Retrato musical de una estrella planetaria: 20 perlas que forjaron la leyenda de Julio Iglesias
De un grupo ‘indie’ de Granada con una media de edad de 24 años al gran compositor Manuel Alejandro, de 91. Músicos, productores, especialistas y biógrafos eligen y comentan para EL PAÍS su tema favorito del cantante madrileño, que hoy cumple 80 años
Seguramente la cualidad más determinante de Julio Iglesias para llegar donde ningún artista español ha llegado es la osadía. Un atributo que conlleva más mérito tratándose de un tímido recalcitrante. Quizá tengamos que hablar entonces de valentía. Y de trabajo y esfuerzo. Mucho para convertirse en una de las estrellas de la música más vendedoras a nivel mundial. “Yo no nací cantante. No tengo ese don natural. Me ha costado mucho trabajo aprender. Yo era un pequeño cantaut...
Seguramente la cualidad más determinante de Julio Iglesias para llegar donde ningún artista español ha llegado es la osadía. Un atributo que conlleva más mérito tratándose de un tímido recalcitrante. Quizá tengamos que hablar entonces de valentía. Y de trabajo y esfuerzo. Mucho para convertirse en una de las estrellas de la música más vendedoras a nivel mundial. “Yo no nací cantante. No tengo ese don natural. Me ha costado mucho trabajo aprender. Yo era un pequeño cantautor que un día compuso La vida sigue igual y que, a partir de ahí, empezó a aprender a cantar”, dijo en una ocasión y así, con esa sencillez tan suya, resumió su vida, que hoy, 23 de septiembre (nació en Madrid en 1943), llega a los 80 años.
Lo celebrará retirado de los escenarios, sin fecha de regreso y sin planes discográficos. Sus canciones, mientras, sonaran para celebrar sus ocho décadas, seis de ellas en la cumbre. Un repertorio que sigue vigente, reivindicado ya sea por seguidores que han crecido con él o por las nuevas generaciones que lo han descubierto recientemente. Colectivo Da Silva es un grupo indie de Granada con una media de edad de 24 años. De ellos, a Manuel Alejandro, el gran compositor jerezano, de 91 años. Los dos han participado en este artículo donde hemos pedido a colaboradores, músicos, biógrafos y especialistas que elijan su canción predilecta de Julio Iglesias y digan por qué. Este es el resultado. Y eso que Julio Iglesias iba para portero de fútbol...
‘La vida sigue igual’ (1969)
La canción con la que empezó todo. Julio Iglesias la escribió para cederla a un cantante porque él no se sentía todavía intérprete. El tema fue rechazado en las primeras discográficas, pero Columbia la aceptó. Un alto ejecutivo discográfico le comentó: “¿Por qué no la cantas tú?”. Y él respondió: “Porque yo no soy cantante”. Iglesias tenía 24 años. La vida sigue igual es el tema elegido por la cantante Pasión Vega, que la interpretó recientemente: “La vida sigue igual es la primera canción que creo haber escuchado de Julio. Es tan maravillosa en su sencillez y la placidez de su voz que parece mecernos. Y me encanta también por ser la canción que le cambió la vida a Julio. Por aquella época las normas del Festival de Benidorm decían que cada canción debía ser defendida por dos artistas, así que la cantó un grupo llamado Los Gritos y su autor, Julio Iglesias, que ganó. Supuso el punto de partida para un artista singular, que estaba destinado a conseguirlo todo en el mundo de la música a fuerza de carisma, duro trabajo y seducción. Un artista que ha dejado su honda huella en la historia de la música española y en nuestras vidas”.
‘Gwendolyne’ (1970)
El primer gran éxito de Julio Iglesias, la canción que lo pone en el tablero musical, dedicada a un amor que conoció en Inglaterra, mientras cantaba por los pubs sin saber lo que se le venía encima. Es la elección de la cantante Sole Jiménez, que nos comenta: “Recuerdo escuchar Gwendolyne siendo aún una niña y sentir cómo aquella voz llena de ternura y melancolía me cautivaba hablando de un amor imposible que todavía no entendía… Siempre me gustó esa canción, que ahora sé que escribió el propio Julio Iglesias y que tiene mucho de autobiográfica. Los arreglos del gran Augusto Algueró la hicieron sonar grandiosa en el festival de Eurovisión de 1970 y a pesar del éxito que fue, quedó relegada a ese tiempo, lo que para mí la hace todavía estar más llena de nostalgia y belleza”.
