Ir al contenido
_
_
_
_

Entrevista política en torno a una mesa: “La once nos pone en un pie de igualdad”

Sonia Montecino y Cristian Foerster, ella antropóloga y escritora, él poeta y ensayista, son también madre e hijo y acaban de publicar juntos ‘¿Nos comemos el futuro?’. Proponen un camino para volver a conversar en tiempos de elecciones, crisis y verdades que no se encuentran

Sonia Montecino y Cristian Foerster

Canillo, hijo de una familia huilliche muy pobre, era muy flaco y nunca crecía; en su casa, sin embargo, había alimentos, pero desaparecían. Un día su familia se escondió y descubrió que Canillo era el que se comía todo. Se asustaron, creyeron que era el diablo y lo lanzaron al mar. Luego del crimen, o del intento de crimen, hubo una sequía que marchitó todas las plantas de la tierra y el mar. “La gente fue a entregar alimentos al abuelito Huentenao como ofrendas, pero Canillo voló hacia el sol y lo tapó con una rama de laurel. Para apaciguarlo, Huentenao le ofreció a su hija, si no la hambruna se esparciría. Luego de que Canillo contrajera matrimonio, el abuelito lo encerró en una roca para que no hiciera el mal”.

La historia, que incluye una batalla cósmica que termina con Huentenao también atrapado o encantado en una roca, de frente a Canillo, los dos en San Juan de la Costa, en las playas de Pucatrihue, la cuentan en ¿Nos comemos el futuro? Sonia Montecino y Cristian Foerster: madre e hijo; antropóloga, escritora y Premio Nacional de Humanidades ella; poeta, ensayista y doctor en literatura él.

Subtitulado Gastropolíticas de una Once Huacha, el libro ensaya reflexionar, desde la comida, desde los alimentos, desde la comensasilidad, sobre la condición humana y en particular sobre el Antropoceno, es decir, sobre el presente en el que los seres humanos nos hemos convertido, gracias al dinero y las tecnologías, en una fuerza que impacta en el destino del planeta y, claro, de nosotros como especie. De ahí, pues, la pregunta que da título a la obra. Y el recurso a Canillo, una leyenda antigua que habla de la avidez, de la necesidad de normar y ordenar ese hambre para no poner en peligro la vida.

“La pregunta es ¿cómo puede leerse lo social hoy, en el Antropoceno, a través del alimento?”, explica Montecino. “El comensalismo permite pensar nuestra relación con la tierra en el Antropoceno”, agrega Foerster. Podemos entendernos como huéspedes del planeta, dice: “Si se piensa así el asunto, bueno, cuando uno se va a hospedar a una casa tiene que respetar ciertas normas, no puede dejar la escoba, no se puede comer toda la comida”.

Pregunta. Canillo, en principio, representa la glotonería, alguien que provoca escasez. Sin embargo, él come porque tiene hambre, no es que esté saciado y siga consumiendo. No es solo avidez lo suyo, es literalmente un hambriento, algo le falta, algo no se le está dando. Eso complejiza su figura y la lectura que podemos hacer de él en el Antropoceno. ¿Lo ven así?

SM. Es un hambriento, sí, absolutamente.

CF. Creo que ahí están las paradojas de esta cuestión, más que hacer un juicio moral, hablar de bueno, malo, se trata de darnos cuenta de las complejidades en las que estamos metidos. La misma noción del sujeto hambriento es súper compleja, porque cómo nos relacionamos con ese hambre, cómo lo podemos zanjar, creo que puede ser todo el dilema de la gastropolítica, en el sentido de que el hambriento no puede ser entendido como víctima ni como victimario, ambas dimensiones están encarnadas en Canillo, y eso es lo tremendo.

SM. Canillo representa esas fuerzas humanas destructoras, con esta ambigüedad que menciona Cristian, con su hambre tapa el sol e impide que todo el resto pueda comer. Ahí hay una cuestión interesante, porque el abuelo Huentenao, la solución que tiene, es darle a su hija, casarlo con ella, o sea, restablezcamos el pacto social. Sin embargo, Canillo sigue siendo un hambriento y el mito termina con estas fuerzas que convoca el abuelo, hay una guerra, una guerra cósmica, y finalmente quedan los dos encantados y los dos como que se están mirando siempre. Canillo es complejo, uno podría pensarlo también como el hambre de los carenciados, y ver cómo eso también destruye.

P. Para pensar este tipo de cosas, cuestiones complejas, como la industria alimentaria y el futuro de la alimentación, en las que más que verdades únicas hay perspectivas diversas, ustedes se vuelven literal y metafóricamente hacia la once [una merienda que se come por la tarde]. Y desarrollan una metodología que llaman Once Huacha. ¿Por qué la once y no, por ejemplo, el almuerzo?

