El nuevo maná del cine viene de los NFT
Figuras como Kevin Smith y Sylvester Stallone ya recurren al arte no fungible para recaudar dinero para sus próximos proyectos y el español Miguel Faus rodará en septiembre ‘Calladita’, el primer largometraje europeo que se financia por esta vía
Si se han secado algunas fuentes de financiación del cine, habrá que buscar otras. La premisa sirve para muchos negocios y diversas industrias culturales, pero es el cine el que se ha tomado muy en serio el arte no fungible, es decir, los NFT (siglas en inglés de non fungible token): esos objetos digitales que se elaboran a partir de unos códigos que los hacen únicos, todos con su certificado de propiedad y de autenticidad. Tras una primera oleada en l...
Si se han secado algunas fuentes de financiación del cine, habrá que buscar otras. La premisa sirve para muchos negocios y diversas industrias culturales, pero es el cine el que se ha tomado muy en serio el arte no fungible, es decir, los NFT (siglas en inglés de non fungible token): esos objetos digitales que se elaboran a partir de unos códigos que los hacen únicos, todos con su certificado de propiedad y de autenticidad. Tras una primera oleada en la que se producían archivos con contenidos derivados de películas como vía de marketing y de fidelización de espectadores, ahora los NFT aparecen como un maná que puede pagar íntegramente largometrajes. Junto a pesos pesados del audiovisual como Sylvester Stallone y Kevin Smith que ya han puesto en marcha iniciativas relacionadas con este arte, la estadounidense Julie Pacino ha financiado de esta manera su I Live Here Now y ella misma participa como asesora del que será el primer largo europeo pagado con la comercialización de NFT, Calladita, del español Miguel Faus, que en septiembre rodará con Emily Mortimer, Paula Grimaldo, Susana Abaitua y Antonio de la Torre en la Costa Brava.
“Hace poco más de un año, un amigo me enseñó qué eran los NFT y reconozco que necesité un tiempo para asimilarlo”, cuenta desde Los Ángeles la cineasta Julie Pacino (Queens, 32 años). Hija del mítico actor Al Pacino, la directora ya había dirigido numerosos cortos desde 2009 y sentía que le había llegado el momento de plantearse un largo. “Una vez que entendí lo beneficiosos que eran y las inmensas posibilidades que ofrecían para apoyar a los artistas, no dudé”, asegura. “Creo que va a abrir una nueva manera de conseguir dinero para presupuestos que logrará que no tengamos que seguir la senda tradicional de Hollywood. Es más, los NFT te conectan directamente con tu público y lo fideliza, le hace sentirse parte de tu película”.
En su caso, Pacino decidió realizar 100 fotografías en un hotel, el Madonna Inn de California. El proyecto se llamaba I Live Here Now y se centraba en una mujer que se encierra en un hotel para asumir su embarazo no deseado, en un guion que Pacino describe como “terror psicológico”. Ese centenar de NFT se vendieron en menos de 30 minutos y la cineasta comprendió las posibilidades. “Abrimos una comunidad de inversores, Keepers of the Inn, a los que se invitó a participar en el proceso creativo durante la realización de la película”, asegura. Finalmente, vendió 3.365 NFT, la película ya se ha rodado y está en proceso de posproducción.
El ruido generado en el mundo digital ha sido tan grande que el cineasta español Miguel Faus (Barcelona, 29 años), que vive en Londres, pensó que el camino de la neoyorquina podía ser también el suyo. Tras dos cortometrajes, The Death of Don Quixote (2018) y Calladita (2020), quería pasar al largo con el desarrollo de la trama de este último. “Es un proceso muy especial. Yo ya había luchado por financiar la película por los caminos tradicionales en España, y me encontré con muchas puertas cerradas”, explica por teléfono. “Convertido en productor por las circunstancias, entendí que por ese sistema no iba a ningún lado. En febrero de 2021 descubrí los NFT, me metí en ese mundillo y me enganchó”, resume. Para Faus, “la idea más revolucionaria es que te asegura la propiedad de lo digital a través de software de la criptocomunidad web3″. ¿Es micromecenazgo digital? “En cierta manera, sí”. Faus ha fragmentado el corto para hacer los NFT y además en su web hay otras obras no fungibles inspiradas en el filme.