‘Hombre solitario’ (1972)
En 1972, Julio Iglesias publica su disco más ambicioso hasta la fecha, Por una mujer, con la participación de varios arreglistas y productores. Es el trabajo donde aparecen temas que han perdurado como clásicos de su repertorio: Un canto a Galicia, A veces llegan cartas, No soy de aquí... El periodista musical Fernando Neira se decanta por un tesoro escondido de ese disco, Hombre solitario: “Qué poco saben de mi vida los demás’, avisa un Iglesias nada jactancioso, pero sí desafiante. Corría 1972 y de alguna manera con la canción Hombre solitario se avanzaba el argumento que daría título a su mítico elepé de tres lustros más tarde, Un hombre solo (1987), pero desde una perspectiva más equiparable a la del Qué sabe nadie raphaelista: el derecho a la privacidad y el orgullo de ser uno mismo. Una ocurrencia brillante, porque Hombre solitario es una adaptación al castellano de New World in the Morning (1971), del cantante ligero británico Roger Whittaker, que presentaba una temática mucho más bucólica. Iglesias no solo lo carga de contenido, sino que acentúa la belleza de una melodía lo bastante sinuosa como para que, salvando las distancias, pareciera alentada por el mismísimo Burt Bacharach”.
‘Así nacemos’ (1973)
Manuel Alejandro es seguramente el compositor español más exitoso. Solo algunos artistas para los que ha trabajado: Nino Bravo, Luis Miguel, Alejandro Sanz, Rocío Jurado, Raphael, Marisol, Plácido Domingo... y Julio Iglesias, claro. Siempre con la humildad por bandera y con sus 91 años de recuerdos, el artista jerezano se presta para elegir sus canciones favoritas de Julio Iglesias. “Nunca escribí canciones sin tener motivos que fluyeran de la vida del cantante y que justificaran el argumento de la canción que le escribía; un cantante se debe ver, y que lo vean, reflejado en la canción que canta como identificamos al gorrión macho con su eterna canción; y de ahí que me encasillen como el sastre de la canción; y con Julio, que tanto admiro y tanto amo, no iba a ser menos. La primera canción que le escribí a Julio fue Así nacemos, cuando empezaba a sacar la cabeza, aún neonato en su universo; y simplemente porque su padre era ginecólogo y de nacimientos sabría más que Lepe: ‘Amarrados a un cuerpo, para que sepamos que el hombre no puede a su antojo correr. / Así nacemos, yo, tú, ese y aquel”, cuenta Alejandro a EL PAÍS.
‘Manuela’ (1974)
El año pasado, justo el 23 de septiembre, Nacho Vegas celebraba el 79º cumpleaños de Julio Iglesias editando su propia versión de Manuela. Es el tema que ha elegido para EL PAÍS: “Manuela es una canción que me interesa particularmente por tres razones. En primer lugar, pertenece al inmenso cancionero creado por el tándem que conformaban Ana Magdalena y Manuel Alejandro y que tantas hermosuras musicales nos ha dejado; probablemente el más prolífico de la canción popular escrita en castellano en la segunda mitad del siglo XX. Por otro lado, aunque el intérprete que primero la grabó fue Miguel Ángel, las versiones que la popularizaron realmente fueron las de Julio Iglesias. Y digo versiones en plural porque pueden encontrarse varias grabaciones con arreglos diferentes e incluso tonalidades distintas (de un semitono, que aun siendo la mínima puede resultar significativa). Lo interesante es que en ellas encontramos la mayoría de los rasgos vocales que caracterizan el estilo interpretativo que ha hecho de Julio Iglesias un cantante tan reconocible y especial. Hans Laguna dedica a esto algunas páginas de su magnífico ensayo Hey! Julio Iglesias y la conquista de América; yo solo me atrevo a resumirlo diciendo que hace que lo difícil parezca fácil gracias a un control vocal y a una prosodia únicos. Por último, Manuela es una canción de una belleza sencilla que se puede apreciar tanto con toda una orquesta detrás como con un simple ukelele, un tema del que pude llegar a realizar mi propia versión gracias a uno de los mejores y más sabios periodistas musicales que conozco, Luis Troquel”.
