El violín mestizo de Malikian se siente cómodo en el ecléctico monasterio de Uclés
El músico libanés lleva su fusión de melodías a un espacio arquitectónico que combina elementos de distintas civilizaciones
El monasterio de Uclés, a medio camino entre Cuenca y Madrid, puede servir de resumen de las civilizaciones y corrientes estéticas que se han establecido en España. La estructura fue concebida como una fortaleza de los musulmanes para defender Al-Ándalus de los reinos cristianos en la Edad Media y pasó a ser la sede de la Orden de Santiago en la ...
El monasterio de Uclés, a medio camino entre Cuenca y Madrid, puede servir de resumen de las civilizaciones y corrientes estéticas que se han establecido en España. La estructura fue concebida como una fortaleza de los musulmanes para defender Al-Ándalus de los reinos cristianos en la Edad Media y pasó a ser la sede de la Orden de Santiago en la Reconquista. Ahora combina estilos platerescos, herreriano y churrigueresco y vestigios árabes, romanos y visigodos. “La lista de los arquitectos de Uclés parece una historia de la arquitectura española”, escribe George Kubler en Arquitectura de los siglos XVII y XVIII. Un conjunto ecléctico ideal para acoger el violín de Ara Malikian, que mezcla academicismo europeo con ritmos flamencos y orientales.
Malikian (Beirut, 55 años) dará continuidad este viernes a la primera edición del Festival Uclés Música. El músico, quien reside en España hace más de 20 años, ha incluido como próximo destino de su gira The Ara Malikian World Tour a la milenaria villa de Uclés, donde han dejado huella culturas como la celtíbera, romana, musulmana o cristiana. El hispano-libanés, autor de más de 40 discos, llevará composiciones que fluyen entre la música clásica y la oriental, pasando por el tango, el flamenco o el pop, hibridaciones características de él. “Tan pronto homenajea la música tradicional judía (Pisando flores) como le dedica Bourj Hammoud al barrio armenio en el que se crio”, escribió Fernando Neira (colaborador de EL PAÍS) sobre una de sus presentaciones en el Palacio Real en 2020.
La mestura de Malikian se da la mano con la heterogeneidad del conjunto arquitectónico que se conoce como Monasterio de Uclés. El director de la Fundación Fernando Núñez, ente que gestiona la puesta en valor del patrimonio de la estructura, David Pérez, argumenta que esta mezcla en el sitio se debe a que estaba en la frontera de Al-Ándalus. “A las afueras del monasterio había un poblado almorávide (movimiento religioso y político con una interpretación más rigurosa del islam) que ahora se está excavando”. Pérez asegura que los testigos del pasado musulmán en el conjunto arquitectónico de Uclés son un lienzo de muralla de 200 metros de longitud de la época de la fortaleza y una torre Albarrana.
El toque romano se puede evidenciar en algunas incisiones de las fachadas platerescas del monasterio, que llegaron desde Segóbriga, yacimiento romano cercano a Uclés. Mientras que lo visigodo se rastrea en una piedra ubicada en las caballerizas y que utiliza como ornamento, como un elemento expositivo. Así como la multiculturalidad impregna la arquitectura de Uclés, también lo hace en la música y la carrera de Malikian. El violinista vivió como un nómada gran parte de su vida. A los 14 años tuvo que abandonar Beirut por la guerra civil libanesa. Al año siguiente recibió una beca para estudiar música en Alemania, después vivió en Inglaterra y Francia para llegar finalmente a España a finales de 1998.
El largo periplo lo alejó cada vez más de su formación academicista y clásica, pero que tampoco ha desaparecido de sus sonidos de fusión. “Hoy día lo que hago es para el público, no es ni para los programadores ni para el manager, es para el público, que no pide la perfección ni quiere oír una obra tal y como se tocaba hace 300 años, quiere emocionarse”, dijo el músico en una entrevista con este medio en 2015. Su objetivo se pondrá a prueba en el patio barroco del monasterio. El espacio forma parte de la última fase de construcción —después de la etapa renacentista en el siglo XVI— del monasterio de Uclés, en la primera mitad del siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V.
En el patio, cuenta Pérez, se puede ver una evolución del estilo barroco, desde uno primerizo, más cercano al Renacimiento, “más simple”, hasta un barroco más ostentoso. En la parte superior se muestra el escudo real de un lado y el de la Orden de Santiago del otro. La Orden también está presente en el lugar con 36 arcos que corresponde al número de caballeros. Historia, mestizaje, eclecticismo, hibridación, mezcla en un concierto que recibirá 1.200 personas en un pueblo con 200 habitantes.