SM. Yo diría que la once es el símbolo de algo bastante particular chileno, hay una serie de sentidos simbólicos asociados a la once, y en particular en términos de comensalismo. Es un recurso que tenemos, del cual podemos valernos, y que la gente en general valora y entiende. Cuando nosotros decimos once, todo el mundo sabe perfectamente qué es. Hay un placer en esa hora, hay un gusto.

P. Es evocativo.

SM. Exacto, absolutamente evocativo.

CF. Yo agregaría que la once es interesante porque supone una práctica, por lo menos yo lo digo así, donde casi todos los alimentos son bienvenidos. Lo dulce, lo salado, lo agrio. El almuerzo, por ejemplo, está muy pauteado, al menos en Chile el plato de fondo es salado, también la entrada, y dulce será el postre, al final. En la once la multiplicidad de sabores está conviviendo. Eso, además, tiene un potencial metafórico muy interesante para poder plasmar esta metodología que hemos trabajado con Sonia.

P. Conversemos tomando once; esa es, con ciertas especificidades, la metodología que ustedes proponen y han realizado, por ejemplo, en Puerto de Ideas hace algunos años. ¿De dónde viene la idea?

CF. La genealogía es bien antigua. Yo creo que uno lo podría remontar a los diálogos interculturales que hacía Sonia, en los que yo participé desde muy chico, en 2003, 2004. Siempre había comilona en esos espacios. Era una cuestión muy increíble. Desde ahí se viene labrando, hasta llegar a la Once Huacha como un lugar en el que cada comensal, en vez de tratar de defender y definir con precisión su punto de vista, creyendo que tiene la verdad absoluta, más bien hay un encuentro con el otro para escucharnos. Creo que ahí hay algo muy necesario. Uno tiene que andar con su dosis de verdad interna para no sucumbir en el mundo, pero creo que al momento de dialogar y tomar decisiones podemos problematizar ciertas cosas y tener una conversación.

P. Ya que estamos al final de una elección presidencial, quizás, en vez de hacer debates, podría organizarse una Once Huacha con los candidatos.

CF. El problema de los debates, en general, es que están estructurados de manera que haya un ganador. ¿Quién ganó el debate? Esa es la pregunta que se hace después. Y si hay un ganador, obviamente eso supone que hay un perdedor, pero no necesariamente una co-construcción del saber o un horizonte de país. Es más bien un horizonte que le gana al otro, aplastando todo lo válido y toda esa realidad que enuncia el horizonte derrotado. Esa cuestión es algo que la metodología de la Once Huacha trata de sortear. No se trata de debates, sino de encuentros y de que se escuchen puntos de vista que habitualmente no se escuchan. Hay una pretensión, a partir de los comensales que se invitan a participar, no sé si de universalidad, pero sí de abarcar una amplitud, puntos de vista que no necesariamente se hayan encontrado en sus respectivos rubros. Y pienso en esto a propósito de algo que se ha dicho luego de la primera vuelta presidencial: ¿quién es el votante de Parisi? Yo no conozco a nadie que vote Parisi.

SM. El punto de esta metodología es que nos sentamos a comer, y eso quiero recalcarlo. En todas estas mesas que se han hecho para hablar de, no sé, los mapuches, de esto, de lo otro, se sientan y comen un sándwich o unas galletas y toman té. No, no, no, es que no es eso, es sentarnos a tomar una once con toda la memoria que hay detrás. Esa es una cosa. Y la segunda, como dice Cristian, es que al sentarte a tomar once con otro no es que estés despojado de tus verdades, pero estás absolutamente abierto a que tus verdades puedan ser transformadas, cuestionadas. La metodología lo que hace es decir construyamos en conjunto una idea, con los saberes que tú tienes, con los que yo tengo, por ejemplo, sobre el futuro alimenticio. Entonces, la pregunta es si las personas que están metidas en el campo de lo político son capaces de intentar abrirse y querer construir una idea, en este caso, de lo que queremos de Chile, escuchando realmente al otro, y que eso produzca algo nuevo. Si tú nos invitas a tomar once a tu casa ya estamos en un pie de igualdad contigo. Lo que dice Cristian creo que es muy importante: en la once la gente no gana. Y tampoco es como, mira, te quiero convencer de que esto es así. Lo que quiero es que juntos podamos decir, oye, estos son posibles caminos.

P. ¿Invitarían a José Antonio Kast y Jeannette Jara a una Once Huacha?

SM. Sí, yo los invitaría, pero bajo esas condiciones. Yo no sé si ellos estarán dispuestos realmente a tomar once... A tomar once, no a comerse un sanguchito con un café.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_