“Te estaremos esperando”: el cineasta israelí que no puede volver a su país tras su discurso en Berlín sobre Oriente Próximo
Yuval Abraham, ganador del premio a mejor documental junto al palestino Basel Adra, ha recibido amenazas de muerte y ha tenido que cancelar su vuelo de regreso
No llegó a los tres minutos. Pero, una semana más tarde, los discursos en la Berlinale del israelí Yuval Abraham y el palestino Basel Adra aún reverberan, hasta haberse convertido en un asunto de seguridad (Abraham no ha vuelto a su país por las amenazas de muerte) y de debate sobre qué es un discurso equilibrado sobre el conflicto de Oriente Próximo y ...
No llegó a los tres minutos. Pero, una semana más tarde, los discursos en la Berlinale del israelí Yuval Abraham y el palestino Basel Adra aún reverberan, hasta haberse convertido en un asunto de seguridad (Abraham no ha vuelto a su país por las amenazas de muerte) y de debate sobre qué es un discurso equilibrado sobre el conflicto de Oriente Próximo y cómo gestiona Alemania su responsabilidad histórica por el Holocausto.
El pasado sábado, Abraham y Adra, ambos periodistas y activistas, recibieron el premio al mejor documental como codirectores de No Other Land. La cinta, aún no estrenada en el circuito comercial, cuenta cómo surge la amistad entre ambos, la historia personal de Adra y las expulsiones y demoliciones de hogares en donde vive: Massafer Yatta. Es una inhóspita zona del sur de Cisjordania cuyo millar de habitantes beduinos pueden ser echados en cualquier momento, tras reconocerla el año pasado el Tribunal Supremo como campo de tiro.
En el escenario, el palestino fue el primero en hablar: “Es muy, muy difícil para mí celebrar algo mientras decenas de miles de mi gente están siendo masacradas en Gaza en este momento. Como estoy aquí en Berlín, me gustaría pedirle a Alemania que haga una cosa: respetar los llamamientos de la ONU y dejar de enviar armas a Israel”. Luego lo hizo Abraham, para denunciar que ambos volverán (creía entonces) dos días más tarde a una tierra en la que no son iguales. “Yo vivo en un régimen civil y Basel [Adra] en un régimen militar. Vivimos a 30 minutos el uno del otro, pero yo tengo derecho a voto y Basel no. Yo puedo moverme libremente por el país, pero Basel, como millones de palestinos, está atrapado en Cisjordania. Esta situación de apartheid entre los dos, esta desigualdad, tiene que terminar”, señaló.
La sala de la Berlinale estalló en un intenso aplauso que ha traído problemas a la ministra de Cultura, Claudia Roth. Por secundarlo, ha tenido que escuchar peticiones de dimisión. El lunes, su ministerio salió sorprendentemente a matizar en X, la red social antes llamada Twitter, que el aplauso “iba dirigido al periodista y cineasta judío-israelí”, no al palestino, ya que “habló a favor de una solución política y de coexistencia pacífica en la región”.
El asunto ha cobrado tal dimensión que Abraham ha dejado de hablar con los medios. “Quiere bajar el perfil, a la luz de todo lo que está pasando”, asegura un amigo que prefiere mantener el anonimato. Tampoco Adra responde a las peticiones de entrevista.
A principios de semana, Abraham habló con el diario israelí Haaretz, justo tras cancelar su vuelo de regreso a Israel por las amenazas de muerte. “Estoy recibiendo decenas, si no cientos, de mensajes anónimos, como ‘Cuando vuelvas, te estaremos esperando, hijo de puta’, ‘te daré caza en el aeropuerto’. Soy periodista y he escrito cosas más críticas que lo que dije en el discurso, pero nunca había experimentado nada así […] Tengo miedo. Ha sido muy estresante”, agregó.
Abraham ―de 29 años y periodista en medios de izquierdas en su país y en el extranjero― sí ha seguido activo en redes sociales, donde el martes publicó un tuit ―que acumula ya 26.000 republicaciones y 59.000 me gusta― en el que denunció que una multitud de derechas fue la víspera a su casa para buscarle y amenazó a familiares directos, que tuvieron que huir a otra ciudad durante la noche. “Sigo recibiendo amenazas de muerte y tuve que cancelar mi vuelo de regreso a casa”, escribe. Su amigo confirma que aún no ha regresado a Israel.
