ICOMOS pide proteger el paisaje del Duero que inspiró a Machado
El organismo asesor de la Unesco reclama que la zona sea declarada Bien de Interés Cultural para evitar la construcción de 1.363 viviendas
El Ayuntamiento de Soria, en cumplimiento del plan general de 2006, está obligado a tramitar este mismo año una modificación puntual que afecta a más de medio millón de metros cuadrados en la margen derecha del río Duero; el lugar que, según la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se considera “la ribera sacra de la poesía española”. Sobre ese paisaje que cantaron poetas y escritores, el Consistorio tiene que autorizar 1.363 viviendas y chalés de lujo o,...
El Ayuntamiento de Soria, en cumplimiento del plan general de 2006, está obligado a tramitar este mismo año una modificación puntual que afecta a más de medio millón de metros cuadrados en la margen derecha del río Duero; el lugar que, según la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se considera “la ribera sacra de la poesía española”. Sobre ese paisaje que cantaron poetas y escritores, el Consistorio tiene que autorizar 1.363 viviendas y chalés de lujo o, en caso contrario, indemnizar a los promotores con más de 50 millones de euros (casi el presupuesto municipal).
Las protestas ciudadanas y académicas contra este desarrollo urbanístico han llevado a ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), organismo asesor de la Unesco, a emitir un informe, publicado el sábado en el periódico El Mirón de Soria, en el que reclama que no se urbanice la zona y que se la proteja con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), la máxima cobertura legal que se puede dar a un monumento, yacimiento o paisaje. “En nuestra opinión es inadecuada la clasificación como urbanizables de estos terrenos al no haberse tenido en cuenta, de manera precisa, los impactos ambientales y sobre el patrimonio heredado que esta clasificación comporta, no atendiendo a la normativa nacional e internacional que debe contemplarse”, se lee en el informe.
Más de 200 intelectuales firmaron un escrito el año pasado reclamando que el cerro de los Moros, a orillas del Duero, no fuera urbanizado, ya que es parte del paisaje histórico de Soria y fue cantado por los poetas como Antonio Machado, Gerardo Diego o Adolfo Bécquer. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se unió a la iniciativa por razones “de orden arqueológico, histórico y literario”.
Incluso la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León informó de que la modificación planteada “afectaba al yacimiento arqueológico del castillo y al del casco urbano y que podía, además, existir afección visual”. Lo que significa que las casas iban a tapar el perfil histórico de Soria, de su fortaleza y del arrabal musulmán que oculta el otero, lo que desató las protestas de numerosas asociaciones como Soria Patrimonio.
La clasificación de los terrenos del cerro de los Moros como suelo urbanizable residencial se produjo hace 15 años, bajo el Gobierno del PP, pero nunca se desarrolló. Cuando el Ayuntamiento pasó a manos del PSOE en 2007, tampoco hizo nada, con lo que los derechos de los propietarios se consolidaron.
En total la superficie recalificada es de 50 hectáreas, “en un lugar de gran trascendencia paisajística y cultural, al situarse en la margen derecha del río Duero, en una zona inmediata a espacios y monumentos tan significados como los templos de San Juan de Duero, San Polo, San Saturio o el Castillo. El efecto del desarrollo urbanístico previsto llega hasta la propia cota más elevada del cerro de los Moros, y se contempla un viario estructurante, produciendo un impacto sustancial en este paisaje histórico”, señala ICOMOS.
Y concluye: “Esta ampliación urbana de 2006 no se ajusta a los valores de un lugar tan sensible de la ciudad de Soria y que está, asimismo, incluido entre los protegidos a nivel europeo, formando parte de la Red Natura 2000″. Por ello, el organismo asesor de la Unesco, recomienda que se ajusten y limiten los desarrollos hasta la calle de Marcelino Camacho, adyacente al actual casco urbano, y que se valore declarar el cerro “como sitio histórico BIC”.
De hecho, ICOMOS rechaza también la modificación que plantea el Ayuntamiento ―dar más altura en otras zonas del área recalificada para alejar las edificaciones del río― al considerar que “no atiende al gran valor paisajístico del lugar” e incumple “los preceptos contenidos en el Convenio Europeo del Paisaje suscrito por España”. “Como tampoco”, escriben los redactores del informe, “se pueden desconocer los derechos adquiridos [de los propietarios]”, proponen que se les dé más edificabilidad en altura en otras partes de la ciudad no afectadas por sus valores históricos o bien “plantear una revisión del plan general”, que traslade los espacios libres de los desarrollos urbanísticos de otros lugares de la ciudad ―unas 370 hectáreas disponibles― al cerro de los Moros. Es decir, que las zonas verdes previstas en la ciudad se agrupen en el histórico otero.
Una historia ya vivida
El informe también destaca una información de EL PAÍS del 29 de enero de este año, donde se explicaba que la Real Academia pidió ayuda a la UNESCO y al Ministerio de Cultura para proteger la “ribera sacra de la poesía española”. “El artículo describe la recalificación de los terrenos que se realiza a través del Plan General de 2006, tras un convenio suscrito en 2003, y el desacuerdo político que existió entonces, que motivó incluso un expediente de nulidad para detener en 2007 este desarrollo urbano”.