El cine boliviano se muestra a los ojos del mundo a través del ‘streaming’
La plataforma digital Bolivia Cine se suma a la lista de otras iniciativas similares de la región para dar a conocer una selección de títulos del país andino
Los realizadores Ariel Soto y Álvaro Olmos tenían una inquietud. Veían que los documentales bolivianos no tenían, y no tienen aún, acceso a las salas de circuitos comerciales. Se les ocurrió crear una plataforma que dé cobijo al género de no ficción cinematográfico. “El documental está muy menospreciado por las salas, si la ficción lo está, el documental aún más”, pensaban ambos. Esta situación que el dúo percibió, es una constante en muchos países de Latinoamérica que no tienen una industria consagrada. ...
Los realizadores Ariel Soto y Álvaro Olmos tenían una inquietud. Veían que los documentales bolivianos no tenían, y no tienen aún, acceso a las salas de circuitos comerciales. Se les ocurrió crear una plataforma que dé cobijo al género de no ficción cinematográfico. “El documental está muy menospreciado por las salas, si la ficción lo está, el documental aún más”, pensaban ambos. Esta situación que el dúo percibió, es una constante en muchos países de Latinoamérica que no tienen una industria consagrada. Los realizadores deben enfrentarse a la dificultad de encontrar un espacio en la programación de las multisalas, compitiendo contra películas taquilleras que provienen de Hollywood. Esta necesidad fue la semilla para la creación de la plataforma digital Bolivia Cine, un servicio de streaming que permite al cine del país andino-amazónico mostrarse a los ojos del mundo con una selección de títulos de su filmografía.
Con el lanzamiento de Bolivia Cine, la plataforma de streaming se suma a la lista de otras iniciativas similares de la región que buscan dar a conocer las obras cinematográficas de cada país, tales como Onda Media (Chile), Cine.AR (Argentina), PeliDom (República Dominicana), Retina Latina y FilminLatino. Olmos explica a EL PAÍS que para la creación de la plataforma digital que ofrecen, escudriñaron a través de diferentes servicios “sacando lo mejor de muchas e innovando en muchas otras”. El servicio tenía inicialmente como fecha de lanzamiento el 21 de marzo, pero la amplia demanda debido al confinamiento por el coronavirus saturó los servidores de Google. A pesar del traspié inicial, el servicio ya se encuentra estable en un servidor externo, del tipo que utilizan las redes televisivas para el streaming.
La plataforma digital cuenta en su catálogo con alrededor de 50 películas, entre ficción, cortometrajes y documentales. Los títulos estarán disponibles en el portal de Bolivia Cine para acceder a ellos a través de del alquiler que estará disponible para su visionado por 48 horas o la compra en línea sin descarga. Los precios para ambas opciones rondarán, aproximadamente, entre los 3 y 5 dólares, respectivamente. El acceso a la plataforma se podrá realizar a través de cualquier dispositivo que cuente con un explorador web conectado al Internet. El siguiente paso de esta iniciativa, según da a conocer Olmos, será la creación de una aplicación.
La idea para acercar a un público extranjero que no está familiarizado con la producción cinematográfica boliviana, según Soto, es ofrecer un abanico de filmes que abarquen las últimas tres décadas, representadas por realizadores ya establecidos como Paolo Agazzi, Juan Carlos Valdivia y Marcos Loayza, además de incluir a la nueva generación de cineastas como Martín Boulocq, Rodrigo Bellot, Dennise Arancibia, Mauricio Ovando, entre otros. “Creo que la gran virtud de los títulos que son parte de la plataforma, van no solamente desde un aspecto generacional de sus realizadores, sino que estos proyectan nuevas miradas y han sido parte de festivales de cine importantes. Por supuesto esperamos ir sumando nuevos títulos en los siguientes meses y que la plataforma se convierta en referente de nuestras producciones a nivel internacional”, agrega Soto.
Dificultades y riesgos
El realizador destaca a Onda Media y Cine.AR como ejemplos de iniciativas de este tipo, de fomento al consumo de la producción cinematográfica de un país, que pueden funcionar y aspirar a convertirse en una plataforma digital que se pueda sustentar a la larga. “Potenciar la distribución de películas nacionales desde el streaming es una necesidad imperiosa. De cualquier manera, creo que será importante en el futuro contar con el apoyo de instituciones nacionales o gestar alianzas con el sector privado para poder afianzarnos”, precisa Soto.
Humberto Calzada considera que la entrada al mercado de plataformas digitales de este tipo es positivo, ya que amplía la oferta de servicios de streaming para el público en Latinoamérica. El analista de mercados financieros de Rankia México dice que su sustentabilidad a la larga dependerá de la estrategia que utilice este tipo de servicios para ganar terreno en el mercado. “Estas nuevas empresas de streaming se enfrentan a grandes compañías como Netflix, Amazon Prime o Disney +, empresas que trabajan con tecnología de punta y además ofrecen precios competitivos en el mercado. Creo que esta es la principal dificultad a la que se enfrentan plataformas como Cine.AR, Onda Media o Bolivia Cine”, afirma Calzada.
Para Radamés Camargo, gerente de análisis de The Competitive Intelligence Unit, otro de los riesgos a los que se enfrentan pequeñas iniciativas como las de Bolivia Cine y jugadores de escala mayor, es la piratería. Esto debido a la amplia proliferación que se viene dando de contenidos exclusivos en cada plataforma. Pone como ejemplo el caso de Netflix. De inicio no tenía producción propia, ya que era una plataforma agregadora de contenidos de los diferentes estudios. La tendencia, explica, es que ahora esos títulos están saliendo de su servidor y los mismos estudios están incursionando en el mercado con sus propias producciones.
“Los usuarios no tienen para contratar mes a mes todas las plataformas que existen en el mercado. Cuando se lanzaron las primeras plataformas en Estados Unidos y otros territorios, allá entre el 2008 y 2011, la proporción de usuarios que pirateaba contenidos bajó. Conforme fueron manifestándose más estudios y plataformas desde 2016 hasta el año pasado, que se lanzó Apple Tv y Disney + y las que todavía vendrán, yo creo que vamos a una especie de retroceso en términos de la piratería. Es un riesgo que tienen iniciativas no solo como Bolivia Cine, sino los jugadores escala de mayor tamaño, Netflix, Amazon, Hulu”, añade Camargo.
Soto coincide en que la piratería es un reto y que ciertamente Bolivia no cuenta con políticas serias al respecto. A pesar de esto, Olmos y su colega apuestan a generar un nuevo público e invitar al existente a poner a su alcance aquellas películas que de otra manera seria imposible poder encontrarlas y verlas. “Queremos proyectarnos a nivel internacional y por supuesto contar con un catálogo de calidad mucho más amplio y diverso”, finaliza.