Actualmente, el proyecto Calladita ha recaudado 600.000 euros. “Haremos la película en septiembre y para entonces esperamos haber llegado a un millón de euros. Hemos ido paso a paso. En marzo el primer día ya logramos 80.000 euros. Es un mundo pequeño y que depende de muchas variables, cierto, pero en nuestro caso nos está yendo muy bien”, explica el cineasta. Pacino dice de él: “Admiro su ética de trabajo, y su aproximación al mundo NFT es muy similar a mi labor con la comunidad Keepers of the Inn, es decir, ambos creemos que nuestros NFT servirían como prueba de nuestro concepto visual de las películas. Y sabemos que hay que centrarse en crear auténtico arte y en alimentar conexiones con más gente de este entorno”. Faus a su vez explica: “El mundo de los cineastas implicados en arte digital es tan pequeño, que rápidamente nos conocimos. Julie se ha implicado porque apoya la idea de cuantos más, mejor. Somos una comunidad en crecimiento”.
Calladita desarrolla, a través de una joven criada colombiana, un retrato de la alta burguesía catalana de la Costa Brava. “Cuando rodaba el corto, sentí que me estaba dejando demasiadas cosas fuera y empecé a tomar notas para el largo”, recuerda. La protagonista será la misma del corto, la actriz Paula Grimaldo, y se han desarrollado nuevos personajes que interpretarán la inglesa Emily Mortimer y los españoles Susana Abaitua y Antonio de la Torre. “Creo que al cine español le faltaba más ambición internacional, y ahora sí se nota ese interés”.
Pero los NFT no son solo una manera de pagar cine independiente o de que estudios de Hollywood como Fox Entertainment, Universal Pictures y Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) realicen promoción digital de lanzamientos como The Matrix Resurrections, Sin tiempo para morir o Cazafantasmas. A inicios de este año Steven Soderbergh se sumó a la plataforma sin ánimo de lucro Descentralizes Pictures (DCP), cofundada por American Zoetrope (la empresa de Francis Ford Coppola) y dirigida por su hijo Roman. Sylvester Stallone creó el pasado abril la plataforma PlanetSLY y allí ya puso a la venta 9.997 piezas, 25 de ellas autografiadas por él.
En el reciente mercado de Cannes anunciaron más acuerdos con asociaciones que han aumentado sus fondos para producir documentales. Participaron también diversas plataformas, lo que demuestra el advenimiento del NFT en el cine: si las criptomonedas están a la baja, el arte digital vive ahora su mejor momento, aseguraban desde empresas como Electromagnetic Productions o Goldfinch, cuyo responsable, Phil McKenzie, aseguraba en The Holllywood Reporter: “Aún estamos rascando solamente la superficie de su potencial”. En ese mismo marco, una de las mesas de financiación de la industria se dedicó a blockchain y NFT en el cine, y los ponentes coincidieron con una apreciación de Pacino. “Esa nueva forma de recaudar dinero va a abrir a las películas a talentos de minorías, porque impulsa la colaboración y la implicación de quien aporta capital, puede de verdad cambiar el paradigma”, insistía Hewie Rattray, de la empresa NFT Studios.
Al otro lado del Atlántico, en abril de 2021, Kevin Smith empezó a subastar su antología de cortos de terror Aquí estuvo Kilroy (a los que ha dedicado cinco años) a través de su página Jay and Silent Bob’s Crypto Studio. Los propietarios de sus 5.555 NFT lograron los derechos de acceso exclusivo a un paquete que contendrá las películas, comentarios, cómo se hizo y arte exclusivo. Y podrán hacer lo que quieran con ellos: desde remontarlos hasta convertirlos en objetos materiales. En realidad, ha convertido a sus 5.555 clientes en privilegiados, lo que lo aleja del espíritu que defiende Pacino.