‘A flor de piel’ (1974)
Jordi Llansamà es el responsable de una discográfica fundamental para conocer la música independiente española con querencia al punk y al hardcore, la barcelonesa BCore Disc, con 33 años de historia. ¿Qué hace un seguidor del punk en este artículo? Sencillo: Llansamà es gran seguidor de Julio Iglesias e incluso coleccionista de sus discos, sobre todo de la primera etapa. Ha elegido una canción de 1974: “He escogido A flor de piel como podría escoger cualquier canción de sus discos de los setenta. A flor de piel es una canción suave, de esas que te acaricia, con ese sonido pomposo, de pluma en suspensión (lo que yo denomino ‘dar cera, pulir cera’) característico de Julio y los arreglos y producciones de Rafael Ferro. Con pequeños detalles de arpa, teclados y coros que parecen cantos de sirena acompañando una declaración de amor, que yo no tengo arraigada a una mujer, sino al amor que siento por mis padres y mi hermana. Un tema con todos los ingredientes marca Julio: reverb, una base groovie, la clásica subida de tono al final de la segundo estribillo y la paradinha antes del final, como si estuviera practicando gimnasia artística y estuviera preparando la salida del aparato”.
‘A veces tú, a veces yo’ (1975)
A mediados de los setenta la carrera de Julio Iglesias camina imparable. Va conquistando cimas: en 1976 agota por primera vez el aforo del neoyorquino Madison Square Garden. Su mudanza a Miami estaba a punto, sobre todo después del éxito de su disco El amor, de 1975. Óscar García Blesa es el autor de Julio. La biografía (Penguin Random House, 2019). García Blesa elige entre sus favoritos un tema de esa época: “Incluida en el álbum El amor (disco que, entre otras joyas, escondía la monumental Abrázame), la deliciosa A veces tú, a veces yo (escrita por el propio Julio Iglesias y Cecilia, poco antes del fatal accidente de la cantautora madrileña), aglutina, en menos de tres minutos, la esencia musical del Julio Iglesias de mitad de los setenta: arreglos orquestales resplandecientes, finura controlada con la voz al frente y magnetismo irracional (seguramente el arma secreta de Julio Iglesias), capaz de hacer creer que te está cantando a ti (y solo a ti). A veces tú, a veces yo, con la eficaz dirección musical de Rafael Ferro, es una encantadora canción de aspecto inofensivo y naíf, pero rotunda en su luminoso acabado”.
‘Abrázame’ (1975)
Seguramente las tres personas que más éxito han dado a Julio Iglesias a lo largo de su carrera, componiéndole temas, arreglándolos y produciéndolos, son Ramón Arcusa, Manuel Alejandro y Rafael Ferro. Este último es el responsable absoluto del sonido de El amor, uno de los mejores discos de Iglesias, publicado en 1975. Ahí se incluye Abrázame, tema elegido por Jorge Martí, líder del grupo La Habitación Roja, institución del indie español. Martí: “Le preguntaban a Paolo Sorrentino en una entrevista si era un tipo nostálgico. Él contestó que sentía nostalgia, pero no por lo vivido, sino por las cosas que no había podido vivir. Cuando de crío mi abuela ponía los casetes de Julio Iglesias yo sentía ese tipo de nostalgia, especialmente con canciones como Abrázame. Con los años me sentiría protagonista de una canción que resume lo que es el amor que se marchita y ya no es correspondido. Me gustan mucho las producciones de las canciones de Julio Iglesias de los setenta: las bellas melodías, los arreglos orquestales y las cuerdas, las delicadas baterías, tocadas siempre con muchísima clase, la cálida y sensual voz de Julio, con esa reverb envolvente, y esas letras directas y sentidas. Todo dispuesto para quedarse para siempre, como la primera vez, como el primer amor. Me han influido mucho canciones como Abrázame, de niño y adolescente inconscientemente. Y ahora de adulto, de manera totalmente consciente. Una canción con marchamo de clásico y como he cantado muchas veces con La Habitación Roja: los clásicos serán siempre modernos”.
‘La mer’ (1976)
La amplia discografía de Julio Iglesias no exhibe grandes trabajos en directo. Salvo En el Olympia, el primero, de 1976. Grabado en el célebre local parisino y acompañado por una orquesta de 30 músicos franceses, el artista repasó sus clásicos y entregó sorpresas como la que ha seleccionado la escritora y periodista especializada en música Blanca Lacasa: “En el Olympia es, desde mi punto de vista, uno de los mejores discos del artista. Julio se atreve ¡en la mismísima Francia! a hacer una versión de La mer, el tema inolvidable de Charles Trenet. Antes se ha marcado unas interpretaciones bien groovies de Por el amor de una mujer, Dicen, Manuela o A veces tú, a veces yo. Cuando llega el turno del clásico de Trenet, Julio la introduce con su característico “ueeeeh” para, a continuación, largarse un chiste sobre que tiene que leer la letra de la canción porque es muy nueva, francesa, desconocida, compuesta anteayer (es de 1946), pero que a partir de ahora va a ser muy popular en Francia. Por supuesto, el chascarrillo, como buen entertainer, se lo casca con la orquesta tocando y de fondo los primeros compases del tema. Y entonces lo que hace Julio es convertir La mer (un tema que cumple el canon de Trenet a la perfección: juguetón, naíf y positivamente soleado) en un tema casi funk. Y funciona. A la perfección. Tanto que Tomas Alfredson la eligió para cerrar su película El topo (2011), por mucho que la película estuviera supuestamente ambientada en el año 1973″.
