Lance Tooks, el dibujante todoterreno que trabajó en Marvel y es la voz en inglés del Prado y el Thyssen
El ilustrador vive en Madrid desde hace dos décadas, pero sigue publicando en EE UU y diseñando animaciones para películas, vídeos musicales y anuncios de televisión
A Lance Tooks (Nueva York, 59 años) le gustan los bares porque dice son el lugar idóneo para trabajar. Si además se escucha jazz, la combinación es perfecta. La música es una de sus “musas” y la improvisación es parte de su estilo cuando dibuja, le gusta arrastrar el lápiz al compás de las emociones de un disco y tiene una serie de ilustraciones que hizo bajo la inspiración de los sonidos de Prince, además de numerosos retratos de músicos como ...
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A Lance Tooks (Nueva York, 59 años) le gustan los bares porque dice son el lugar idóneo para trabajar. Si además se escucha jazz, la combinación es perfecta. La música es una de sus “musas” y la improvisación es parte de su estilo cuando dibuja, le gusta arrastrar el lápiz al compás de las emociones de un disco y tiene una serie de ilustraciones que hizo bajo la inspiración de los sonidos de Prince, además de numerosos retratos de músicos como Billie Holiday, Thelonious Monk, Sara Vaughan, Miles Davis o Charles Mingus.
Pero Tooks no es un dibujante cualquiera. Es un artista todoterreno que estuvo en la plantilla de Marvel Cómics entre 1979 y 1983, cuando despegaron para el gran público personajes como X-Men o Daredevil. También ha realizado animaciones para más de un centenar de vídeos musicales o películas, entre ellos el Who’s That Girl de Madonna; y ha colaborado con sus ilustraciones en numerosos proyectos sociales a favor de la comunidad afroamericana y en contra de los abusos policiales. En 2006 ganó el premio Glyph al mejor escritor de cómics negro. Vive en Madrid desde hace casi 20 años, donde ha encontrado su lugar en el mundo y donde desarrolla otra actividad peculiar: es la voz en inglés de las guías de varios museos como el Prado, el Thyssen, el Mapfre o el del Athletic de Bilbao.
Siempre lleva encima un cuaderno de dibujo, tiene miles, y su archivo lo ha donado a la Universidad de Columbia en Nueva York. En la actualidad prepara la animación para un documental dirigido por la productora, escritora y activista LGTBIQ estadounidense Lola Rocknrolla, sobre la vida y extraña muerte de Dean Johnson, icono queer (persona que rechaza ser clasificada por sus prácticas sexuales o su sexo biológico) del East Village a finales del siglo XX. El título del filme es The Big Johnson y refleja un Nueva York que él conoce muy bien.
Lance creció en un hogar donde se valoraba la cultura. Su padre, fanático del rock ‘n’ roll y admirador de músicos como Chuck Berry, inculcó a sus hijos la pasión por la música, el teatro, la pintura o la literatura con una máxima: todos los artistas pueden contar la misma historia, pero la diferencia está en el punto de vista. Su infancia transcurrió entre los barrios de Brooklyn, Bronx y Queens en plena efervescencia de las reivindicaciones del Black Power, un movimiento presente también en la atmósfera de su casa.
En la biblioteca familiar un libro para aprender español con el título See It and Say It in Spanish fascinó al pequeño Lance, así que, con nueve años, se apuntó a clases de español en su escuela. Su profesor “Mr. Nuevo”, de aspecto similar a Béla Lugosi interpretando a Drácula, les enseñó canciones como Cuando calienta el sol de los Hermanos Rigual, que aún tararea de memoria. Según cuenta Tooks, aquel profesor era un personaje enigmático, propio de una película de Luis Buñuel, uno de sus iconos cinematográficos junto con Orson Welles. Gracias a él comenzó su fascinación por España.
Durante su etapa en Queens, donde estudió en la escuela de arte, era habitual que se cruzara con vecinos como Dizzy Gillispie, Marcus Miller o el mismísimo Louis Armstrong. También vivió de cerca la eclosión de la escena hip hop o los primeros punks que se acercaban al mítico bar CBGB, donde años después —ya convertido en galería de arte— él expondría alguno de sus trabajos.
Con 16 años Lance comenzó a trabajar en las oficinas de Marvel en Manhattan. Primero haciendo pequeños recados y poco a poco incorporándose como asistente de edición. Compartió ambiente de trabajo y camaradería con dibujantes totémicos como John Romita, Frank Miller, John Byrne, Jim Starlin o Marie Severin, algunas de las grandes referencias de la llamada edad de bronce de Marvel. Aquello fue una auténtica universidad del cómic para él, y allí aprendió dos lemas que le han acompañado todo su vida: dibujar cada día y descartar material para aligerar la historia, “menos es más”.
Tras su etapa en Marvel trabajó por encargo como ilustrador, y sus trabajos aparecieron en más de cien anuncios para televisión, películas y vídeos musicales. Además, durante las décadas de 1980 y 1990, Tooks dibujó para denunciar la brutalidad policial con creaciones y autoediciones underground. En 1997 publicó The Black Panthers for Beginners, con texto del escritor y activista Herb Boyd. Un libro que ha recobrado importancia al hilo del movimiento Black Lives Matter.
Su vida se desvió hacia España a finales de la década de 1990, cuando conoció a su mujer, una malagueña y “madrileña por los cuatro costados”. El noviazgo comenzó con un intercambio de visitas regulares, pero decidió trasladarse a vivir a Madrid tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Después de aquello, asegura, Nueva York desapareció tal y como él la había conocido.
Su flechazo con Madrid fue inmediato, para él cada bar puede ser un estudio donde trabajar y es un habitual de algunos garitos con solera de Huertas, Malasaña y Lavapiés. Esa forma de vida le permite combinar el lápiz con otra de sus grandes aficiones: el whisky, y sobre este licor ahora prepara un cómic en varias entregas para una conocida marca.
Tooks es admirador de referencias históricas del dibujo en nuestro país como Vicente Alcázar o Ramón Torrents, que en los años sesenta y setenta publicaron trabajos en Estados Unidos y de los que aprecia el uso que hacen del blanco y negro, su combinación favorita.
En 2002 publicó con Random House Narcissa, la historia de una directora de cine independiente afroamericana que llega a España escapando del estrés, un reflejo de sus propias inquietudes al abandonar Nueva York. Ya instalado en Madrid colaboró en un cómic benéfico sobre el huracán Katrina que asoló Nueva Orleans; la colección de libros Graphic Classics, adaptando las obras de Edgar Allan Poe, Mark Twain, Robert Louis Stevenson y Ambrose Bierce; y una serie de cuatro volúmenes titulada Lucifer’s Garden of Verses para la editorial NBM que incluye un volumen titulado Entre el diablo y Miles Davis.
Aunque tiene varios trabajos en español, la mayoría de su obra se publica en Estados Unidos. Lance Tooks muestra cierto optimismo existencial que plasma en sus ilustraciones, con predilección por el retrato femenino, la danza y la música. Es un tipo sociable, de gesto cálido y amplia sonrisa, que organiza exposiciones en pequeños locales y coordina reuniones de escritores angloparlantes en Madrid. Si puede ser, con un lápiz en una mano y un buen whisky en la otra.