CRÍTICA DE 'EL PÁRAMO'

Español subtitulado

Debut en el largometraje del colombiano Jaime Osorio Márquez, la película viene a ser un cruce de referencias mal digeridas

Fotograma de 'El páramo'.

Que este cronista recuerde, debe ser la primera vez que una distribuidora decide subtitular en español una película hablada en español. No como apoyo a los cinéfilos sordos o a los extranjeros que no dominan el castellano, sino como herramienta básica para que los españolitos de a pie entiendan unos diálogos con fuerte acento colombiano, escasa dicción y discreta entonación. Sin embargo, y a pesar de todo, el subtitulado solo parece la última muestra de la incapacidad de El páramo para revelarse de un modo no ya sólido sino al menos coherente.

Debut en el largometraje del colom...

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Que este cronista recuerde, debe ser la primera vez que una distribuidora decide subtitular en español una película hablada en español. No como apoyo a los cinéfilos sordos o a los extranjeros que no dominan el castellano, sino como herramienta básica para que los españolitos de a pie entiendan unos diálogos con fuerte acento colombiano, escasa dicción y discreta entonación. Sin embargo, y a pesar de todo, el subtitulado solo parece la última muestra de la incapacidad de El páramo para revelarse de un modo no ya sólido sino al menos coherente.

EL PÁRAMO

Dirección: Jaime Osorio Márquez.

Intérpretes: Juan Pablo Barragán, Alejandro Aguilar, Mauricio Navas, Juan David Restrepo.

Género: terror bélico. Colombia, 2011.

Duración: 105 minutos.

Debut en el largometraje del colombiano Jaime Osorio Márquez, formado cinematográficamente en Francia, la película, de aspecto bélico y protagonizada por un grupo de soldados en una misión contra la guerrilla, viene a ser un cruce de referencias mal digeridas que regurgitan mediante un discurso tedioso, vacuo y repetitivo, donde igual vale la esencia de La cosa, de John Carpenter, cambiando al alienígena por una bruja santera, que la secuencia del extintor de Irreversible, que el torture-porn al estilo Saw, al mostrar con morbosa delectación la amputación de la pierna de un soldado con una sierra. Filmada, eso sí, de un modo hiperrealista con abundante profesionalidad, El páramo solo sería un ladrillo sin relleno alguno si no fuera porque, a la hora del desenlace, Osorio se atreve con dos risibles teorías, una política, sobre la guerrilla, y otra filosófica, sobre la condición humana, sobre el Bien y el Mal, que, directamente, convierten en mera anécdota lo del subtitulado.

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