‘Obsesión’ (1976)
Colectivo Da Silva es una banda de Granada cuyos componentes tienen una media de 24 años. Y seguidores de Julio Iglesias. Se decantan por Obsesión, una canción incluida en el disco América (1976). “La hemos escuchado desde pequeños en nuestras casas. Primero a nuestras abuelas, luego a nuestras madres. Y nosotros seguimos escuchándola. Es inevitable pensar en lo que somos y la música que hacemos al escuchar ese juego de percusiones y batería, esos arreglos orquestales, ese sabor latino y mediterráneo a la vez y esa letra que evoca al amor como la obsesión suprema del ser humano. Además de tener valor sentimental para nosotros es un caramelito”, comenta el grupo.
‘Soy un truhan soy un señor’ (1977)
Ramón Arcusa suele decir entre bromas: “He estado más horas con Julio Iglesias que la mayor parte de sus novias”. La mitad del Dúo Dinámico ha sido de los colaboradores más longevos en la carrera de Iglesias, produciendo discos, arreglando canciones y componiendo. Veinte años de trabajo juntos. Arcusa responde desde Miami, donde reside, a la petición de este periódico: “Debo hablar de la primera canción que compuse para Julio, en la primavera de 1977. Se trata de Soy un truhán soy un señor. Habíamos coincidido en el Festival de Viña del Mar y luego en Caracas a primeros de año, y Julio me propuso, a través de su entonces manager, Alfredo Fraile, trabajar con él, cosa que entonces desestimé. Ya en Madrid, compuse esa canción que presentí idónea para él. Y llamé a mi compañero Manolo de la Calva [la otra mitad del Dúo Dinámico], que trabajaba en Discos Columbia entonces, que era donde grababa Julio, para mostrarles la canción. Les encantó a todos, y la estrenó, antes de grabarla, en un especial que hizo TVE durante el recuento manual de votos de las primeras elecciones generales de la democracia, el 15 de junio de 1977. Hay un vídeo glorioso en YouTube de ello”.
‘Me olvidé de vivir’ (1978)
El año 1978 fue turbulento en la vida de Julio Iglesias: aunque ya llevaban un tiempo sin convivir, es cuando se formaliza su divorcio de Isabel Presley. Iglesias lanzó ese año el disco Emociones. El álbum se abría con Me olvidé de vivir, la canción elegida por Luis Merino, exdirector de Los 40 Principales. “Julio Iglesias es posiblemente el mayor fenómeno que ha producido la música popular española. No tenemos otro artista que haya sido número uno y actuado en más países de los cinco continentes. Este embajador que inventó una forma de cantar adaptada a sus características triunfó con canciones propias o, en otras ocasiones, trasplantó un éxito contrastado en un mercado afín y lo hizo suyo. Como Me olvidé de vivir, un tema de Billion & Revaux que popularizó Johnny Hallyday y que adaptó al castellano el propio Julio con Ramón Arcusa y Manuel de la Calva, componentes del Dúo Dinámico”.
‘Quijote’ (1982)
Así canta Iglesias en esta canción: “Y me gustan las gentes que son de verdad. / Ser bohemio, poeta y ser golfo me va. / Soy cantor de silencios que no vive en paz. / Que presume de ser español donde va“. Ramón Arcusa compone (a medias con el propio Iglesias) un tema que define adecuadamente el perfil de la estrella. Arcusa explica la génesis de Quijote: “Una de las canciones de las que me siento más que satisfecho de haber incitado a que Julio grabara es Quijote. Se la canté un día, sin letra, él hizo un inspirado texto para los versos y yo terminé el del estribillo. La grabamos, como muchas otras, en los estudios Criteria de Miami, con los músicos habituales que trajimos de España: Pepe Sánchez, batería; Eduardo Leiva a los teclados; Carlos Villa, guitarra eléctrica, y Eduardo Gracia como bajista. El resto de mi orquestación la grabamos con músicos locales. Me siento orgulloso de haber contribuido a crear una canción icónica de Julio”.
