La fotógrafa Isabel Muñoz, elegida académica de las Bellas Artes
Barcelonesa de 71 años, premio Nacional, en su obra destaca el retrato del movimiento del cuerpo y la plasmación de sus imágenes en el laborioso procedimiento de la platinotipia
La fotógrafa Isabel Muñoz (Barcelona, 71 años) ha sido elegida este lunes miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Rabasf) en la sección de Nuevas Artes de la Imagen. Ha sido en la primera votación, por mayoría absoluta, con 25 votos a favor y solo una abstención, según fuentes de la institución. Esta elección supone un reconocimiento más para esta artista del arte de la imagen, premio Nacional, en 2016, y con dos World Press Photo (1999 y 2004) en su trayectoria. La candidatura de Muñoz fue propuesta p...
La fotógrafa Isabel Muñoz (Barcelona, 71 años) ha sido elegida este lunes miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Rabasf) en la sección de Nuevas Artes de la Imagen. Ha sido en la primera votación, por mayoría absoluta, con 25 votos a favor y solo una abstención, según fuentes de la institución. Esta elección supone un reconocimiento más para esta artista del arte de la imagen, premio Nacional, en 2016, y con dos World Press Photo (1999 y 2004) en su trayectoria. La candidatura de Muñoz fue propuesta por tres académicos: el escultor Juan Bordes Caballero, José María Luzón, exdirector del Museo Arqueológico y del Museo del Prado, y el historiador de la fotografía Publio López Mondéjar, ha informado la Rabasf en un comunicado.
En la obra de Muñoz destaca el retrato del cuerpo y su movimiento, así como la plasmación de sus imágenes en el laborioso procedimiento de la platinotipia, nacido con la fotografía, con el que se logra una estética especial, con gran calidad tonal y un volumen que se acerca al de la escultura. “Para mí, es importante este nombramiento para poder devolver a la fotografía algo de lo mucho que me ha dado”, ha dicho Muñoz por teléfono a este periódico poco después de conocer la noticia. “Quiero colaborar en potenciar la fotografía en esta institución”. Muy contenta, ha manifestado que ahora lo que quiere “es colaborar desde la Academia para intentar ayudar a otros fotógrafos y a la sociedad”.
Muñoz se une así a una institución nacida en 1752 y compuesta por 56 académicos, pertenecientes a los ámbitos de la arquitectura, pintura, escultura, música, cine, arte gráfico, fotografía, diseño e historia y teoría del arte. Sobre su futuro discurso de ingreso, para el que tiene dos años de plazo y así ser académica de número, ha subrayado que va “a intentar que sea lo más visual posible”, aunque aún tiene que determinar sobre qué materia tratará. Muñoz ha añadido que el nombramiento llega en un momento en que trabaja en varios proyectos, “uno sobre los orígenes de la humanidad, además continúo con mi labor sobre la contaminación de los océanos por los plásticos”.
Con una obra que se ha mostrado en instituciones de todo el mundo, en los próximos meses tiene previstas exposiciones en Turquía, Bruselas y Kioto (Japón), donde va a mostrar un nuevo trabajo original: “Fotos impresas sobre corales y conchas marinas”, ha indicado.
Muñoz, que tuvo su primera cámara a los 12 años, una Instamatic, estudió fotografía en la destacada escuela Photocentro, en Madrid, en 1979, ciudad a la que se había trasladado en 1970. En ese centro aprendió de dos fotógrafos fundamentales en su formación, Ramón Mourelle y Eduardo Momeñe. Tras trabajar en prensa, publicidad y cine, se marchó a Nueva York a ampliar sus estudios de fotografía en la Visual Studies de Rochester, para conocer procesos como la platinotipia. A su regreso, inaugura su primera exposición en Madrid, en 1986.
Aficionada a la danza, disciplina en la que hizo sus pinitos, viajó por varios países para retratar bailes rituales en Cuba, Burkina Faso, Malí, Egipto, Turquía o Camboya, lugar donde además cambió de registro para retratar a los mutilados por las minas antipersona.
Posteriormente, realiza trabajos sobre el tango, el flamenco o las artes marciales... Esa búsqueda del lenguaje corporal le lleva a distintos destinos: en Etiopía y Bolivia retrata tribus, y en El Salvador lo hace con las maras. En 2006, el Centro Cultural de la Villa, en Madrid, le dedica una retrospectiva con 200 imágenes.
Entre sus colaboraciones en prensa destaca el trabajo que hizo para El País Semanal y Unicef en el proyecto Nuestro pequeño mundo, para retratar a niños con motivo del 20º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño. En 2010 llega una de sus grandes exposiciones, en la sala Canal de Isabel II, en Madrid, dentro de PHotoEspaña.
Artista siempre en busca de nuevos retos para fotografiar, Muñoz se fijó en los simios y primates en la República Democrática del Congo y Borneo, un trabajo que expuso en 2015 en la galería Blanca Berlín de Madrid. De sus viajes a Congo asimismo queda su visión sobre la situación de las niñas en el este del país. Otro de sus intereses ha sido tradicionalmente el de las comunidades con distinta orientación sexual, en especial transexuales de Brasil. En 2016 es distinguida con el Premio Nacional de Fotografía. El jurado lo justificó por “combinar el compromiso social con la búsqueda de la belleza, ahondando en temas como el cuerpo, el rito o la diversidad cultural”.
En sus últimos proyectos ha experimentado la fotografía bajo el agua para alertar de la acumulación de plásticos en las aguas oceánicas y el futuro del planeta. Parte de esas imágenes las mostró en una retrospectiva en el espacio Tabacalera, en Madrid, en 2018. El año pasado recibió el Premio PhotoEspaña a su trayectoria, “en la que ha puesto la mirada en las personas y el planeta, denunciando las dificultades, pero siempre con una mirada optimista”, señaló el festival de fotografía.