La inteligencia artificial ayuda a descifrar los papiros de Herculano, un gran misterio de la antigüedad
En la ciudad enterrada por la erupción del Vesubio en el año 79, sobrevivió una enorme biblioteca de textos clásicos
La única librería íntegra que ha llegado desde la antigüedad hasta el presente sobrevivió en la llamada Villa de los Papiros, una inmensa mansión palaciega de una rica familia romana —la mayoría de los investigadores creen que perteneció al suegro Julio César—, situada en la ciudad de Herculano, enterrada junto a Pompeya por la catastrófica erupción del Ves...
La única librería íntegra que ha llegado desde la antigüedad hasta el presente sobrevivió en la llamada Villa de los Papiros, una inmensa mansión palaciega de una rica familia romana —la mayoría de los investigadores creen que perteneció al suegro Julio César—, situada en la ciudad de Herculano, enterrada junto a Pompeya por la catastrófica erupción del Vesubio del año 79 que arrasó la bahía de Nápoles. Descifrar aquellos más de mil volúmenes, que parecen troncos requemados más que libros, ha sido durante décadas un desafío en el que se mezclan la filología, la arqueología y la tecnología. Ahora, gracias a la inteligencia artificial, podría avanzarse mucho más rápido en el conocimiento de los papiros de Herculano.
A lo largo de los años, diferentes instituciones, como el Istituto per la Microelettronica e Microsistemi del Consiglio Nazionale Delle Ricerche (CNR, una especie de CSIC italiano) y el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón, situado en Grenoble (Francia), han logrado descifrar fragmentos de papiros utilizando técnicas como los rayos X. De hecho, durante décadas se pensó que podrían contener algunos textos filosóficos perdidos de la antigüedad clásica, sobre todo volúmenes de Epicuro, aunque entre los que han sido analizados por ahora no se ha encontrado ningún tesoro oculto. Pero esa esperanza nunca se ha perdido, dado que todavía quedan por estudiar y clasificar una parte muy importante de los papiros. Uno de los textos descifrados pertenece, por ejemplo, a Filodemo de Gadara, un seguidor de las enseñanzas de Epicuro.
La dificultad es doble: por un lado, acceder al contenido de los papiros sin que se desintegren; por otro, ser capaces de descifrar lo que estaba escrito en tinta negra sobre un fondo ennegrecido por el volcán y los siglos. “Son negros como un periódico quemado”, explicó a la BBC Dirk Obbink, catedrático en papirología en la Universidad de Oxford, que llevaba intentando descifrar los papiros desde 1983. Sin embargo, sometidos a una luz infrarroja, los científicos descubrieron que eran capaces de leer su interior. “No lo podíamos creer. El texto no era lo que pensábamos y ahora tenía sentido”, señaló Obbink en el mismo reportaje de la corporación británica.
Un proceso ahora acelerado
Pero ahora la inteligencia artificial puede contribuir a acelerar un proceso hasta ahora demasiado laborioso. A principios de este año, la Universidad de Kentucky lanzó un concurso internacional llamado Vesuvius Challenge (Desafío de Vesubio) con una considerable recompensa económica —hasta 700.000 dólares (660.000 euros)— que se llevaría quién desarrolle un programa que, con ayuda de la tecnología, sea capaz de descifrar el contenido de papiros previamente analizados por rayos X. Ya no se trataría de un trabajo artesanal y filológico; sino de descifrar los papiros a gran escala.
Como explicó entonces al diario británico The Guardian el profesor Brent Seales, un investigador de esta universidad del sur de Estados Unidos, “hemos logrado cómo leer la tinta de los papeles de Herculano. Eso nos da la oportunidad de revelar el 50, el 70, tal vez el 80% de la colección. Hemos construido un barco y ahora queremos que todo el mundo suba a bordo”.
Este miércoles, los responsables del Vesuvius Challenge anunciaron los primeros ganadores: Luke Farritor, un estudiante de Nebraska, se llevó 40.000 dólares por descifrar 10 letras, mientras que otro estudiante Youssef Nader, desde Berlín, se llevó un segundo premio de 10.000. La primera palabra analizada por esa nueva técnica es púrpura, un color asociado en la antigua Roma con el poder —de hecho, los plebeyos no podían vestirlo—. “Para mí, leer las palabras de los pergaminos de Herculano es como pisar la luna”, ha declarado Seales a The Guardian.
A diferencia de Pompeya, Herculano fue destruida por una lluvia de barro y gas a altísimas temperaturas, lo que permitió que mucha materia orgánica se salvase, como los papiros o cuantiosos restos de madera. La Villa de los Papiros, actualmente cerrada al público, fue uno de los primeros yacimientos excavados por los arqueólogos borbónicos en el siglo XVIII que se encontraron con todo tipo de sorpresas cuando empezaron a hurgar entre las ruinas que alcanzaban a través de túneles: sacaron estatuas, algunas extraordinariamente procaces —una mostraba al dios Pan copulando con una cabra—; pinturas, muebles, pero también la biblioteca que lleva dos mil años esperando poder ser leída.