El padre de Assange: “No hay cura para las secuelas de 10 años de tortura psicológica”

El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona se estrena el 1 de diciembre, ‘online’, con la película ‘La guerra al periodismo: el caso de Julian Assange’

Una imagen del documental 'The War on Journalism: The case of Julian Assange'.

John Shipton es clavado a su hijo, Julian Assange. Habla con seriedad, con frialdad y con la entereza de quien lleva años recorriendo el mundo en defensa de los derechos de su hijo. Este miércoles ha presentado en rueda de prensa virtual, el documental The War on Journalism: The case of Julian Assange (La guerra al Periodismo: el caso de Julian Assange), dirigido por Juan Luis Passarelli, junto con el propio director, el relator de las Naciones Unidas sobre la tortura Neils Melzer y Toni Navarro, director del Festiv...

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John Shipton es clavado a su hijo, Julian Assange. Habla con seriedad, con frialdad y con la entereza de quien lleva años recorriendo el mundo en defensa de los derechos de su hijo. Este miércoles ha presentado en rueda de prensa virtual, el documental The War on Journalism: The case of Julian Assange (La guerra al Periodismo: el caso de Julian Assange), dirigido por Juan Luis Passarelli, junto con el propio director, el relator de las Naciones Unidas sobre la tortura Neils Melzer y Toni Navarro, director del Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona, que celebrará su 17ª edición, online, entre el 1 de diciembre y el 5 de marzo y se estrenará con esta película, que, a partir del caso del creador de WikiLeaks —que sabrá el 4 de enero si es extraditado a Estados Unidos—, lanza una dura y documentada crítica a la situación del periodismo de investigación. “Julian es resiliente”, responde su padre. “Pero no hay cura para las secuelas de 10 años de tortura psicológica”.

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La película, 38 minutos intensísimos cargados de imágenes sobrecogedoras, testimonios incómodos, declaraciones sorprendentes y una documentación exhaustiva también sobre las guerras de Afganistán y de Irak o los presos de Guantánamo, pone el foco en el peligro que corren el periodismo y la democracia en función de la sentencia sobre Assange. “No solo se trata de él, sino del periodismo, principal fuente de información de la ciudadanía”, ha declarado Melzer. “Es una guerra contra los ciudadanos, están intentando criminalizar la verdad. Para ello han demonizado a Assange”. Melzer critica que se culpabilice a WikiLeaks por publicar, desde 2010, noticias verdaderas pero terriblemente incómodas para el poder.

El propio Melzer reconoce sin tapujos que su intención no era la de atender el caso. “Yo había sido engañado por esas narrativas falsas que hablan de un Julian Assange violador, narcisista, hacker peligroso… No quería que un tipo así me manipulara”, confiesa el relator de la ONU. “Pero al rascar en la superficie, enseguida aparecieron contradicciones en ese discurso y decidí que había que investigar”. Seis días después de involucrarse en el tema, Assange fue expulsado de la embajada de Ecuador en Londres, donde permanecía desde hacía más de seis años. “Eso también me resultó sospechoso”, dice. En mayo de 2019 consiguió visitarlo en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, con dos forenses independientes. Los tres llegaron a la misma conclusión: “Julian Assange había sido víctima de torturas psicológicas”, proclama.

El relator empezó a atar cabos: “Creemos que el proceso a Assange, desde las primeras acusaciones de violación en Suecia, que acabaron archivadas, ha sido totalmente arbitrario y hemos tenido que tragar acusaciones tan absurdas como la de una presunta falta de higiene del periodista o la de que no daba de comer a su gato”.

Melzer, jurista suizo y catedrático de Derecho Internacional en la Universidad británica de Glasgow, habla de auténtica “burla a la justicia” en Reino Unido y asegura que si el día 4 de enero Assange es extraditado a Estados Unidos “será imposible que reciba un juicio justo”. El observador de Naciones Unidas considera que el miembro de cualquier jurado estará intoxicado por todos los prejuicios que se han esparcido sobre el acusado. La victoria del Partido Demócrata, a pesar de que el derrotado Trump se mostró partidario de acabar con Assange (“van a pagarlo caro por delatar”, se le oye decir en el documental), no le despierta demasiado optimismo: “Biden ya estuvo contra Assange hace 10 años”, recuerda.

John Shipton, padre de Julian Assange.PETER NICHOLLS (Reuters)

Los años de confinamiento y de prisión están haciendo mella en Assange y en la prisión de Belmarsh casi la mitad de los reclusos han contraído la covid-19. “Creo que las personas de la Fiscalía y del Ministerio de Exteriores no son conscientes del sufrimiento que provocan. Pero Julian tiene un espíritu muy fuerte de supervivencia. Lo demuestra que cuando hablo con él le preocupa como nos encontramos nosotros” dice su padre. Passarelli, director de la película y amigo de Assange, matiza y advierte: “Es resiliente, el que más… Pero también es un ser humano”.

110 películas

El festival, que en su edición de 2014 presentó Julian Assange, contará este año con más de 110 películas que se proyectaran en distintas plataformas digitales (30 en Filmin y el resto en la propia web del festival) y completará su programación con clases magistrales, proyecciones en las universidades y en centros penitenciarios, y actuaciones en galerías de arte.

Entre los directores destacados que presentan su trabajo se encuentra Ai Weiwei con Coronation (China); Jafar Panahi con su tercera película, 3 Face (Irán), ganadora del Mejor Guion en el Festival de Cannes; Aki Kaurismäki con El otro lado de la esperanza (Finlandia), Oso de Plata en la Berlinale; o Hirokazu Kore-eda y su película Un asunto de Familia (Japón), Palma de Oro en Cannes.

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