Kat Leyh, autora de cómic: “Mis sirenas no tienen un interés específico en los hombres”
La dibujante estadounidense, invitada en el reciente Salón del Cómic de Barcelona, reinterpreta arquetipos y aborda temas LGBT en sus historietas
Kat Leyh (Iowa 33 años) ha pasado por el Salón del Cómic de Barcelona con dos álbumes bajo el brazo que reinterpretan arquetipos míticos como son las sirenas y las brujas. En Sirenas borrachas (Norma, 2022), presenta a tres simpáticas y gamberras ondinas feministas que, tras descubrir la bebida en un pecio, cambian sus colas de pez por piernas pa...
Kat Leyh (Iowa 33 años) ha pasado por el Salón del Cómic de Barcelona con dos álbumes bajo el brazo que reinterpretan arquetipos míticos como son las sirenas y las brujas. En Sirenas borrachas (Norma, 2022), presenta a tres simpáticas y gamberras ondinas feministas que, tras descubrir la bebida en un pecio, cambian sus colas de pez por piernas para ir de copas, mientras que en la entrañable Snapdragon (Norma, colección Astronave, 2021), una niña se hace amiga de una anciana virago tuerta con fama de bruja para descubrir que había sido la novia de su abuela. Leyh, que aborda problemáticas LGBTI en sus historias, se incorporó también al equipo de mujeres creadoras de la popular serie juvenil Lumberjanes (Leñadoras, Sapristi) sobre un grupo de chicas de un campamento de verano que se enfrentan con monstruos y criaturas legendarias. La dibujante se presenta en la entrevista con un jet lag peor que la resaca de sus sirenas. A diferencia de ellas, tan empáticas, se muestra fría y distante, como, paradójicamente, una sirena clásica, de las que pintaban Woodehouse, Burne-Jones o Draper, aunque lleva el pelo muy corto, riñonera y botas militares rojas.
Pregunta. Pearl y Tooth, con sus tallas grandes y su campechanía, y Eez (en puridad una bruja marina), con su aspecto andrógino, no son lo que se dice sirenas típicas.
Respuesta. Me gustaba la idea de tomar algo que todo el mundo conoce y darle una vuelta de tuerca, construir otro discurso.
P. Es difícil imaginar a la lánguida sirenita de Andersen en compañía de sus coloridos, vitales, alborotados y empoderados personajes que juran “por las tetas de Neptuno”, buscan trabajo o descubren la pizza. ¿Es consciente de que ha dinamitado el arquetipo romántico?
R. Sí, pero le tengo mucho cariño a la sirenita.
P. ¿Se emborrachan las sirenas?
R. ¿Por qué no?, son en parte humanas, así es que al menos esa parte se emborrachará…
P. En el cómic, conocen a unas mujeres que hacen de sirenas de mentirijillas disfrazándose en esas academias acuáticas que se han puesto tan de moda. ¿Ha probado la experiencia?
R. No, qué va, tengo alguna amiga divertida que sí, pero yo no, no me imagino. Aunque me gusta mucho el mar y espero que se note en los dibujos.
P. Hay mucha amistad en sus sirenas, pero no sexo.
R. No tiene por qué haber siempre un componente sexual en las historias. Eso no significa que sean asexuadas. Mis sirenas no tienen un interés específico en los hombres.
P. ¿Qué opina de la situación de los derechos en su país, con la amenaza al aborto?
R. Hay un retroceso, es terrible, se hacen dos pasos para atrás cada vez que se da uno hacia delante en los derechos de las minorías.
P. ¿Ha tenido problemas por sus historias?
R. Nunca, soy consciente de que hay gente que me rechaza, pero por suerte no me la he encontrado, aún.
P. Su Snapdragon es una historia preciosa, con esa lista jovencita con nombre de flor (boca de dragón, dragonaria o conejitos, Antirrhinum majus) y una idea muy clara de la justicia que recuerda a la protagonista de Matar a un ruiseñor…
R. Scout, sí.
P. ¿Era usted una niña así?
R. Sí, muy similar. Me gustaba ir libre por el bosque.
P. También tiene algo su personaje, con esas coletas y su autonomía, de Pipi Calzaslargas, no sé si la conocen en EE UU.
R. Pippi Langstrump, por supuesto. Es muy popular y traducida. Aunque yo al principio pensaba que era rusa.
P. ¿Su momento favorito de Snapdragon?
R. Cuando las dos mujeres, Jacks y Jessamine, se conocen en la carrera de motocross en la que la primera compite como un hombre.
P. Sus cómics abordan temas como la diversidad, la inclusión y el género no binario, tiene incluso un superhéroe queer en el webcomic Supercakes.
R. La gente no binaria necesita sentirse representada con personajes no binarios. Por otro lado, los cómics siempre son políticos, aunque los lectores blancos heteros no quieran entender muchas cosas como que el Capitán América nació para luchar contra el totalitarismo nazi y Superman es un inmigrante ilegal.
P. Sus influencias, ¿Angela Carter?
R. Terry Pratchett, la forma en que escribe de magia.
P. Se ha avanzado mucho en los personajes femeninos, ¿estamos en el buen camino?
R. Así lo espero. Siempre ha habido chicas que leían historietas de chicos escritas por chicos, pretendemos que ahora pase al revés y que no sólo las chicas sino los chicos lean historias de chicas hechas por chicas.
P. ¿Qué diferencia hay entre escribir para adultos y jóvenes?
R. No hay que infantilizar. Todo es igual, excepto la desnudez, el lenguaje soez y el alcohol.
P. ¿Tras sirenas y brujas, qué?
R. Hombres lobo quizá, son mis seres favoritos.