‘Lucas’, buen relato del extravío adolescente

El director Álex Montoya y su coguionista Sergio Barrejón componen un dibujo de la pederastia y de la pedofilia que nunca es arquetípico

Jorge Cabrera, en 'Lucas'. En el vídeo, el tráiler.

Cuando Álex Montoya estrenó en 2012 el corto Lucas, ya tenía la idea de convertirlo en largometraje si llegaba la ansiada financiación. La pieza, de media hora de duración, ganó premios en algunos de los mejores festivales nacionales —Alcalá de Henares, Medina del Campo, Málaga…— y una nominación a los Goya, y contenía los suficientes atractivos como para alcanzar su objetivo: unos personajes de enorme complejidad en su gama de grises, un tema de plena actualidad con diabólicos matices morales, y un rel...

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Cuando Álex Montoya estrenó en 2012 el corto Lucas, ya tenía la idea de convertirlo en largometraje si llegaba la ansiada financiación. La pieza, de media hora de duración, ganó premios en algunos de los mejores festivales nacionales —Alcalá de Henares, Medina del Campo, Málaga…— y una nominación a los Goya, y contenía los suficientes atractivos como para alcanzar su objetivo: unos personajes de enorme complejidad en su gama de grises, un tema de plena actualidad con diabólicos matices morales, y un relato relativamente abierto para el desarrollo. Nueve años después, Montoya, maratoniano del audiovisual, trabajador a destajo, inventor de historias nunca fáciles, con buenos cortos desde el año 2002 y, por fin, con un notable debut en el largo, Asamblea (2019), ha logrado estrenar Lucas como película, y no solo con una nueva extensión sino también con roles y matices añadidos, e incluso cambiando algunas de sus características principales.

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En la base, eso sí, la historia de un chaval de 15 años inteligente y despierto, guapo y perdido, desesperado y sensible, solitario y con una pequeña discapacidad —es cojo—, que acepta una propuesta de un lobo con piel de cordero: hacerse unas fotos en casa de un hombre adulto, la primera persona que lo trata con la suficiente naturalidad y calma. Como en el corto original, la mezcla de impetuosidad y de ingenuidad del chaval convierte sus decisiones en una bomba: “Estoy harto de ser el cojito que da pena”.

Montoya, en el guion junto a Sergio Barrejón, otro veterano del corto y de la escritura diaria de pequeñas historias para el audiovisual, compone un dibujo de la pederastia y de la pedofilia que nunca es arquetípico, dominado por el pudor y por las elipsis, por la sutileza y por la huida del morbo, y a pesar de ello, por una honestidad brutal. La eficaz puesta en escena, sobre todo cuando se convierte en su último tercio en un thriller sui géneris, salva en un par de momentos la evidente falta de presupuesto, pero lo que siempre destaca, junto a la buena fotografía de Jon D. Domínguez, es el retrato del extravío adolescente, del lado oscuro de la aparente normalidad y, como novedad, del tono claro de la asfixiante anormalidad. Lucas ha arrasado en la sección Zonazine del festival de Málaga con los premios a la mejor película, al mejor actor, para el joven Jorge Motos, y el del público.

Lucas

Dirección: Álex Montoya.

Intérpretes: Jorge Motos, Jorge Cabrera, Jordi Aguilar, Irene Anula.

Género: drama. España, 2021.

Duración: 92 minutos.

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