‘Alguien’ (1987)
Otra elección de Manuel Alejandro, que nos cuenta: “Alguien se incluye en un álbum que le escribí a Julio Iglesias al completo y lo titulé Un hombre solo. Ese alguien de la canción era precisamente la persona que al poco tiempo iba a ser la que ahuyentara para siempre esa soledad. Mansión enorme; embarcadero, cancha de tenis, piscinas, golf, gin, servidores y amigos miles… pero mis ojos solo se posaban en un frágil ángel rubio que revoloteaba por cocina y salones tras los vástagos, aún muchachitos, de Julio… Se llamaba Miranda… ‘Alguien que me traerá el calor que falta por la casa. / Alguien que ahuyentará las mil palomas que me cantan. / Alguien que llenará mi vida como nunca nadie. / Alguien, alguien…”.
‘El mar que llevo dentro’ (1987)
Hans Laguna ha publicado el último libro dedicado a la carrera y a la vida de Julio Iglesias, Hey! Julio Iglesias y la conquista de América (2022, Editorial Contra). Su elección para este artículo es peculiar. Así lo explica: “El mar que llevo dentro es una canción muy extraña. Es la más corta —no llega a los dos minutos— y la más desnuda —únicamente piano y voz— de la extensa discografía de Iglesias. Sobre unos acordes impresionistas de Manuel Alejandro, Julio le vuelve a cantar a la imposibilidad de tener aquello que se ama, que aquí no es una mujer sino su tierra y su infancia. En cierta ocasión, Julio dijo que El mar que llevo dentro era quizá la canción más bonita que había cantado en su vida. Lo que es seguro es que este delicado haiku sobre la morriña nos invita a imaginar cómo hubiera sido la carrera del cantante si sus grabaciones no tuvieran tantos arreglos y prescindieran de las fórmulas más comerciales”.
‘Un hombre solo’ (1987)
Otra elección de Óscar García Blesa, autor de Julio, La biografía. García Blesa describe el contexto: “En 1987, asfixiado por una biografía repleta de hitos desmesurados, Julio Iglesias toca fondo. Y es, precisamente en ese momento, en el cenit de su popularidad, cuando el artista recoge una idea de Tomás Muñoz (el entonces presidente de Sony Music), y graba el asombroso Un hombre solo. Manuel Alejandro recibe el encargo y, de cabo a rabo, escribe y produce a la estrella un álbum de mensaje unitario y conceptual: el triunfador se siente desolado y abatido. La letra de la canción que da título al disco es inequívoca. ‘Lo tengo todo, completamente todo, mil amigos y amores, y el aplauso de la noche. / Voy por la vida rodeado de gente que siento mía, pero cuando amanece y me quedo solo, siento en el fondo un mar vacío, un seco río que grita y grita, que solo soy un hombre solo’. Exquisita y elegante en sus arreglos, de lirismo audaz y cantada desde las entrañas. Con honestidad incontestable, Julio nos muestra la angustia del que lo tiene todo, pero se siente vacío, una canción capaz de ponernos en la piel del divo… y comprenderle. La Academia de Grabación norteamericana también captó el mensaje: Premio Grammy en 1988″.
‘Evadiéndome’ (1987)
McEnroe es banda indie de Getxo con 20 años de trayectoria. Su líder es Ricardo Lezón, un gran seguidor de la música de Julio Iglesias, en una demostración de que la influencia de la música de nuestro homenajeado llega a todos los ámbitos. Lezón cuenta a EL PAÍS: “En el año 1987 Julio Iglesias publicó Un hombre solo, casi seguro el disco que más he escuchado en mi vida. Robé el casete del coche de mi padre y lo incrusté en el del mío donde no dejó de sonar hasta que se le borraron los títulos. Siempre he encontrado algo familiar en la forma de cantar de Julio, algo que me calma y me despierta a una sensibilidad distinta. No conozco manera más elegante, sutil y personal de interpretar. Evadiéndome es una de las últimas canciones del disco, una joya escondida entre otras que tuvieron mucho más éxito en un disco que obtuvo un triunfo total, Grammy incluido. La historia universal del hombre destruido por un amor no correspondido contada con la sencillez de la mejor poesía e interpretada por el mejor cantante que ha dado este país. Podría elegir cien canciones de Julio Iglesias y seguramente mejores, pero esta es la mía”.
