Soleá Morente: “¿Por qué no añadirle a una misa de Fernanda de Utrera el sonido del autotune?”

Soleá Morente (Madrid, 34 años) acude a esta entrevista acalorada y agotada, pero también se siente extasiada y emocionada. Acaba de actuar y poner en pie al público del Festival Internacional de Benicássim (FIB), como ya lo hiciese su padre, Enrique Morente, con Omega en 2008. Para ella, arrancarle un olé a alguien que acude ese domingo a ver a Cupido, Franz Ferdinand o Vetusta Morla, es todo un triunfo.

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Soleá Morente (Madrid, 34 años) acude a esta entrevista acalorada y agotada, pero también se siente extasiada y emocionada. Acaba de actuar y poner en pie al público del Festival Internacional de Benicássim (FIB), como ya lo hiciese su padre, Enrique Morente, con Omega en 2008. Para ella, arrancarle un olé a alguien que acude ese domingo a ver a Cupido, Franz Ferdinand o Vetusta Morla, es todo un triunfo.

Ha presentado al público Ole Lorerei (2018), su último disco producido junto a la banda granadina Napoleón Solo, en la que ha introducido elementos de la música moderna, inspirados en movimientos actuales como el trap: "Estamos trabajando para que cambien las cosas. Artistas como mi padre, Camarón o Paco de Lucía dejaron las puertas abiertas hacia caminos infinitos. Y por qué no añadirle a una misa de Fernanda Utrera, que es una de las cantaoras más grandes y con más arte que ha habido, sonido del autotune?". 

Reconoce haber sufrido la ira de los puristas del flamenco, como otros artistas que han experimentado con el género como Rosalía o El Niño de Elche, pero Morente lo ha superado sin problema. "Sería muy aburrido que todos pensásemos igual", añade. En esta vídeo entrevista con EL PAÍS, también habló de sus referencias en el mundo de la estética y de cómo se siente cada vez que sube a un escenario, donde su pasión suele acabar con elementos de su vestuario esparcidos sobre las tablas.