Todo esto ha sucedido, lamenta, después de que medios israelíes y políticos alemanes “etiquetaran absurdamente de antisemita” su discurso. “El terrible uso indebido de esta palabra por parte de los alemanes, no solo para acallar a los críticos palestinos de Israel, sino también a israelíes como yo que apoyamos un alto el fuego que ponga fin a las matanzas en Gaza y permita la liberación de los rehenes israelíes, vacía la palabra antisemitismo de significado y, por lo tanto, pone en peligro a los judíos de todo el mundo”, señala.
Tras recordar que su abuela nació en un campo de concentración en Libia y que la mayoría de la familia de su abuelo fue asesinada en el Holocausto, señala: “Me parece particularmente indignante que los políticos alemanes en 2024 tengan la audacia de utilizar este término como arma contra mí de una manera que ha puesto en peligro mi vida”, señala. Y “mucho más” la de Adra, al vivir bajo ocupación militar y rodeado de colonos violentos. “Puedes criticar duramente lo que Basel y yo dijimos en el escenario sin demonizarnos. Si esto es lo que estás haciendo con tu culpa por el Holocausto... no quiero tu culpa”, concluye.
La misma noche de la Berlinale, la televisión pública israelí, Kaan, contó la noticia con un rótulo con el texto: “El discurso antisemita del creador israelí”. En nombre de Abraham, dos abogados exigieron por carta una rectificación en antena. Kaan se limitó a retirar la frase en la web y redes sociales, sin disculparse por el error. Concedió que “hubiera sido mejor poner el rótulo de otra manera” y reprochó al cineasta no haber hecho “referencia a Hamás, al 7 de octubre y a los rehenes” israelíes en Gaza, “lo que hirió muchos oídos judíos e israelíes, y es una vergüenza”.
Solidaridad
El lunes, 40 cineastas israelíes, entre ellos Ari Folman (Vals con Bashir, El congreso, Dónde está Anne Frank…) y Guy Nattiv (Oscar al mejor cortometraje en 2019 por Skin y reciente autor de Golda), se solidarizaron con el dúo. Acusaron a la televisión pública de “populismo barato e incitación en el discurso público” y subrayaron que nada en el discurso de Abraham era antisemita, sino una “descripción factual de la realidad en Cisjordania”.
Este lunes, en una columna de opinión, la responsable de la sección de Cultura en el canal, Dorit Assaraf Mizrahi, critica a Abraham, “que dice ser periodista”, por no mencionar en su discurso el ataque de Hamás que desencadenó la ofensiva israelí, que ha dejado más de 30.000 muertos. “Un país entero fue arrastrado a la guerra el 7 de octubre y usted, cobarde, no se molestó en decir una palabra”, escribe.
La ausencia de referencias al ataque ―en el que cientos de milicianos penetraron en Israel y mataron a unas 1.200 personas, sobre todo civiles, y secuestraron a más de 240― es una de las principales críticas, tanto en Israel como en Alemania. El propio canciller alemán, Olaf Scholz, ha lamentado “una posición tan unilateral”, según un portavoz del Gobierno. La organizadora del festival, Mariëtte Rissenbeek, ha salido a manifestar que comprende la “indignación” causada por algunos discursos “percibidos como demasiado parciales y, en algunos casos, inapropiados”. Habría preferido, dice, “declaraciones más diferenciadas” sobre el conflicto de Oriente Próximo.
El embajador de Israel en Berlín, Ron Prosor, ha aprovechado la polémica para acusar a la escena cultural alemana de “desplegar la alfombra roja exclusivamente a artistas que promueven la deslegitimación de Israel”. “En la Berlinale, el discurso antisemita y antisraelí fue recibido con aplausos […] Disfrazada de libertad de expresión y artística, se celebra la retórica antisemita y antisraelí”, tuiteó.