Descubierta en Italia la tumba de un recién nacido más antigua de Europa
El hallazgo revela que la sociedad del Mesolítico honraba a los niños
Hace unos 10.000 años, justo después de la última glaciación, en una sociedad de cazadores recolectores, un grupo de hombres enterró a una bebé de poco más de un mes de vida en una cueva y la rodeó de diferentes ornamentos para honrarla. El equipo de arqueólogos internacionales que descubrió recientemente la sepultura ha revelado ahora que se trata de la más antigua conocida de un recién nacido en Europa. Está en las montañas de ...
Hace unos 10.000 años, justo después de la última glaciación, en una sociedad de cazadores recolectores, un grupo de hombres enterró a una bebé de poco más de un mes de vida en una cueva y la rodeó de diferentes ornamentos para honrarla. El equipo de arqueólogos internacionales que descubrió recientemente la sepultura ha revelado ahora que se trata de la más antigua conocida de un recién nacido en Europa. Está en las montañas de Liguria, en el noroeste de Italia. El hallazgo, por el momento, ha permitido descubrir aspectos clave de la vida de las poblaciones prehistóricas y sus estructuras sociales, como el hecho de que ya rendían honores a los niños.
El sumo cuidado que pusieron aquellos humanos prehistóricos en la disposición de los detalles que componen la tumba infantil, como una garra de búho real, decenas de conchas y varios colgantes hechos con fragmentos de animales, revelan, según los investigadores, que este pueblo primitivo del Mesolítico (transición entre el Paleolítico y el Neolítico) valoraba socialmente a la niña, que prácticamente acababa de nacer, como un individuo más de la comunidad, con las mismas consideraciones que los adultos.
Además, muchos de estos adornos estaban desgastados, por lo que los arqueólogos han deducido que eran “heredados”, es decir, regalos de miembros del grupo para la bebé fallecida. “Este descubrimiento testimonia cómo todos los miembros de la comunidad, también las pequeñas recién nacidas, eran reconocidos como personas a título pleno y disfrutaban, en apariencia, de un trato igualitario”, señaló uno de los coordinadores del estudio, Stefano Benazzi, profesor del Departamento de Bienes Culturales de la Universidad de Bolonia. Y añadió: “El hallazgo permite indagar sobre un excepcional rito funerario de la primera fase del Mesolítico. Entender cómo nuestros antepasados trataban a sus muertos tiene un enorme significado cultural y nos permite averiguar tanto aspectos de su comportamiento, como de su ideología”.
Los investigadores, procedentes de Italia, Alemania, Estados Unidos y Canadá, y que han publicado las primeras conclusiones del estudio en la revista Nature Scientific Reports, destacan la enorme importancia cultural de seguir la evolución y el desarrollo de cómo los primeros humanos enterraban a sus muertos.
Al inicio de las excavaciones, que comenzaron en 2018, los investigadores hallaron en la boca de la cueva de Arma Veirana, en la provincia de Savona, herramientas con más de 50.000 años de antigüedad, normalmente asociadas con los neandertales en Europa y también restos de comidas antiguas, como huesos de jabalíes, trozos de grasa carbonizada o alces señalados con cortes. Dentro de la cueva encontraron conchas perforadas y restos del enterramiento de un bebé, algo que les resultó excepcionalmente raro y esencial para explorar cómo eran las prácticas funerarias que practicaban los humanos de finales del Paleolítico y comienzos del Mesolítico. Este es el último período en Europa en el que la caza y la recolección eran el principal modo para ganarse la vida, por lo que es un lapso de tiempo fundamental para comprender la prehistoria humana, como aseguran los científicos en su informe. Además, no se conocen muchas sepulturas de esta etapa.
Las pruebas de proteínas, ADN y de datación por radiocarbono que se han realizado a los restos y el análisis de los dientes determinaron que la bebé, al que los científicos han apodado ‘Neve’, era una niña que murió entre 40 y 50 días después de su nacimiento y que durante su gestación experimentó algún tipo de estrés que detuvo brevemente el crecimiento de sus dientes.