‘La maniobra de la tortuga’: violencia de género para todos los públicos

El director de ‘Techo y comida’ repite junto a Natalia de Molina en esta adaptación de la novela negra del gaditano Benito Olmo

Natalia de Molina y Fred Tatien, en 'La maniobra de la tortuga'.

La maniobra de la tortuga es una película irregular, pero oportuna ahora que se acercan las elecciones andaluzas y la ultraderecha española aviva el fuego de su obsesiva cruzada contra el feminismo y la ley de violencia de género. Tras su celebrado debut con Techo y comida (2015), un filme sobre una mujer al borde del desahucio y del hambre, el jerezano Juan Miguel del Castillo se adentra en otra tragedia social a través de dos historias cruzadas sobre la violencia contra ...

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La maniobra de la tortuga es una película irregular, pero oportuna ahora que se acercan las elecciones andaluzas y la ultraderecha española aviva el fuego de su obsesiva cruzada contra el feminismo y la ley de violencia de género. Tras su celebrado debut con Techo y comida (2015), un filme sobre una mujer al borde del desahucio y del hambre, el jerezano Juan Miguel del Castillo se adentra en otra tragedia social a través de dos historias cruzadas sobre la violencia contra las mujeres. Una película que crece según avanza, que podría haber mezclado mejor ambas historias y en la que Natalia de Molina, que repite con Del Castillo después del Goya a la mejor actriz por aquella ópera prima, vuelve a demostrar su enorme talento como actriz.

Adaptación de la novela negra homónima de Benito Olmo, La maniobra de la tortuga está ambientada en Cádiz. De allí es el escritor y allí transcurre una trama en la que aflora un sórdido lumpen que contrasta con la luminosidad de la ciudad. Por un lado, está el policía desnortado después del asesinato de su hija; por el otro, una enfermera acosada por su expareja. Ambos personajes, vecinos, circulan en paralelo en un combinado de thriller de acción bastante predecible (planos de drones, señoritos y bajos fondos, adolescentes asesinadas…), que por momentos amenaza con caer en la factura de algoritmo. Vencida esa tentación en el relato policial, el filme se adentra en el terreno del terror psicológico en la historia de la mujer maltratada.

A La maniobra de la tortuga le cuesta arrancar, pesa el exceso de subrayados en el personaje que interpreta el actor Fred Tatien, quien otorga a su papel envergadura física y un porte masculino clásico que compensa los desequilibrios de su personaje. Sobran tantas explicaciones sobre su estado familiar, no hacen falta para presentarlo como un lobo solitario. Pese a eso, la película se mantiene a flote y su veracidad funciona gracias a un telón de fondo logrado (la familia inmigrante de la víctima colombiana, los bares, la comisaría y el ambiente nocturno y portuario), que se redobla cuando se desvía hacia el trauma psicológico desde la mente y la mirada del personaje de De Molina. Las inimaginables consecuencias de vivir amenazada afloran a través de audaces abstracciones de sonido, como el ruido de la autopista como fuente de terror. Frente al personaje del policía, de cuya vida escuchamos demasiado, la mujer maltratada está enmudecida en su jaula de pánico. Es incapaz de vivir más allá del miedo. Y ese mensaje, encerrado en un thriller para un público amplio, resulta nítido y certero.

LA MANIOBRA DE LA TORTUGA

Dirección: Juan Miguel del Castillo. 

Intérpretes: Natalia de Molina, Fred Tatien, Mona Martínez, Ignacio Mateos. 

Género: thriller. España, 2022. 

Duración: 103 minutos. 

Estreno: 13 de mayo.

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