‘Caballo viejo / Bamboleo’ (1989)
En 1989 Julio Iglesias publicaba Raíces, un disco extraño, dedicado a recuperar canciones clásicas latinoamericanas empaquetadas en popurrís. A pesar de lo impropio del proyecto, Raíces se lleva el honor de ser el disco más vendido de su carrera. Bastante responsable de ese éxito es el tema que ha elegido Guille Mostaza, compositor y productor, Caballo viejo / Bamboleo: “Raíces, ese disco homenaje a sí mismo, a lo que a él le gusta, nunca queda entre lo mejor del artista. Esa colección de medleys raros con sonido plastiquero no estaba destinada a tocar techo como concepto artístico, pero ¿quién no movió las caderas a ritmo de Bamboleo aquel verano loco del 89? Aún recuerdo aquella entrada con un pad de sintetizador bien digital creando intriga, como si la canción fuese a ser una cosa lenta y melosa para bailar agarrado, pero la épica subida de trompetas de después ya decía ‘aquí llega Julio’. Y, ea, a cantar”.
Mostaza reconoce que esta canción no está entre lo mejor de Iglesias, pero... “No es ni de lejos la mejor canción que tiene, de hecho es un compendio de dos que ya existían antes, pero es justo el saltarse las reglas de una versión correcta lo que hace que sea memorable. Fundir el clásico de los Gipsy Kings con Caballo viejo —la canción que popularizó pocos años antes Simón Díaz— y que parezca todo una sola canción es algo que solo puede conseguir Julio. Esa voz desganadamente seductora que tanto carisma destila logró hacernos creer que tales canciones no existían antes y menos por separado. Además, Julio, buen conocedor y mejor explotador de su perfil público, dio carnaza a quien la esperaba: frases como ‘un corazón amarrao cuando le sueltan la rienda, es caballo desbocao’ o ‘quererse no tiene horarios ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan’ parecen haber salido de su propio puño y letra, pero no, es otro trampantojo golosón de estos que se marca Julio. Otro de tantos, porque su vida la aprendió a vivir así, y eso es lo que hay”.
‘La carretera’ (1995)
A mediados de la década de los noventa a Julio Iglesias le salió un contrincante en casa, su hijo Enrique Iglesias, que publicó su primer disco en 1995. Desde entonces se ha establecido una competencia básicamente alimentada por los propios desencuentros entre padre e hijo. El escritor y especialista en música Luis Lapuente se fija en el álbum de Julio Iglesias de 1995, La carretera, para elegir una de sus canciones favoritas del cantante madrileño: “En 1994, Julio Iglesias interpretó en su álbum Crazy a Lucio Dalla y Sting y se marcó un medley de Tito Puente / Santana (Oye como va / Guajira). Pero un año después firmó el mejor de sus discos de la década de los noventa (La carretera) con uno de sus hombres de confianza, Rafael Ferro. En la pieza que dio título al elepé, Julio emula a Willie Nelson y a Roy Orbison, ambientado en un delicioso trotecillo a lo Everybody’s Talkin’ que te envuelve hasta hipnotizarte”.
‘La carretera 2′ (2003)
Divorcio, de 2003, es el último disco de Julio Iglesias con material original: luego ha editado trabajos con versiones, en directo, de dúos o regrabando temas antiguos. A pesar del título se trata de un álbum dedicado a su padre y a su madre. Iglesias había cumplido 60 años, ya no tenía ningún reto por conquistar y en algunas letras se aprecia un tono crepuscular. La periodista especializada en música Beatriz G. Aranda elige un tema de este disco, La carretera 2. Así lo justifica: “Estaba escuchando un programa de música ambient y tecno en la NTS Radio de Londres y de repente empezó a sonar el reconocible timbre de voz de Julio Iglesias. Lo reseñable es que el tema encajaba perfectamente con el resto de las canciones del programa, gracias a una producción atmosférica y evocadora. La carretera 2 pertenece al disco ambient de Julio Iglesias, álbum publicado en 2003 y que iba a producir Suso Saiz, pero que este rechazó a última hora porque estaba con otros proyectos. Al parecer, la negativa no sentó bien a Iglesias. Finalmente lo produjeron los experimentados Roberto Livi y Rudy Pérez. La carretera 2 es una canción total cuya lenta cadencia esconde la búsqueda incansable de cualquier amante que sabe que el amor es solo una fe solitaria más, una búsqueda incansable. ‘Otra vez la taquicardia, otra vez mi enfermedad’, canta, vinculando la pieza con la canción La carretera, que publicó en 1995″.