corto me está ayudando muchísimo y también quiero hacer una película basada en él que vaya sobre violencia vicaria [en la que el hombre hace daño a la mujer a través de sus seres queridos y en especial, a través de sus hijos], que hay quien todavía no sabe lo que es y eso no se puede permitir en este siglo.
P. ¿A quién se dirige cuando interpela con el título No estás loca?
R. A las mujeres que en algún momento de sus vidas, víctimas de maltrato psicológico, se hayan cuestionado: Oye, ¿será que estoy loca y lo que yo siento, veo o percibo no es real?. Muchas veces pasa que cuando hay discusiones, la contraparte te hace sentir así, y desvaloriza los sentimientos. Creo que es muy importante que cuando una persona expresa sus sentimientos, se la escuche y, se puede estar de acuerdo o no, pero se la respete. Como dicen en EE UU, ‘let’s agree to disagree’ [acordemos estar en desacuerdo].
P. ¿Y qué impacto espera con el mensaje?
R. Me encantaría que llegara a toda la población que obvia el maltrato psicológico. Porque estamos acostumbrados al físico, pero el psicológico no se considera o se devalúa, y al final es el que precede al físico. Así que me encantaría que llegara a todo el mundo. Hasta a las mismas mujeres, que hay muchas que no son conscientes de que sufren maltrato y eso es muy importante. Con todas las mujeres con las que he hablado están de acuerdo en que el daño físico, tú lo ves, porque desde pequeñitos nos enseñan que si te pegan, eso está mal. Entonces, muchas decían: “Me hubiera encantado que me hubiera pegado para darme cuenta antes”. El daño psicológico no se ve, pero se queda por años.
P. La protagonista tiene trabajo, una buena casa… ¿Es cruzada suya ampliar el espectro estereotípico de persona maltratada?
R. Llevo muchísimos años colaborando con asociaciones de mujeres maltratadas y hay como una idea de que solo le ocurre a personas sin recursos o sin estudios, y no es verdad. Te sorprendería el maltrato psicológico que hay en clases sociales altas porque se calla más, hay más vergüenza, por el qué dirán...
P. ¿Qué le mueve a vincularse a estas asociaciones desde tan joven?
R. No sé por qué porque no he vivido eso con mis padres. Pero los niños y la gente mayor son mi debilidad. En estos años he visto a muchos niños huérfanos o en situaciones terribles. Y me di cuenta de que en la mayoría de los casos era porque las madres sufrían, estaban presas o no tenían trabajo… Entonces dije, ‘jolín, tú puedes ayudar a los niños, pero quien mejor va a cuidarlo es su madre’. Entonces, ¡ayudemos a las madres! Y ahí empecé a indagar y hay historias terribles, como la de las mujeres que son víctimas de trata y que por eso sus hijos también lo son, o las atacadas por ácido, que pueden ser repudiadas por sus hijos y cada vez que se miran al espejo recuerdan a su maltratador... Una cosa te lleva a la otra y ya no puedo salir. Es como una responsabilidad.
No podría dormir por las noches si, siendo una figura pública, no hiciera todo lo posible por visibilizar un problema
P. Y decide que parte de su energía también va dedicada a eso.
R. Yo creo que ya ni lo decides. Es algo superior a ti. Mi hijo me dice que en Spide-rman mencionan una frase que es “with great power comes great responsibility” [un gran poder conlleva una gran responsabilidad], y yo no tengo otra opción. Si yo puedo ser una figura pública y puedo visibilizar un problema, no puedo no hacerlo. Y me siento muy honrada también. No podría dormir por las noches si no hiciera algo.
P. ¿Cree que esa implicación puede lastrarla?
R. No lo sé, puede ser, pero me da igual. Tampoco hablo siempre de estas cosas. Suelo escribir sobre lo que me interesa, y creo que el audiovisual es una herramienta para educar. De todas formas, me da igual, no me va a perjudicar porque estoy haciendo lo que me gusta. Si tuviera que pensar qué hago con mi vida para que no me perjudique lo que piensen los demás, no haría nada. Cuando uno es genuino, eso se ve.